Oí al Mensajero de Dios -la paz y las bendiciones de Dios sean con él-, diciendo:

«Quien de vosotros vea una mala acción, que la cambie con su mano, si no pudiera con su lengua, y si no pudiera, entonces en su corazón, y esto es lo más débil de la fe».

Lo transmitió Muslim.

Teléfono: 005068493-6876

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jueves, 29 de abril de 2010

Rostro.

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SIGNIFICACION E HISTORIA DE LA CARA


La cara, esa la del espejo, “responde a la aventura personal de cada uno, pero lo social y lo cultural modelan su forma y sus movimientos”, advierte el autor, que muestra cómo el rostro es una construcción históricamente fechada y también explica por qué la cara de la madre, que estuvo al principio, estará en el final.


Por David Le Breton *

“Desde que los rostros de los hombres se volvieron hacia fuera, éstos se tornaron incapaces de verse a sí mismos. Y esa es
nuestra gran debilidad. Al no
poder vernos, nos imaginamos.
Y cada uno, al soñarse
a sí mismo y ante los demás,
queda solo detrás de su rostro.”
René Daumal


El sentimiento acerca del rostro, a lo largo de las peripecias de la historia occidental, es objeto de una construcción cultural y está determinado por el estatus social otorgado a la persona. En las civilizaciones medievales y renacentistas de Europa occidental, el hombre no se siente diferente de los otros. Se confunde en la multitud de sus semejantes, sin que su singularidad haga de él un individuo en el sentido moderno de la palabra. La vida medieval es siempre gregaria, implica la presencia permanente de los otros. El espacio no prevé la intimidad, los hombres sólo pueden vivir juntos. El cuerpo humano es el signo de una inclusión del hombre en el mundo y no el motivo de una ruptura, de una diferencia. En ese contexto, aunque sea útil para reconocer más fácilmente al otro, el rostro no es objeto de un valor específico.

A fines del Renacimiento, se considera cada vez más el cuerpo humano como exterior al mundo que lo rodea, ya no tejido con la misma materia que da consistencia al cosmos, sino como estructura de carne y hueso, marcador de la presencia de un individuo de cuya soberanía traza los límites. El individualismo, por largo tiempo confinado a ciertas capas sociales privilegiadas, a ciertas zonas geográficas, a las ciudades, amplía poco a poco sus bases para abarcar, en el transcurso de los siglos siguientes, el conjunto de las sociedades occidentales. La valorización de la biografía, la aparición de un arte de la ironía y de la broma son indicios de la importancia que adquiere el individuo, acentuada por el desarrollo económico y social a través de las figuras del comerciante y del banquero. La afirmación del “yo” se vuelve una forma superior a la del “nosotros”. El individuo ya no está en una fórmula de vasallaje al grupo: afirma su singularidad, su independencia de pensamiento; se siente el responsable de su historia. El cuerpo permite la afirmación de la diferencia individual, coronada por el rostro. El rostro se vuelve cada vez más “el espejo de los movimientos del alma”. Los cada vez más numerosos adjetivos a este respecto implican, a nivel de la lengua, la psicologización que afecta al individuo y que define su rostro, otorgándole una supremacía especial.

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El rostro único del hombre responde a la unicidad de su aventura personal. No obstante, lo social y lo cultural modelan su forma y sus movimientos. El rostro que se ofrece al mundo es un compromiso entre las orientaciones colectivas y la manera personal en que cada actor se acomoda a ellas. Las mímicas y las emociones que lo atraviesan, las puestas en escena de su apariencia (peinado, maquillaje, etcétera) revelan una simbología social de la que el sujeto se sirve con su estilo particular.

El “niño salvaje”, el autista o el ciego de nacimiento dan cuenta de un rostro mudo que sólo la intervención de un entorno atento puede socializar. El rostro es pues el lugar del otro, nace en el corazón del lazo social, desde el cara a cara original del niño y de su madre (el primer rostro), y durante los innumerables contactos que la vida cotidiana entabla y desentabla.

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Para el propio hombre, el rostro a menudo es un lugar problemático, ambiguo. En ese sentido, podría decirse que el “yo es otro” de Rimbaud encuentra su expresión corporal más sorprendente en el hecho de que el rostro es Otro. En él nace la pregunta: ¿por qué estos rasgos?, ¿qué relación tienen conmigo? Y son pocos los individuos que aceptan sin resistencia ser filmados o captados en video. Algunas sociedades erigen tabúes ante cualquier retrato, rechazan las fotografías. Temen que la imagen sea el propio hombre y otorgue al que se lo apropia un poder mortal o malintencionado sobre el ingenuo que se deja atrapar por el ojo del objetivo.

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Toda aparición de un rostro es la de signos de reconocimiento. Cierta manera de organizar la puesta en escena (maquillaje, bigote, barba, corte de cabello), de producir mímicas, de posar la mirada en los otros, hace del rostro el lugar de la evidencia familiar que permite atribuirle, de entrada, una serie de significaciones. Jamás es una naturaleza, sino una composición. Es la materia básica para un trabajo sobre sí, al mismo tiempo que para una influencia social y cultural sutil. La socialización modela la intimidad corporal más secreta del hombre, y no deja de lado su rostro.

A través del rostro se lee la humanidad del hombre y se impone con toda certeza la diferencia que distingue a uno de otro. Al mismo tiempo, los movimientos que lo atraviesan, los rasgos que lo dibujan, los sentimientos que emanan de él, recuerdan que el lazo social es la matriz sobre la cual cada sujeto, según su propia historia, forja la singularidad de sus rasgos y expresiones. Todo rostro entrecruza lo íntimo y lo público. Todos los hombres se asemejan pero ninguno es parecido a otro.

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Nuestro rostro nos posee al menos tanto como nosotros lo hacemos nuestro. Nos posee en el sentido de que nos engaña, de alguna manera se burla de nosotros. Nos encierra en él y nos condena a una ambivalencia con respecto a él. Tiene un peso a veces difícil de soportar, pues es el signo más expresivo de la presencia ante el otro, la marca donde el envejecimiento, la precariedad, incluso la fealdad (más bien el sentimiento de fealdad, pues ésta nunca es un hecho en sí sino un juicio), inscriben con total evidencia una huella que el hombre occidental desearía más discreta, a causa del sistema de valores de nuestras sociedades, llenas de terror ante el envejecimiento o la muerte.

En lo que nos identifica, el rostro también nos limita, produce destellos en negativo de todos los rostros que no somos. Eso explica la atracción del disfraz, la máscara, y la tendencia que lleva a muchos sujetos a cierta denigración de su rostro. El “yo es otro” toma con facilidad los aspectos de la reticencia ante el propio rostro, colmado de una perturbadora extrañeza. La figura humana alberga lo inasible del Otro en el centro del yo.

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La sonrisa o la risa son expresiones que no se transparentan jamás en el rostro de un niño aislado originariamente de todos los lazos sociales, como lo recuerda la historia de algunos niños “salvajes”, observados de cerca en su época por testigos atentos. A pesar de su amplia difusión cultural, no se trata de automatismos inscriptos de una vez y para siempre en la naturaleza del hombre y llamados a desplegarse un día, a su tiempo, a modo de las flores japonesas al contacto del agua. La sonrisa o la risa son las expresiones de una ritualidad, que proviene de una simbología corporal adquirida con la presencia de los otros y que se renueva permanentemente por los innumerables lazos que se anudan a cada instante entre los actores. Pertenecen a un universo de significaciones. No sólo modelan los rasgos, sino también las manifestaciones corporales propias (expresión verbal, gestual, dirección de la mirada, etcétera), sobre un modelo unánimemente reconocible por los actores de un mismo grupo social. Del mismo modo, su aparición no depende del azar, sino que se basa en condiciones sociales y culturales precisas. La risa o la sonrisa son los elementos de una simbología, del mismo modo que el hombre triste o disgustado ha aprendido de larga data las figuraciones que se le imponen en ciertas condiciones y se le hacen carne. El niño llamado “salvaje”, mantenido por mucho tiempo fuera del contacto social –que, sin embargo, debió conocer al menos en los primeros años de su existencia–, ofrece un rostro indescifrable a los testigos, un rostro que ignora la sonrisa y la risa, del mismo modo que ignora las lágrimas.

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Una de las causas del ostracismo del que son víctimas los ciegos es la dificultad de descifrar su rostro enigmático, que todavía se está haciendo, inacabado o modelado torpemente, rostro sin el Otro, que turba en proporción a su ausencia de movilidad. En el transcurso de la interacción, cada actor está en posición de espejo ante su copartícipe, puede identificarse con él, reconocer sus movimientos, sus mímicas: gracias a esos signos está suficientemente informado acerca del otro como para que el intercambio se desarrolle de un modo familiar, con toda la seguridad significante. Pero los rasgos poco móviles del ciego congénito no dicen nada, no dibujan ninguna de las mímicas codificadas que deberían marcar el desarrollo del encuentro; no acentúan ni atenúan la palabra o la presencia. Pueden encarnar, en ese sentido, algo ominoso: aparentemente, son familiares en sus trazos, sus componentes, pero inasibles por la ausencia de brillo en los ojos, por su falta de movilidad y de gesticulaciones significativas. El movimiento de reciprocidad –la congruencia de las expectativas mutuas que fundan la interacción– está roto. El ciego remite brutalmente a la densidad de un cuerpo cuya presencia el hombre occidental, a lo largo de su vida cotidiana, quiere olvidar.

La falta de estimulación visual impide al niño ciego imitar a los miembros de su entorno e identificarse con ellos. Su aprendizaje motor está considerablemente afectado. Si esas dificultades no son consideradas por un entorno observador, disponible y afectuoso, el niño se muestra torpe por mucho tiempo, no recibe ningún aliento para modelar los rasgos de su rostro ni los movimientos de su cuerpo de una manera socialmente conforme a los sentimientos que experimenta.

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Parece que cada hombre lleva en él un rostro de referencia con el cual compara su rostro presente. Un rostro interior que ya no reproduce la realidad actual de los rasgos. El rostro de referencia aparece en la juventud. Innumerables frases lo revelan. Mantiene una especie de existencia fantasmal en la memoria del sujeto. Marca una imposible coincidencia consigo mismo para quien contempla su retrato en una fotografía o se mira en un espejo. El desajuste con el rostro de referencia puede ser experimentado como una conmoción, incluso una destrucción del sentimiento de identidad.

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El envejecimiento, en la sociedad occidental, se vive a modo de un afeamiento y un desposeimiento. En otras sociedades, el envejecimiento que marca los rasgos y blanquea los cabellos aumenta el prestigio y la dignidad, pero no es el caso en las nuestras, marcadas por un imperativo de juventud, vitalidad, salud y seducción, donde la vejez es casi siempre objeto de una poderosa negación. Envejecer, para muchos, tiene todas las apariencias de la desfiguración. Enfermedad venenosa cuyo avance no se puede detener, y ante la cual el sujeto comprueba su impotencia a pesar de todos sus esfuerzos. El rostro de referencia se aleja poco a poco. Algo de sagrado y de íntimo se deshace en el trascurso del tiempo.

El rostro es la juventud en el imaginario social del mundo occidental. Son pocos los hombres, y menos aún las mujeres, que se miran de frente en el espejo o en su fotografía y se reconocen sin nostalgia, aceptando la inscripción del paso del tiempo en sus rasgos. La percepción del rostro del hombre anciano no depende de la naturaleza, sino de una evaluación social y cultural a la cual cada uno adhiere a su manera. Se toma del intercambio mutuo de los valores de una época. El rostro de referencia traduce, en ese sentido, la resistencia interior del actor ante un envejecimiento ineluctable que los valores occidentales le enseñaron a temer. El recurso a la cirugía estética es un modo voluntario de rehacer el rostro de referencia o lo que todavía queda de él, el último intento de oponer una voluntad de control en un rostro que amenaza cada vez más con escapar a los valores sociales y con no poder sostener de manera satisfactoria el sentimiento de identidad.

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Del mismo modo que el nombre que lo designa, todo individuo, incluso el más humilde, lleva su rostro como el mayor signo de su diferencia. Así como el rostro es el hogar secreto del ser, la desfiguración se vive como una privación del ser, una experiencia del desmantelamiento de uno mismo. Eso explica el drama que atraviesan los accidentados o quemados en el rostro. Esas heridas afectan las raíces de su identidad al mismo tiempo que su carne. Además, de quien tiene el rostro arruinado por una enfermedad o accidente, se murmura que ya no tiene aspecto humano.

Una de las características de la violencia simbólica que ejerce el racista consiste en la negación del rostro en el otro. Al tratarse del signo del hombre, el más alto valor que éste encarna, el desprecio del rostro ajeno pasa por su animalización o degradación: el otro tiene jeta, trompa, cara de culo, es descarado. El odio conlleva la desfiguración del otro odiado; le niega la dignidad de su rostro.

Los campos de la muerte, que organizaron de manera sistemática la destrucción del hombre, se esforzaron en eliminar su rostro, en erradicar esa infinitesimal diferencia que hace a cada hombre único, para unificar a todos los detenidos bajo una figura idéntica, hecha de insignificancia a los ojos de los verdugos: “Muy pocas veces los percibí como individuos –dijo F. Stangl, comandante del campo de Sobibor y luego del de Treblinka–, siempre era una enorme masa”. En los campos, hay que ser sin rostro, sin mirada, uniforme bajo la delgadez; hay que combatir en uno cualquier detalle llamativo del rostro, toda señal que instaure un suplemento de sentido en el que se pueda percibir una individualidad. Borrar el propio rostro, empañar los rasgos, eliminar la condición de hombre singular, fundirse en la masa anónima de los otros, sin el relieve de un ser, disuelto en la misma ausencia. “Hay que ser plano. Cada uno lleva sus ojos como una amenaza”, escribió Robert Antelme (La especie humana, sobre su experiencia en campos de concentración nazis). Pero, ante un trozo de espejo recogido en el camino o recuperado de las ruinas, los deportados van desfilando y se maravillan. El fragmento de espejo pasa de mano en mano, hace vivir al deportado el recuerdo de una identidad que, de pronto, descubre que todavía está allí. El esfuerzo por eliminar el rostro no puede contra él cuando todavía se lo puede mirar de frente. El rostro es el lugar más humano del hombre. Quizás el lugar de donde nace el sentimiento de lo sagrado.

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En las situaciones extremas en que el desmantelamiento del hombre es llevado al límite, en las que su existencia depende sólo de un hilo, parece que las capas geológicas del rostro se disuelven, expurgando los rasgos singulares del individuo, para dar lugar a una especie de rostro originario. Por ejemplo, Nicholas Ray, al momento de morir en Nick’s movie, la película de W. Wenders, cuando se ve en un espejo cree reconocer el rostro de su madre. En cercanías de la muerte, o en medio de la derrota, el hombre encuentra en sus rasgos una filiación simbólica que lo remite a su nacimiento y al primer rostro. Evgenia Guinzbourg (El vértigo) dejó un testimonio conmovedor de sus años de deportación en los campos soviéticos. Confrontada a la humillación, al hambre, al agotamiento, evoca un momento en que, con sus compañeras de infortunio, se encuentra ante el tesoro inaudito de un gran espejo en un vestidor: “El espejo azulado devuelve cientos de ojos llenos de amargura, de angustia, en busca de su imagen. No es sino por el parecido con mi madre que me encuentro en medio de las demás. Pavotchka, mira tú, sólo me reconocí al recordar el rostro de mi madre, me parezco más a ella que a mí misma”. Parecerse es aquí una esperanza, comprueba que el desmantelamiento del ser no ha afectado lo esencial. Es el recuerdo de la dignidad y del amor, aunque la identidad ya no sea más que un soplo. Y puede ser una promesa de renacimiento cuando se trata de ancianos o enfermos graves que llaman a su madre, la sueñan o la ven de pronto ante ellos. Es el final de un camino circular en el cual la madre que recibió al niño es ahora aquella cuyo rostro vela su entrada pacífica en la muerte.

* Miembro del Instituto Universitario de Francia. Texto extractado de Rostros, cuya traducción al español se presenta en estos días (ed. Letra Viva).


http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-144793-2010-04-29.html

El olvido es un insulto a la dignidad colectiva.

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Rosa Regàs · · · · ·


El olvido es un insulto a la dignidad colectiva
Rosa Regàs · · · · ·


Reproducimos a continuación el texto de la intervención de nuestra amiga, la escritora y ex-directora de la Biblioteca Nacional Rosa Regàs, en el gran acto de solidaridad con Baltasar Garzón que tuvo lugar en el Paraninfo de la Universidad de Barcelona el pasado 20 de abril. La versión castellana del texto, originalmente leído en catalán, la preparó para SinPermiso la propia autora.


Cuando se produjo lo que Vivenç Navarro ha definido como “inmodélica transición”, a un viejo republicano que había vivido en el exilio durante muchos años, al ver que el régimen nacido de un golpe de estado se convertía en democracia con paz franciscana, borrando la memoria de tanta injusticia y tantos sufrimientos, y dejaba a la República legalmente constituida en vía muerta, se le llenó el alma de amargura y decepción, se encerró en sí mismo y no volvió a hablar nunca más. Murió cinco años después, en 1984.

Fueron muchos los que lo acusaron de no querer dialogar, de quedarse en el pasado y de no volver a mirar hacia un futuro democrático que la transición, decían, nos aseguraba.

Han pasado los años y poco a poco, el miedo a los fascistas y a sus crímenes, que habían mantenido el país en un orden siniestro durante 40 años, ha ido desapareciendo y no sólo las familias de los centenares de miles de víctimas de la dictadura, sino buena parte de la sociedad, reclama para ellas, las victimas del fascismo español, la justicia y la memoria que pretendían ser anuladas con una ley de amnistía decretada incluso antes de ser promulgada la Constitución. Una amnistía, pues, pre-constitucional pero, además, no aplicable a los crímenes contra la Humanidad (como el genocidio y las desapariciones) en virtud de la Declaración de los Derechos Humanos y de diversos Convenios Internacionales suscritos y ratificados todos por España y que, según la Constitución, forman parte de nuestro ordenamiento.

Pero también ha desaparecido toda la cautela con que la mayoría de franquistas recibieron una democracia de la que se habían mofado y que habían prohibido durante 40 años, quizá para no levantar a una sociedad que, incluso sabiendo que eran culpables, los había incluido en la nueva forma de gobierno sin tener en cuenta su nefasta historia.

Como bien sabemos todos, su reacción no se ha hecho esperar. El pseudosindicato Manos limpias y Falange Española, un partido vinculado a los delitos contra los cuales las víctimas del franquismo piden reparación y justicia, han presentado querellas contra el Juez Garzón que el Tribunal Supremo ha aceptado a trámite y por las que será juzgado, por atreverse a investigar estos crímenes, convirtiéndose en la primera persona juzgada en relación con los centenares de miles de asesinatos y desaparecidos durante la guerra civil y la posguerra, pero NO acusada por cometerlos ni por pretender castigar a los culpables, sino por haber intentado ayudar a las familias de las víctimas a encontrarlos y desenterrarlos, haciendo visibles sus delitos a la sociedad y a la Historia. Este es el crimen por el que se le juzga.

Tantas veces, y ahora de nuevo, nos hemos preguntado cómo era posible que la llamada justicia hubiera prohibido partidos políticos por el hecho de no condenar al terrorismo y nunca se hubiera planteado prohibir el partido que practicó el terrorismo de Estado durante tantos años.

Pero el Constitucional no solo defiende el silencio ante las ignominias cometidas por la dictadura, sino que aprovecha para pretender inhabilitar al Juez Garzón, a fin de que sus investigaciones llevadas a cabo en relación con el caso Gürtel sean anuladas por defecto de forma y toda la corrupción que afecta a altos cargos del PP quede borrada de la memoria y de la justicia, igual que los crímenes del franquismo.

Así queda confirmado, por si alguien no lo sabía aún, lo que vio el viejo republicano en el momento de la Transición: que nuestra justicia y nuestra democracia acaban donde comienzan los crímenes del franquismo y los delitos de quienes le son fieles, y que quien se atreva a pasar esta frontera será marginado de la vida pública y profesional y condenado. El poder en España sigue defendiendo el franquismo, tal vez por no desmentir las palabras del dictador, su amado líder, quien aseguró que lo dejaba todo “atado y bien atado”.

Se nos acusa de actuar contra la Transición, lo que quizá sea cierto, pero ¿acaso unos jueces que juraron fidelidad a los inamovibles principios del movimiento tienen algo que ver con esa Transición?

No solo estamos aquí para apoyar a Garzón por la persecución de la que es objeto. Estamos aquí para defender a las víctimas del franquismo y de la Falange, pero también para luchar contra la supervivencia del franquismo en las Instituciones del Estado, para reivindicar una forma de pensar y de creer y de luchar, para recuperar nuestra Historia y nuestra Memoria, para reclamar Justicia y para conseguir una Democracia plena. Sobre todo estamos aquí como ciudadanos para protestar contra lo que no es ni ético ni racional y participar así en una vida pública más digna.

Rosa Regàs es una reconocida escritora catalana, ex–directora de la Biblioteca Nacional de España (2004-7). Veterana militante del antifranquismo, nunca ha dejado de estar comprometida con la causa de la democracia republicana y del socialismo.

http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3272

“La ocupación de EEUU es de estilo neoliberal. Los ricos se hacen más ricos y los suburbios de Kabul van ensanchándose.” Entrevista.

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Tariq Alí · · · · ·

Lo que a continuación se reproduce es una entrevista realizada a Tariq Ali por Theodore Hamm y Christian Parenti para la revista Brooklyn Rail.

Rail: ¿Qué opina de las recientes declaraciones del general Stanley McChrystal acerca del “sorprendente” número de civiles afganos inocentes asesinados por las fuerzas de EEUU? El hecho no es sorprendente, pero ¿no debería un reconocimiento tal por parte de un alto mando motivar una oposición real a la guerra?

TA: Debería, pero no lo hace porque los ciudadanos norteamericanos y europeos (estos últimos en gran mayoría) que se oponen a la guerra se sienten impotentes. En EEUU, por supuesto, Obama se comprometió a intensificar la guerra, una promesa electoral que ha llevado a cabo a rabiar y si no se es uno de los directamente afectados –como en los días del servicio militar obligatorio [de la Guerra de Vietnam]− a los estadounidenses liberales no les importa demasiado si los extranjeros son asesinados. Las observaciones de McChrystal fueron diseñadas principalmente para el consumo en Afganistán: estaba simultáneamente dirigiéndose a los afganos y alertando a los escuadrones asesinos para que fueran cautos.

¿Opina que la popularidad personal de Obama es la principal razón de que no exista un movimiento antiguerra visible?

Parcialmente. Obama habla de la Guerra en términos del bien y del mal, y obtiene el beneficio de la duda desde el momento en que sus seguidores están seguros de que él es el bien e incluso sus oponentes piensan que la resistencia afgana es el mal. Como he mencionado antes, la principal razón de la ausencia de un movimiento antiguerra efectivo es que la mayoría de estadounidenses apenas cae en la cuenta de que están en guerra puesto que no deben luchar. El uso de mercenarios representa un gran cambio en comparación con las guerras de EEUU del siglo pasado.

¿Por qué cree que Obama intensificó la guerra en Afganistán? ¿Hay intereses materiales en ello o se trata meramente de una cuestión de política y de “credibilidad” estadounidense?

Creo que él cree en ello, al igual que cuando era candidato al Senado dijo que apoyaría a Bush si decidía bombardear Irán. El hecho de que Obama es indudablemente inteligente no lo convierte automáticamente en un liberal ilustrado, como nosotros hemos podido ver tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

En el pasado usted ha presentado a Hamid Karzai como un títere de EEUU. ¿Qué piensa que está pasando con él ahora?

Todavía es un títere en el sentido de que si la OTAN se retirase se vería obligado a acompañarla. Obviamente incluso los títeres se enfadan cuando son maltratados. Los intentos groseros de Peter Galbraith y Holbrooke para deshacerse de Karzai fracasaron. En los viejos tiempos en Vietnam del Sur, los líderes títeres recalcitrantes eran liquidados por la CIA. El problema ahora es que los EEUU no tienen a nadie para reemplazar a Karzai. Él es el títere más creíble y se ha convertido en muy rico gracias a las “habilidades” comerciales de su hermano (el contrabando de heroína y de armas es lucrativo) cosa que le permite comprar apoyo local. El hecho de que EEUU tratara de echarlo y de que fallara en el empeño ha mejorado su posición un poco, pero toda esta atención se le ha subido a la cabeza y cuando los títeres empiezan a fantasear que no son lo que son las cosas a veces se descontrolan. McChrystal y Eikenberry son muy conscientes de ello y por ello han estado tratando de limar asperezas.

¿Cómo es la relación entre los talibanes afganos y paquistaníes?

Los talibanes afganos ahora tienen muchas facciones. La facción del ulema Omar ha denunciado recientemente que los talibanes paquistaníes tienen por objetivo militar a las fuerzas de seguridad del Paquistán más que a las de la OTAN. Por lo demás es difícil de saber. Algunas facciones han estado en contacto con EEUU desde hace años en negociaciones informales, pero no se ha conseguido ningún acuerdo. Así que cuando Karzai también habla de la incorporación de los talibanes el gobierno nadie debería sorprenderse. Washington también desea que los “buenos” talibanes hagan lo mismo. Los intentos de dividir a los insurgentes nunca se detienen, pero hasta el momento han tenido solamente un limitado éxito.

¿En qué medida están la India y Paquistán luchando en una guerra subsidiaria, o al menos compitiendo y luchando entre sí en Afganistán?


Hasta hace poco, la India había respaldado a Karzai y tiene una fuerte presencia diplomática y extradiplomática en el sur de Afganistán. Lo ven como el tiempo de revancha por el envío que realizó Paquistán de yihadistas a Cachemira en los 90. Así que los intereses de los dos Estados del sur de Asia están enfrentados. La India hará lo que pueda para detener la reafirmación de la influencia de Paquistán después de la retirada de la OTAN. Pero hablar de una guerra subsidiaria es exagerado. Hay una ocupación del país por parte de EEUU-OTAN que tiene el apoyo tanto de la India como del Paquistán.

En los Estados Unidos poco se dice acerca de la ocupación rusa o de la historia del comunismo afgano. Cuéntenos algo acerca de la revolución Saur de los 70. ¿Tiene un legado potencialmente positivo en el Afganistán actual?

La ocupación soviética fue un desastre a todos los niveles y creó los cimientos de lo que ha venido después: un país que ha sido devastado por guerras y ocupaciones desde 1979 hasta la actualidad, esto es, más tiempo que las dos guerras mundiales juntas, más tiempo que las guerras de EEUU en Corea y Vietnam juntas.

Todo esto quizás no hubiera sucedido si los rusos no hubieran enviado al ejército en diciembre de 1979. Lo dije ya entonces. La forma de la ocupación fue muy diferente. Los rusos respaldaban a un gobierno que estaba intentando crear un servicio sanitario, educación libre para todos (mujeres incluidas) y combatía al oscurantismo. Lo hizo de una forma grosera y los tiroteos al estilo del salvaje Oeste entre facciones comunistas rivales en una de las cuales el Presidente Taraki fue asesinado, no han causado una imagen demasiado positiva. La ocupación de EEUU es de estilo neoliberal. Los ricos se hacen más ricos y los suburbios de Kabul van ensanchándose.

Tariq Ali es miembro del consejo editorial de SIN PERMISO. Su último libro publicado es The Duel: Pakistan on the Flight Path of American Power[hay traducción castellana en Alianza Editorial, Madrid,2008: Pakistán en el punto de mira de Estados Unidos: el duelo].

Traducción para www. sinpermiso.info: Daniel Raventós


http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3276

La mano que mece la cuna.

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Contra Darwin

Eliades Acosta Matos
Cubarte



En el 2009 la humanidad conmemoró el bicentenario del natalicio de Charles Darwin, uno de los sabios imprescindibles de la edad moderna. También el 150 aniversario de la publicación de su obra cumbre, El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas preferidas en su lucha por la vida, uno de los textos más revolucionarios en la historia, y en consecuencia, como ocurre, por ejemplo con El Capital, de Carlos Marx, uno de los más ardientemente combatidos o defendidos.

Las celebraciones habían comenzado desde mucho antes. Por ejemplo, en el 2006 se había inaugurado en el Museo Estadounidense de Historia Natural una excelente exposición que sería luego llevada a Boston, Chicago y Toronto, Canadá, para terminar en el Museo de Historia Natural de Londres, desde fines del 2008 hasta principios del 2009. Pero ni ella escapó a las pasiones encontradas que sigue persiguiendo, en pleno Siglo XXI, a la Teoría Evolutiva. El encono es explicable: ella demuestra el origen natural, no divino, del hombres, y también la pertenencia de todos los seres humanos a una misma especie animal, más allá de sus diferencias raciales o culturales. Y esto, como ha de comprenderse, es demasiado para mentes conservadoras o estrechamente dogmáticas en materia religiosa.

En un artículo de Martin Kettle publicado en “The Guardian”, con motivo de la controversia desatada en los Estados Unidos alrededor de esa misma exposición, y sugestivamente titulado “America is caught in conflict between science and God” , se intentaba explicar algo inexplicable para el resto de las persona del planeta: puede que esta nación sea la única donde el Darwinismo no sea tomado por muchos como ciencia constituida, sino como una opinión errónea, refutada ya por los avances de la propia ciencia. “Solo un cuarto de los ciudadanos norteamericanos cree en la evolución basada en la selección natural-apuntaba, mientras que más de la mitad comparte la idea de que Dios creó el mundo en seis días, tal y como se expresa en el Génesis…”. Pero lo que no pasaría de ser una polémica justificada entre partidarios y detractores del Darwinismo y de las ciencias, de un lado, o de la religión y el librepensamiento, del otro, tiene aristas, ya no tan justificadas, que el propio Kettle apunta:

“Vivimos en un mundo dominado por Estados Unidos, quienes proclaman su primacía militar, económica y hasta moral sobre los demás pueblos del planeta. Mucha gente cree que este país es diferente al resto del mundo, y que es excepcionalidad denota un propósito divino. De ahí basta dar un solo paso para proclamar que lo divino tiene preeminencia sobre la ciencia y que retórica la tiene también sobre la razón”.

En efecto, quien entienda que aquí se está solo discutiendo de ciencia o religión, no ha entendido nada. Darwin, su obra y específicamente su Teoría Evolutiva sigue estando desde hace siglo y medio bajo fuego, no solo por derrumbar dogmas y afectar intereses divinos, sino más bien, y sobre todo, por afectar intereses terrenales muy concretos.

Es increíble la larga lista de obras que se han publicado en los Estados Unidos, escritas por importantes científicos y pensadores conservadores, y sobre todo, neoconservadores, para “refutar” al Darwinismo. Entre los más destacados se encuentran Robert Bork (“Slouching Towards Gomorrah: Modern Liberalism and American Decline”), Michael Behe (“Darwin´s Black Box: The Biochemical Challenge to Evolution”), Michael Denton(“ Evolution: A Theory in Crisis”), Leon Kass(“ Toward a More Natural Science”), y muy especialmente la obra de Gertrude Himmelfarb, publicada en 1959, bajo el título de “Darwin and the Darwinian Revolution”. Y esto último nos permite seguir otra pista.

Después de dedicar17 capítulos de su libro a estudiar exhaustivamente la biografía y las obras de Darwin, esta historiadora que pertenece al Consejo de asesores académicos del American Entreprise Institute, uno de los más poderosos tanques pensantes neoconservadores, culmina analizando la relación entre Darwinismo, religión, moral, política y sociedad. Las conclusiones, no precisamente académicas, se recogen en su capítulo final, elocuentemente titulado “The Conservative Revolution”. Y he aquí que esta interesante evolución del pensamiento de la Himmelfarb, hace ya medio siglo, nos permite entender mejor por dónde va y a dónde conduce este extraordinario y conmovedor interés neoconservador por Darwin y su teoría. Porque hemos pasado del reino de las ciencias objetivas al de la política partidista. Y un interesante dato adicional: Gertrude Himmelfarb es la viuda de Irving Kristol, conocido como “El Padrino” del movimiento neoconservador norteamericano, y madre de William Kristol, uno de los firmantes iniciales, en 1997, del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, impulsor de la recién creada Foreign Policy Initiative, que es su heredera, y director del “The Weekly Standart”, su vocero.

Recordemos que en los ya lejanos tiempos de la Guerra Fría aquel puñado de visionarios de derecha que fundaron el movimiento neoconservador, desertores de la izquierda, habían sido detectados por el establishment y las agencias de inteligencia encargadas de la guerra cultural e ideológica contra el socialismo y la URSS. De manera planificada se dividieron los roles y los sectores del frente a atender, tocando a unos la filosofía, la política y la ideología, especialmente la lucha contra el Marxismo, como fue el caso de Kristol y de Norman Podhoretz, a otros la Sociología, como fue el caso de Daniel Bell, a otros las ciencias puras, como fue el caso de Leon Kaas, y la Historia, los valores, la moral y la educación, fue el frente ocupado por Gertrude Himmelfarb o Lynne Cheney, esposa de Dick Cheney. Del pensamiento geoestratégico y los problemas del desarme nuclear se ocupó Albert Wohlstetter, y de los temas literarios y culturales más generales, Lionel Trilling. Esto explica de alguna manera, el libro contra Darwin de Gertrude Himmelfarb, en fecha tan temprana como 1959, y los posteriores comentarios de su esposa, quien una y otra vez volvió sobre el asunto. Pero más importante que eso es desentrañar por qué y para qué estos denodados ataques contra Darwin por parte de los neoconservadores.

“La Teoría Evolutiva, para Kristol, - en opinión de Ronald Bailey, autor de una excelente ensayo desmitificador de las obsesiones neoconservadoras en este campo titulado “ Origin of Specious: Why Neoconservatives doubt Darwin?- no explica la complejidad de los orígenes de la vida. Allí tuvo que existir un creador inteligente. Por la misma puerta que sacan a Darwin, entran a Dios…”

Bailey también nos recuerda, citando a Paul Gross, un biólogo conservador, que… “las opiniones neoconservadoras contra Darwin son más un caso de táctica política que de ciencia. Algunos pensadores conservadores piensan que el fundamentalismo religioso es esencial para el programa político de la derecha. No en vano se afirma por ellos que derribadas ya las teorías de Marx y Freud, dos importantes bastiones materialistas del siglo XIX, solo queda en pie el Darwinismo, y por eso la orden de estricta e inmisericorde demolición”.

“Para que los neoconservadores mantengan su poder- opinaba Mike Elguinza en un blog donde se analizaba esta polémica, en septiembre del 2009, y se recordaba el papel jugado en ella por Kristol-es esencial la cínica explotación del miedo y la ignorancia de la gente.”

El propio Darwin parecía estarle respondiendo a sus acerbos críticos neoconservadores cuando en una de sus obras escribió: “A pesar de todos sus elevados poderes, el hombre sigue cargando en su cuerpo el sello de su modesto origen”.

Así es: en estas feroces invectivas contra la ciencia y uno de sus pilares es fácilmente detectable el origen de la campaña. También sus objetivos. Solo en algo se equivocaba este sabio, enterrado hoy en la Abadía de Westminster, al lado de Isaac Newton: no tuvieron, ni mantienen, un origen humilde. Los neoconservadores no lo son.

Fuente: http://www.cubarte.cult.cu/paginas/actualidad/conFilo.php?id=14762

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=104905&titular=la-mano-que-mece-la-cuna-

La CIA autoriza el asesinato de musulmanes por constituir una “amenaza para Estados Unidos”.

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Anwar al-Aulaqi

En contra del asesinato de Anwar al-Aulaqi

J. B. Gerald
Global Research

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández



“Os encanta establecer leyes

Pero disfrutáis mucho más rompiéndolas”

Khalil Gibran


Introducción

“La lista de la CIA de personas que se deben eliminar” es un término empleado por los medios para designar a una serie de hombres musulmanes sobre los que pesa una orden de asesinato por considerarles una amenaza para los Estados Unidos. Como Presidente, Bush utilizó la frase para su lista de sospechosos de “terrorismo” cuando esa política se hizo pública por vez primera a mediados de diciembre de 2002. Tan pronto aparecen determinados nombres en la “lista” como después se retiran y por eso es complicado asegurarse de quiénes son los que actualmente están en peligro (1).

El anuncio de Bush, consciente de las prohibiciones en contra de los asesinatos contenidas en las órdenes ejecutivas de anteriores presidentes, designaba a los sospechosos como “combatientes enemigos”, a fin de evitar una confrontación directa con las leyes de la guerra (LOW, por sus siglas en inglés), también conocidas como leyes que rigen en los conflictos armados (LOAC, por sus siglas en inglés), a las que está vinculado EEUU (2). Los informes a los medios de Dennis Blair, el Director de la Inteligencia Nacional, en un testimonio ante el Comité de Inteligencia del Congreso, el 3 de febrero de 2010, no hacen mención a “combatientes enemigos” porque intentaba reservarse el derecho a incluir en la dichosa lista a ciudadanos estadounidenses como objetivos de asesinato (3). Posteriormente, el 6 de abril de 2010, un portavoz de la comunidad de la inteligencia denunció que se había añadido a la lista de la CIA de personas que se deben eliminar a Anwar al-Aulaqi, un clérigo musulmán y ciudadano estadounidense (4). El imán es conocido por sus declaraciones de fe en Internet. Como es ciudadano estadounidense, es necesario que el Presidente apruebe la orden de asesinato. Pero hay algo más importante aún, al-Aulaqi es un civil.

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (5), firmado y ratificado por EEUU y que forma parte ahora de las Leyes de la Guerra, manifiesta (6):

“En los países en que no haya abolido la pena capital, sólo podrá imponerse pena de muerte por los delitos más graves y de conformidad con leyes que estén en vigor en el momento de cometerse el delito, que no sean contrarias a las disposiciones del presente Pacto ni a la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio. Esta pena sólo podrá imponerse en cumplimiento de sentencia definitiva de un tribunal competente”.

“Cuando la privación de la vida constituya delito de genocidio, se entenderá que nada de lo dispuesto en este artículo excusará en modo alguno a los Estados Partes del cumplimiento de ninguna de las obligaciones asumidas en virtud de las disposiciones de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio”. (Parte III, Artículos 2 y 3).

Las Leyes de la Guerra prohíben expresamente asesinar a alguien (Ley de la Guerra Terrestre, Capítulo 2, punto 31). Debido a que afecta muy claramente a las políticas estatales, tanto el Presidente Ford como Reagan emitieron órdenes ejecutivas prohibiendo el asesinato. La Orden Ejecutiva 12333 (4 diciembre 1981) del Presidente Reagan afirma: “Se prohíbe el asesinato. Ninguna persona empleada o actuando en nombre del gobierno de EEUU se implicará, o conspirará para implicarse, en un asesinato” (Sección 2.11). “También se prohíbe la participación indirecta” (Sección 2.12) (7). Hubo un intento de contrarrestar la orden ejecutiva mediante legislación (H.R. 19: Acta de 2001 sobre Eliminación de Terroristas), que no tuvo éxito, intentándose de nuevo en 2003, con un nuevo fracaso. Esa orden sigue vigente. Como derecho consuetudinario, no puede sustituirse como tal derecho a conveniencia del ejecutivo. En la Alemania del Tercer Reich, por ejemplo, se fueron desarrollando una serie de leyes que perseguían despojar a los judíos del derecho a la propiedad y al trabajo (8). Tras la liberación, se reconoció que esas “leyes” eran simplemente tácticas de genocidio.

Es política declarada del Departamento de Defensa “cumplir las leyes de la guerra” (9).

Anwar al-Aulaqi

Anwar al-Aulaqi es un devoto musulmán que nació y se educó en Estados Unidos. Tanto él como su padre, un antiguo Ministro de Agricultura del Yemen, han declarado que no tienen conexiones con al-Qaida. Ha sido imán sucesivamente en tres mezquitas de EEUU y el FBI le arrestó en 2006, liberándole después al no encontrarle vínculos con al-Qaida. Estaba en la lista de objetivos del ejército y fue blanco de un ataque aéreo de la inteligencia estadounidense-yemení sobre la casa en la que se suponía que estaba; asesinando con esa acción a treinta personas (10). Esa tentativa iba contra la ley, ya fuera como civil o como imán (se considera personal médico a los capellanes) (11). Es un crimen de guerra ir a por un no combatiente en circunstancia alguna. Va también contra la ley matar a treinta civiles musulmanes más en una zona no bélica (12).

EEUU considera a al-Aulaqi como una amenaza motivadora, “peligroso” desde que se dijo que tanto el Mayor Hassan, el psiquiatra del ejército que mató a varias personas en su cuartel, y el supuesto “suicida-bomba” nigeriano del avión que se dirigía a Detroit, habían sido influenciados por su pensamiento. Aunque hay una imprudencia extrema en afirmar que al-Aulaqi ordenó llevar a cabo delitos de violencia, Dennis Blair, el director estadounidense de la Inteligencia Nacional, ha insistido en que la comunidad de la inteligencia “no actúa con descuido” cuando mata a estadounidenses en el extranjero (13).

Se dice que al-Aulaqi cree en la yihad contra EEUU en respuesta a la guerra estadounidense contra el Islam y los pueblos musulmanes. Y sobran pruebas de que EEUU está realmente llevando a cabo una guerra contra el Islam. Diversas fuentes de noticias citan al-Aulaqi diciendo: “He llegado a la conclusión de que, para mí, la yihad contra EEUU es un deber, al igual que para todos los musulmanes que puedan emprenderla”. “Yihad” es un término muy amplio que no significa violencia o acción armada, o guerra financiera, como el presidente libio Gaddafi recientemente anunció contra los suizos, o batalla de culturas. ¿Es delito que un imán apruebe la yihad? ¿Era la canción del Movimiento por los Derechos Civiles de EEUU “You gotta do what the spirit say do” un delito merecedor de la pena de muerte? Si al-Aulaqi coge las armas contra EEUU, o aconseja a otros que cojan las armas, entonces, bajo la ley estadounidense, ha cometido un delito grave. Pero muy pocas pruebas concretas se han presentado de que al-Aulaqi haya hecho tal cosa. Es un civil que tiene derecho a un juicio justo en un tribunal civil. Como clérigo es un no combatiente en un contexto militar. En todos los casos va en contra de las leyes de la guerra designar como blanco a un no combatiente (14).

El Grupo de Inteligencia SITE, que controla las páginas islámicas en Internet y proporciona información a las fuerzas de campo y a las agencias de Defensa estadounidenses, atrajo la atención de la gente el 19 de marzo de 2010 acerca de las declaraciones anti-estadounidenses y pro-yihadistas de al-Aulaqi. El co-fundador de SITE, traductor y experto en portales de Internet, fue el principal testigo del gobierno canadiense en el reciente juicio celebrado en Quebec contra Said Namouh (15), un musulmán de Marruecos, arrestado y sentenciado a cadena perpetua por conspirar para poner bombas en Austria. Namouh no cometió acto de violencia alguno. El testigo rastreó su disco duro, sus correos y escritos, en búsqueda de material “yihadista” que le convirtiera en un “propagandista” de al-Qaida. SITE es una compañía activista con una determinada agenda. El co-fundador es un israelí que ha servido en el ejército de Israel, un sionista cuyo padre fue ahorcado en Iraq acusado de ser un espía israelí. Blackwater, tristemente célebre por sus matanzas de civiles, enumera a SITE como una fuente inestimable de información, y este grupo de inteligencia/compañía con afán de lucro, recibe en EEUU medio millón de dólares al año libres de impuestos. Al seleccionar para su página en Internet (16) ejemplos de resistencia violenta entre los 1.600 millones de musulmanes del mundo, con declaraciones de imanes que protestan contra las matanzas que otra gente, que se dice con moral, no se atreve a protestar abiertamente. SITE ofrece, creo yo, algo más que un testimonio o presentación imparcial. Todos aquellos que están deseando emprender la guerra contra el Islam utilizan ejemplos de “terrorismo a través de webs” de extremistas.

A al-Aulaqi se le acusa de asociación con conocidos “terroristas” y de hacer declaraciones religiosas que en realidad son honestas. Lo primero implica culpabilidad por asociación, aunque es deber de clérigos y capellanes estar abierto a todos aquellos que puedan necesitarles. En cuanto a la honestidad de las manifestaciones religiosas de al-Aulaqi, la ley estadounidense garantiza la libertad de expresión. Tanto la Constitución como la cultura estadounidense respaldan históricamente tanto la libertad religiosa como la libertad de expresión de al-Aulaqi. Es un acto extremo sacrificar estas libertades en función de la agenda de un gobierno, especialmente en función de una “guerra contra el terrorismo”. Los tratados y pactos internacionales, las leyes de todos los países avanzados promueven su libertad de pensamiento, de creencia y de manifestar pensamientos y creencias. Si un clérigo afirma verdades morales que son comunes al judaísmo, al cristianismo y a la ética, la que se siente amenazada, táctica y moralmente, es una política estadounidense que es delictiva. Si la política estadounidense pide al pueblo de EEUU y a las gentes del mundo que acepten que se gobierne mediante el asesinato, deberían escucharse más atentamente otras manifestaciones de moralidad. Sin razón lógica alguna para arrestarle y juzgarle, hay que asesinar a Anwar al-Aulaqi por constituir una amenaza “inspirativa”. En el caso de todos y cada uno de los objetivos de la lista de la CIA de personas que se deben eliminar, el asesinato extrajudicial es un crimen contra la humanidad que no prescribe.

Aceptación pública

Asesinar a la gente porque odia a Estados Unidos no es una respuesta adecuada, especialmente cuando la política estadounidense continúa masacrando ilegalmente civiles mediante ataques con aviones no tripulados, acciones militares agresivas en sectores civiles, destrucción de infraestructuras y de todo el tejido cultural de sociedades-víctima. Se eligió al actual Presidente Obama para que pusiera fin a las guerras de agresión de EEUU. La respuesta adecuada por tanto debería ser la de cambiar de política.

La comprensión pública de lo que significa asesinar a personas porque inspiran a otros aparece profundamente amortiguada por el contexto: en Iraq, desde 1990, se está matando a millones de civiles musulmanes iraquíes, madres, padres, niños, que no mostraron ninguna mala voluntad contra EEUU. Eso es, parcialmente, lo que una “guerra ilegal” significa. Tanto en Iraq como en Afganistán se ha arrestado a miles de “combatientes” y de civiles, a los que claramente se despojó de los derechos que les otorgan los Convenios de Ginebra y, en el caso de Guantánamo, se les torturó y detuvo en condiciones tan extremas que sus captores son responsables y deberán ser juzgados bajo las leyes de la guerra y los convenios de paz. Despojar a un enemigo religiosamente definido de los derechos humanos fue un paso hacia un llamamiento público de asesinato por encargo. Ese encargo para matar aparece como algo normal en los medios al albur de una política de crímenes de guerra contra pueblos que son musulmanes.

Los estadounidenses son conscientes de que la “lista de la CIA de personas que se deben eliminar” tiene una larga trayectoria. Normalmente el poder encubre sus crímenes. Hay pruebas evidentes de que la CIA patrocinó o ejecutó asesinatos extrajudiciales en las operaciones políticas de EEUU contra Lumumba, Castro, Allende (17), entre otros. Las operaciones de los escuadrones de la muerte por toda América, una forma de operar sistemáticamente calcada de la Escuela de las Américas de EEUU, son sencillamente operaciones encubiertas del ejército. La amenaza que supone el que la CIA reúna miles de nombres de radicales, izquierdistas, comunistas, disidentes, sindicalistas y organizadores en todos los países donde EEUU tiene intereses corporativos, se vio muy claramente, por ejemplo, en Indonesia en 1965, con el asesinato por parte del ejército de alrededor de medio millón de “comunistas” de las listas que la CIA le proporcionó al ejército indonesio (18).

El hecho de señalar abiertamente a al-Aulaqi para asesinarle porque supone una amenaza “inspirativa”, nos aclara las muertes de otros religiosos o dirigentes “inspirativos” que denunciaron las políticas estadounidenses. El Arzobispo de El Salvador Oscar Romero (“Os suplico, os suplico, os lo ordeno, en nombre de Dios, ¡poned fin a la represión!”) fue asesinado el 24 de marzo de 1980 en una operación de la inteligencia mientras celebraba misa en un hospital. El rastro del asesinato llega hasta Roberto D’Aubuisson, entrenado por EEUU en las áreas de seguridad e inteligencia (Nueva York y Virginia, 1971) y en la de comunicaciones (la Escuela de las Américas, 1972). El 2 de diciembre de 1980, dos monjas de la congregación Maryknoll y dos monjas ursulinas fueron violadas y asesinadas por el ejército salvadoreño, con la cobertura de oficiales estadounidenses. Las hermanas eran estadounidenses que trabajaban para los Servicios Católicos de Ayuda. Sus nombres eran Dorothy Kazel, Ita Ford, Jean Donovan y Maura Clarke (19). El 16 de noviembre de 1989, seis sacerdotes jesuitas, una cocinera y su hija fueron asesinados por un “escuadrón de la muerte”, un eufemismo para las operaciones regulares de ANSESAL y del ejército. Entre las dos y las tres de la madrugada, mataron a tiros a Ignacio Ellacuría, el rector de la universidad, Ignacio Martín-Baró, el vicerrector, Segundo Montes, profesor, Arnaldo López, profesor y Joaquín López, director de un programa de ayuda humanitaria, Julia Elba Ramos, la cocinera, y su hija de quince años, Cecilia Ramos. La Comisión por la Verdad de El Salvador responsabilizó a oficiales de alto rango de El Salvador, apoyados por el ejército estadounidense y a varios “hombres de negocios” (21). El crimen inspirativo de las víctimas fue ayudar a los pobres. Los asesinatos de todos ellos representaron un instante en un mar de sangre. Desde los años sesenta, se ha identificado, y en algunos casos enjuiciado, a los autores de algunos crímenes, aunque no con mucha frecuencia porque los programas de la CIA continúan siendo encubiertos y se sigue protegiendo el contexto de la agenda y la política estadounidense. Los operativos estadounidenses, los diplomáticos, los conductos de financiación de los escuadrones de la muerte y los gobiernos clientelistas que llevan a cabo sus políticas siguen siendo intocables aunque se conozcan sus nombres y responsabilidades (22).

El derecho encubierto del poder absoluto sobre ciudadanos de otros países resulta ya tan familiar que la CIA permite que aflore su lista de personas que se deben eliminar, pero ese hecho no supone una nueva política sino la continuación de la antigua, que afirma, ahora abiertamente, el derecho del gobierno estadounidense de matar a quien se le antoje.

El derecho castrense en EEUU

Las palabras “captura o asesinato” introducen el delito en el lenguaje de la guerra, aunque el derecho castrense es de hecho particularmente cuidadoso sobre quién puede ser objeto de tales acciones (23).

El derecho castrense es también plenamente consciente de Nuremberg y de la inutilidad de la defensa alegando aquello de “yo sólo estaba obedeciendo órdenes”. El derecho castrense aparece codificado en el Código Uniforme de Justicia Militar (UCMJ, por sus siglas en inglés), que es una ley federal estadounidense para todos aquellos que sirven o trabajan en el ejército.

El UCMJ afirma que es deber del soldado obedecer una orden legal. Negarse en tiempo de guerra puede significar pena de muerte (24). Se lee repetidamente en el UCMJ que deben obedecerse las “órdenes legales”. Lo que significa, para una mente racional, que una orden ilegal no tiene por qué obedecerse. El mismo UCMJ ofrece poca luz sobre dónde trazar la frontera entre una orden legal y otra ilegal, a no ser lo obvio. Aunque lo obvio no se especifique, no es por eso menos obvio. Recientes leyes militares tratan de determinar la legalidad de las órdenes ante un juez de un tribunal militar (25). No es probable que acaben ahí. El tribunal militar es cada vez más responsable ante el derecho de guerra, y el Acta de Crímenes de Guerra de 1996 permite que se acuse al personal militar ante tribunales federales (civiles) por “violaciones graves de los Convenios de Ginebra”, entre otros delitos (26). Y en las áreas bajo dominio de la Corte Penal Internacional, no es necesario haberse adherido a la misma para poder procesar a alguien.

Como el ejército estadounidense sirve ahora en regiones donde se cometen delitos de mando como la agresión, el brazo judicial del ejército está cada vez más pendiente del derecho internacional. Los manuales actuales del Departamento de Defensa sobre las leyes de guerra aconsejan a los jueces militares que respeten no sólo los Convenios de Ginebra firmados por EEUU sino también los Protocolos Facultativos, a los que no se han adherido pero que se han convertido en derecho consuetudinario y, por tanto, aplicable (27). Aunque desobedecer una orden ilegal sea una decisión peligrosa, es una alternativa admitida allí donde sea necesario hacerlo.

El UCMJ aborda qué es lo que está bien y qué es lo que está mal en sus Artículos Punitivos relativos a delitos contra el sistema militar, incluyendo los que uno encuentra en los tribunales civiles: conducir en estado de ebriedad, violaciones, asesinatos, etc. El UCMJ evita interactuar desde dentro de forma directa con los Convenios de Ginebra y las Leyes de la Guerra/Leyes de los Conflictos Armados (LOW & LOAC, por sus siglas en inglés), excepto, de forma notable, en el Artículo 18, que concede al tribunal militar el derecho a juzgar crímenes de guerra. Esto incluiría las violaciones de los Convenios de Ginebra y otras Leyes de Guerra (28). Al aplicar los Convenios de Ginebra y el resto de instrumentos del derecho internacional que los tribunales militares deben tener en cuenta, un crimen de guerra (o un “crimen contra la humanidad”, si es parte de una agenda o de una serie de crímenes de guerra) es perseguible. Cualquiera que ordene perpetrar un crimen de guerra está dando una “orden manifiestamente ilegal”.

Al ordenar el asesinato extrajudicial de ocho o nueve hombres musulmanes, y en particular del clérigo al-Aulaqi, EEUU está utilizando el mismo mecanismo de los nazis alemanes al preparar el frente interno en Alemania para la guerra: la deshumanización de un grupo étnico y religioso. La deshumanización es siempre un requisito necesario para el genocidio y el asesinato masivo y revela una intención premeditada (29).

Lo que resulta inaceptable en la orden de matar o capturar a al-Aulaqi no es sólo que sea ciudadano estadounidense sino que es un musulmán de un grupo que está sufriendo una serie de crímenes de guerra. Más profundamente, es un ser humano inocente hasta que se pruebe lo contrario. La repetición de crímenes de guerra contra tantos pueblos musulmanes convierte todo el ámbito de crímenes individuales contra los musulmanes en un crimen contra la humanidad. Avanza en una progresión que priva a un pueblo de sus derechos con total impunidad sólo porque son musulmanes, incluso cuando son estadounidenses, y por tanto, adquiere todas las responsabilidades que emanan de un delito. Psicológicamente, todo lleva al grupo asediado a la oposición.

La ingeniería de las partes en esta “guerra” de adquisiciones militares corporativas representa un intento de genocidio (30). El grupo de víctimas elegido tiene derecho moral a resistir. Sobrevivir es un derecho humano. La política estadounidense y las percepciones creadas por la gestión los medios han deshumanizado a grandes grupos de musulmanes por las matanzas masivas ilegales en Iraq y Afganistán, la denegación de los derechos humanos a los prisioneros/sospechosos, despojando a los musulmanes de sus derechos legales en áreas vulnerables. A al-Aulaqi se le despoja de sus derechos a causa de sus creencias.

Los derechos humanos constituyen cada vez más la matriz de una sociedad que funcione bien. Las leyes internacionales y las leyes de los países progresistas reflejan ese hecho. En EEUU, la nueva Ley Documental Suplementaria del Manual del Derecho de Guerra (2008) destinada a los defensores judiciales empieza a escribir leyes internacionales en el código judicial militar estadounidense mucho antes que en el derecho interno estadounidense. Las leyes consuetudinarias, aceptadas por muchos países, están convirtiéndose en derecho convencional (codificado). Al menos hay un conocimiento práctico de que si las decisiones militares excluyen la humanidad, pierden la buena fe necesaria para las leyes de la guerra que protegen a ambas partes.

Rechazo

Hay una larga historia de hombres y mujeres intentando explicar al poder que no puede dedicarse a matar por nada y en bien de nada. Las culturas antiguas de Indoeuropa y de Persia son civilizadas en grado sumo. La resistencia sobrevive. No se trata sólo de la resistencia del Islam, o de una interpretación del Corán o de una secta. La necesidad de libertad sigue su propio camino. Es la supervivencia de la fe, de los primeros cristianos en Roma, de Toussaint L’Ouverture, de Louis Riel, de la resistencia del Gueto de Varsovia, de Ho Chi Min, de Jean Moulin, de John Brown y Thoreau, también de Beauregard, también de Simon Bolívar, de Fidel o de los sueños revolucionarios de EEUU. En los miles y miles momentos de la historia en que la arrogancia de los opresores aplastó y aplasta el respeto por la vida, se genera resistencia.

Esa Política de EEUU, al situar a un estadounidense musulmán dentro de su ámbito de matanza por afirmar sencillamente sus creencias y sugerir que vale la pena morir por ellas, rompe con la fe en la humanidad. Los estadounidenses ya hemos tenido que pasar por el asesinato de muchos de nuestros líderes religiosos. El Dr. Martin Luther King hijo (31) era tan solo un estadounidense. Su libertad de pensamiento y de fe se convirtió en una amenaza para un gobierno que emprendía una guerra en Vietnam. Una amenaza “inspirativa”. Malcolm X eran tan sólo un estadounidense, otra amenaza inspirativa y un visionario. Hubo tantas muertes inexplicables e injustificadas de estadounidenses en los sesenta, de hombres y mujeres de buena fe que creían en la humanidad. Algunos llevaban uniforme. El crimen que se proponen perpetrar contra Anwar al-Aulaqi es parte de un crimen estadounidense mucho más grande, que sigue siendo inaceptable bajo cualquier concepto y que se nos lleva a todos por delante.

La preocupación no es sólo por la orden de matar a Anwar al-Aulaqi, que creo que es una orden patentemente ilegal (32). Es que esa política estadounidense de “guerra” ha creado como norma los asesinatos injustificados. Las víctimas son a menudo inocentes e inolvidables. Esa política sitúa a gente del ejército y de los servicios relacionados con él, la CIA, los contratistas, la gente que sólo “estaba cumpliendo órdenes” fuera de la comunidad humana y más allá de la protección de la ley. Con un mínimo de preocupación por la vida humana, no cabe sino luchar para se cancele esa orden.

NOTAS:

1. Philip Gerardi, "Deep Background: Assassinating Americans" (28 marzo 2010), Global Research News. Gerardi indica el nombre de otro estadounidense en la lista de personas que se deben eliminar, Adam Perlman (Adam Yahiye Gadahn). Un cristiano judío de la Costa Oeste, convertido al Islam a los 17 años, al que se considera ayudante de Bin Laden, un “propagandista” que apoya a los fundamentalistas pakistaníes.

2. Constitución de EEUU. Artículo VI (2). "This Constitution, and the laws of the United States which shall be made in pursuance thereof; and all treaties made, or which shall be made, under the authority of the United States, shall be the supreme law of the land..."

3. Andrew Buncombe: "Bush gives CIA 'hit list' of senior terrorists", (16 dic. 2002), The Independent.

4. Greg Miller: "Muslim cleric Aulaqi is 1st U.S. citizen on list of those CIA is allowed to kill" (7 abril 2010), Washington Post.

5. "Pacto Internacional de Derechos Políticos y Civiles" (16 dic. 1966), Colección de tratados de las Naciones Unidas en Internet. Se incluye actualmente en el Suplemento Documental del Derecho de la Guerra (2009), International and Operational Law Department, The Judge Advocate General's Legal Center and School.

6. Laws of War Handbook 2005, International and Operational Law Department, The Judge Advocate General's Legal Center and School [http://www.jagcnet.army.mil]

7. Elizabeth Bazan: "Assassination Ban and E.O. 12333: a Brief summary", (4 enero 2002), CRS Report for Congress.

8. The Black Book: the Nazi Crime Against the Jewish People (New York, Nexus Press, 1981), pág. 89-110.

9. "The Armed Forces of the United States will comply with the law of war during all armed conflicts, however such conflicts are characterized, and, unless otherwise directed by competent authorities, the US Armed Forces will comply with the principles and spirit of the law of war during all other operations", Chairman of the Joint Chiefs of Staff Instruction, CJCSI 5810.01B (25 marzo 2002).

10. Andy Soltis: "'Fort Hood' Imam blown up: Yemen" (25 diciembre 2009), New York Post. De hecho, Al-Aulaqi sobrevivió. Un informe anterior de AP señala que la mujer de Aulaqi y sus cinco hijos estaban con él en un lugar desconocido: Ahmed al-Haj & Donna Abu-Nasr: "US imam who communicated with Fort Hood suspect wanted in Yemen on terror suspicions", (11 noviembre 2009), San Francisco Examiner.

11. Chapter 7: "Means and Methods of Warfare," Section 3, B, 2, C, c., Laws of War Handbook 2005.

12. Section 3, B, 2, a, Ibid.

13. "Obama Administration Approves Killing Americans Abroad" (April 5, 2010), allgov.com.

14. Section 3, B, 2, Laws of War Handbook 2005.

15. J.B.Gerald: "suppressed news", Night's Lantern

http://www.nightslantern.ca/bulletin.htm#namouh

16. Site Intelligence Group [http://www.siteintelgroup.org/].

17. David Pallister: "Leaders on the CIA's hit list" (21 marzo 2010), The Guardian.

18. David Ransom: "Ford Country: Building an Elite for Indonesia" The Trojan Horse: A Radical Look at Foreign Aid (Palo Alto, Ca: Ramparts Press, 1975, revised edition), pág. 93-116 [http://www.cia-on-campus.org/internat/indo.html]. Véase también mi: "Essay on State Terrorism" (1991) Night's Lantern [http://nightslantern.ca/essay.htm].

19. "Dorothy Kazel", Wikipedia.

20. Lee Hockstader and Douglas Farah: "6 Priests, 2 others slain in San Salvador" (17 noviembre 1989), Washington Post Foreign Service.

21. "Illustrative case: the Murders of the Jesuit Priests", Report of the UN Truth Commission on El Salvador (15 marzo 1993), pág. 45-54.

22. Leads for verification: Ralph McGehee, "CIA Support of Death Squads": serendipity.li. Serendipity lleva a cabo una extensa investigación en la base de datos de la CIA.

23. Véase capítulo 7, "Means and Methods of Warfare" Laws of War Handbook 2005, passim.

24. Artículo 90, 2, y Artículo 92, Uniform Code of Military Justice

[http://www.au.af.mil/au/awc/awcgate/ucmj.htm].

25. 18 U.S.C.5 2441 and amended 1997. Laws of War Handbook 2005, pág. 223.

26. A recent clarification: "Preface", Manual for Courts-Martial United States (2008 edition), Joint Service Committee for Military Justice. USAPD, Unclassified PIN 030567–000.

27. Ibid.

28. Ibid.

29. La ratificación de EEUU del Convenio sobre Genocidio y su consiguiente política subraya la necesidad de la “intención” para que se cometa genocidio. De forma realista, la definición de “intención” queda sujeta a la interpretación de un tribunal internacional.

30. Véase J.B.Gerald, "When the 'War on Terror' Becomes Genocide" (2010) [http://nightslantern.ca/gw.htm]

31. Para considerar el asesinato del Dr. Martin Luther King Jr. (y otros) dentro del contexto de una operación secreta estadounidense (relacionada con el ejército), véase J.B.Gerald: "Essay on State Terrorism" (1991) [http://nightslantern.ca/essay.htm].

32. Artículo 90, "Explanation", 2, a, i,UCMY, Manual for Court Martial United States (edición 2008) [http://www.jag.navy.mil/documents/mcm2008.pdf]. Véase también artículo 89: "Explanation" (5) y artículo 92, ibid.

Fuente: http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=18795


http://www.rebelion.org/noticia.php?id=104989

Activación legislativa de racismo institucional.

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Arizona

Bartolomé Clavero
http://clavero.derechosindigenas.org/



El domingo 25 de abril fue una jornada de movilización y manifestaciones en Arizona, Estado de fuerte impronta mexicana de los Estados Unidos de América. La movilización se da precisamente entre gentes de origen o descendencia mexicana. La jornada se inauguró con una ceremonia indígena en Phoenix, la capital del Estado, pues las gentes indígenas de procedencia mexicana figuran entre quienes sufren el ataque racista de una ley promulgada este viernes pasado en Arizona. Se trata en efecto de una ley que responde a presunciones racistas y que sólo puede funcionar sobre presupuestos racistas.

La ley pretende salir al paso de la inmigración que califica de ilegal, la que llega en busca de trabajo respondiendo a su demanda, sin atenerse a las previsiones del derecho estadounidense de inmigración. A dicho efecto criminaliza no sólo el ingreso por la frontera con México sin pasar por el control de migración, sino también toda una serie de conductas que coadyuvan a este movimiento de población, y dota a la policía del Estado con poderes que se tienen normalmente por inconstitucionales en los Estados Unidos, como el de proceder a detenciones arbitrarias sin existir indicios, salvo la mera sospecha, y sin requerimiento de mandato judicial.

La ley repite que ha de ser razonable lo que por definición no puede serlo: “Cuando exista la sospecha que la persona es extranjera ilegalmente presente en los Estados Unidos, se emprenderán diligencias razonables, de ser practicables, para la comprobación del status migratorio de la misma”; “el agente de la ley puede arrestar sin mandato judicial a una persona si cuenta con causa probable para creer que la misma ha cometido algún ilícito que permita su expulsión de los Estados Unidos”. La ley también compromete al Estado de Arizona en el respaldo, incluso económico, de los agentes que, por actuar conforme a una ley de tan débil, si es que alguna, consistencia constitucional, pudieran verse abocados a arrostrar exigencias de responsabilidades. ¿Dónde radica el racismo? Pues en el hecho bastante patente de que categorías tan indeterminadas como la sospecha razonable y la causa probable sólo se pueden concretar y activar sobre supuestos de racismo, de un racismo contra gentes de procedencia mexicana. La ley está redactada, por supuesto, con cuidado para disimularlo al máximo.

Arizona fue un Territorio y es un Estado de los Estados Unidos no sólo de una fuerte impronta mexicana, sino también de una fortísima tradición antimexicana como tal Estado. Baste un indicio entre tantos. Estableció su capital en la ciudad más caucásica, digámoslo así, de Phoenix por evitar que se ubicara en la más mexicana y entonces más importante de Tucson. En el presente Tucson es ciudad anglosajona, por así también decirlo, pero está contigua a la de South Tucson, que mantiene su carácter mexicano y donde hay barrios indígenas de procedencia igualmente mexicana como el del pueblo yaqui. Aunque la frontera fue recientemente alambrada y amurallada, dividiendo de paso no sólo a gentes mexicanas, sino también a pueblos indígenas como el o’odham o pápago, la misma artificialidad de su trazado impide que el tránsito humano resulte controlable ni siquiera por medios tan drásticos. Ahora se recurre a la nueva legislación que pone bajo sospecha a quienes no tienen la tez caucásica, la que en Estados Unidos se identifica con quienes no son ni indígenas ni latinos ni afrodescendientes ni de procedencia asiática o incluso europea meridional. Somos legión quienes en Estados Unidos hemos tenido la experiencia de no responder a la condición caucásica, a una categoría racista que no ha desaparecido por no ser ya legal y haber reducido con ello bastante su juego. Hay quienes la siguen sufriendo.

La nueva ley de Arizona viene a reactivarla. A nadie se le oculta, aunque quienes la han promocionado lo nieguen, que sospecha razonable o causa probable sólo puede en la práctica serlo una sospecha o una causa de índole racista, la de apariencia no caucásica o más en concreto, para el caso de Arizona, mexicana o indígena de tal misma procedencia. Por ello, la gobernadora que fuera democráticamente elegida en los últimos comicios se oponía y opone a medidas de tal género. Es Janet Napolitano, hoy Secretaria de Seguridad Nacional de la Administración Obama. Conforme a las previsiones de la Constitución de Arizona (art. 5, sec. 6), le ha sucedido, sin pasar por las urnas a este efecto, la anterior Secretaria de Estado, persona de otras posiciones, coyuntura que se ha aprovechado para hacer pasar la ley. Napolitano, la última gobernadora elegida como tal democráticamente, la hubiera vetado con toda seguridad. Nadie sabe hacer en Arizona previsión de cómo funcionará la ley si no es bajo los prejuicios del racismo. La nueva norma está redactada también con sumo cuidado para no chocar con el derecho federal de inmigración, pero el choque en todo caso se produce con el derecho federal de derechos civiles o constitucionales o con derechos más sencillamente humanos así asaltados por el racismo.

El actual Relator Especial de Naciones Unidas sobre los derechos humanos y las libertades fundamentales de los indígenas, James Anaya, es ciudadano de Arizona y además, por descendiente de ambos lados de la frontera y también por indígena, apache y purépecha en concreto, tiene al perfil racial al que apunta la nueva ley. Podríamos recomendarle que no deambule desde ahora por Arizona sin documento de identificación y con vestimenta al estilo bracero de T-shirt, jeans y huaraches. Cabría incluso otra recomendación, la que responda a un precedente sentado por el anterior Relator Especial de Naciones Unidas sobre los derechos humanos y las libertades fundamentales de los indígenas, Rodolfo Stavenhaguen, ciudadano mexicano que rindió una visita oficial a México para levantar acta crítica del estado de los derechos de las personas y los pueblos indígenas. También cabe que el Relator Especial remita comunicados a un Estado, como Arizona en el caso, expresando preocupación por el impulso oficial a un racismo atentatorio contra derechos especialmente de indígenas.

La visita a Arizona o un informe sobre este Estado podría ser interesante por algo más, desde luego. En su condición oficial de Relator Especial de Naciones Unidas sobre los derechos humanos y las libertades fundamentales de los indígenas, James Anaya podría visitar a los pueblos indígenas, como el navajo y el hopi, para analizar su situación desde la perspectiva que corresponde a su mandato, la del derecho internacional de los derechos humanos, lo cual puede resultar realmente oportuno para el caso de los Estados Unidos. Con el gobierno anterior esto hubiera sido ciertamente difícil, pero ya no lo resulta tanto con el de Obama.

El embajador de los Estados Unidos de América ante las Naciones Unidas en Nueva York, con ocasión del presente periodo de sesiones del Foro Permanente, ha anunciado que su país está revisando la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas para considerar la cancelación formal del voto en contra emitido cuando la Asamblea General del organismo internacional la adoptó. En el periodo anterior de sesiones, hace un año, la misión de Estados Unidos manifestó que no se esperase ninguna novedad del nuevo gobierno en la oposición a la Declaración. Algo está evolucionando.

Este año los Estados Unidos han aceptado también participar en una sesión del Foro Permanente dedicada a la Norteamérica anglosajona, entablando así un diálogo con las respectivas organizaciones indígenas en el ámbito de las Naciones Unidas. Algo en efecto evoluciona. ¿No se está abriendo en casa al Relator Especial sobre los derechos humanos y las libertades fundamentales de los indígenas todo un horizonte? ¿No le plantea un reto la activación legislativa de un racismo institucional en su propio Estado?

Una última pregunta a otra banda. ¿Qué tiene México que decir ante el tratamiento racista de los mexicanos en Arizona? ¿Qué dirían los Estados Unidos si fuera una ley del Estado mexicano de Sonora la que deparara a los gringos semejante trato?

Bartolomé Clavero es Vicepresidente del Foro Permanente de Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas.

Fuente original: http://clavero.derechosindigenas.org/?p=5986

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=104957

lunes, 26 de abril de 2010

Mi velo es parte de la misión que tengo en esta vida.

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Asalamo aleikum mi nombre es Rashida Jenny Torres, tengo 40 años y cuatro hijos, tres varones y una niña, soy ciudadana costarricense por nacimiento, oriunda de una ciudad que se llama Alajuela, aunque he vivido en San José (la capital), en el Salvador y actualmente residí en Puntarenas, una ciudad costera.

Comencé a usar el hijab en el año 2004, hacía dos años que había decidido que el Islam era el camino a seguir pero no había encontrado cómo o a quién acudir para ello en mi país, después de dos años, encontré una mezquita y comencé a asistir a clases de Islam y de árabe, al principio creí que solo debía usar el hijab dentro de la mezquita, así que lo llevaba puesto dentro de ella y en las oficinas de la misma. A los pocos días comencé a usarlo para salir con amigos musulmanes y a los tres meses, después de entender que si era musulmana debía serlo con todo lo que ello implica, sin agregar o quitar cosas por conveniencia o comodidad, lo adopté en todo momento y lugar necesarios, porque comprendí que como mandato de Dios, no sería sincera y fiel si no lo usaba tal y como nos fue estipulado en la sunna.

Para mí no hubo ningún obstáculo en mi trabajo respecto a usar el hijab, porque mis jefes habían seguido la transformación que tuve después de que me hice musulmana, les pedí permiso para usar el hijab y aunque yo era la secretaria recepcionista de una de las transnacionales más importantes de mi país no tuvieron ninguna objeción. Por supuesto que algunos compañeros de trabajo entraron en shock, al notar el cambio de vestimenta ya que pasé de vestir como una típica secretaria a una mujer con hijab, ropas holgadas y largas. En mi familia, nadie me tomó en serio y todavía hoy día, siete años después de practicar el Islam, creen que es una locura que algún día se me va a pasar. A mi madre fue a la que más trabajo le ha costado ya que como fanática católica que es, le averguenza el que alguien le pregunte por su hija musulmana (a pesar de que tiene su casa llena de imágenes de la Virgen María con su velo puesto).

Mi reacción ante la gente varía de acuerdo a cada situación en específico, por lo general las personas se sorprenden al ver a una mujer con hijab y tratan de disimular su asombro. Ante este tipo de reacción completamente natural no siento algún sentimiento en particular.

Mi actitud cambia si la gente me dice cosas desafiantes u ofensivas o hasta risibles.

Por lo general trato de no reaccionar, pero algunas veces es tanta la insistencia que sí he debido responder, talvez no de la manera correcta pero sí tratando de darme mi lugar para ser respetada por lo que creo y pienso ya que si yo respeto a todos, merezco el mismo trato.

Por ejemplo, me he reído cuando un ebrio me dijo que me parecía a Bin Laden…

Me he enfurecido cuando un tipo me preguntó si yo era la esposa de Saddam Hussein, a lo que le respondí: No, pero quiere terminar como él? Debo confesar que su asombro fue tal que luego me sentí avergonzada de haberle respondido de esa forma.

Había otro hombre que cada vez que pasaba por su negocio, se reía de mí frente a todos y decía: Ahí va la Virgen María. Con este señor lo único que hice, fue que un día de tantos, simplemente me le quedé viendo fijamente de pies a cabeza, grabándome cada detalle de su fisonomía y él solamente bajó la cabeza y nunca más me volvió a decir nada.

También he llorado, como la vez que estando embarazada un hombre me dijo alguna obscenidad, me sentí tan desnuda a pesar de mi vientre y mi hijab! O la vez que en mi trabajo un hombre al verme pasar se burló de mí frente a todos los presentes diciendo: Miren a ésa va más envuelta que un puro!

Ahora, la mayor parte del tiempo, hago que no entendí o escuché lo que me dijeron, pero estoy consciente de que usar el hijab implica una gran responsabilidad a la hora de actuar y debo dar un ejemplo de paciencia, virtud y sabiduría para no agregarle a nuestra fe más prejuicios de los que pesan sobre ella.

Cuando me convertí al Islam y comencé a usar el hijab, en mi documento de identidad aparecía sin el hijab puesto que era una foto antes de mi conversión y cada vez que debía presentarlo me sentía completamente desnudada ante quien lo veía, ya que a pesar de que yo llevara en ese momento el hijab, la otra persona al observar la fotografía sin él, me iba a ver tal y como soy para mi familia.

Entonces, fui a sacar un documento nuevo con el hijab. Al ir a retirarlo me dijeron que me lo habían retenido porque yo había adulterado mi identidad al ponerme un velo y que era el caso típico de los travestis que cuando cambiaban de sexo, querían aparecer disfrazados en la fotografía como un gran logro.

Mi enojo no tuvo límites y pedí hablar con la persona de más alta jerarquía que me pudiera atender.
Cuando llegó el funcionario, me mostró en el monitor de su computadora, casos “parecidos al mío” y porqué los habían rechazado: dos travestis y una señorita amish, me explicó que talvez si yo hubiera sacado mi primer documento con hijab, me aceptarían el que ahora lo usara, pero al adulterar mi imagen no podían permitirlo.

Le pedí su nombre y le expliqué que inmediatamente iba a ir a poner un recurso de amparo ante la Sala Constitucional por coartar mi derecho a la libertad de culto, ya que en Costa Rica, las monjas católicas, no tienen que quitarse el velo para salir en fotografías y si él hacía esa discriminación conmigo estaba violando flagrantemente ese derecho.

Acto seguido se fue un momento a consultarle a alguien y al rato llegó con un papel que resultó ser una declaración jurada que yo debía firmar, haciendo constar porqué de ahora en adelante iba a usar el hijab en mi documento de identidad.

El firmar ese documento fue como la reafirmación de mi fe islámica, me sentí tan feliz y orgullosa por poder ganar esa pequeña batalla!

Me dio el documento y desde ese día no lo he cambiado esperando a que se venza. Cuando lo renueve voy a pedir que agreguen en el mismo mi nombre islámico, ya que existe un espacio dentro del documento: “CC” (conocida como), para que se sepa que el nombre con el que fui registrada ya no lo uso, solamente para trámites formales.

Por otro lado, estoy consciente de que usar el hijab me va a restringir el acceso a oportunidades de trabajo puesto que todavía muchas personas se sienten intimidadas ante un signo tan evidente como el hijab.

Las bromas comunes tampoco son agradables, el escuchar que alguien te grita a lo lejos: Todos abajo, ahí vienen los terroristas! Es difícil de asimilar pero cuando se tiene la convicción de que son ellos los equivocados por su ignorancia, es cuando podemos consolarnos con la idea de que algún día puedan tener el conocimiento necesario del que carecen para entendernos y respetarnos.

Yo personalmente no juzgo a las mujeres musulmanas que todavía no quieren o no pueden usar el hijab, creo que es una decisión muy personal. La mayoría de las mujeres conversas lo hacen muy a pesar de los deseos de su familia y no todas tienen la voluntad, fuerza o coraje para enfrentarse a ellos o a la sociedad en general.

Aún así, el haberse convertido al Islam demuestra el compromiso que tienen consigo mismas y con Dios, por lo que no es mi deber analizarlas o juzgarlas.

Lo que sí les puedo decir es que la gente siempre va a reaccionar a cualquier cosa que desconozcan y le teman sean islámicas o no y si no están acostumbradas a observar mujeres con hijab es fácil entender su desconcierto e incomodidad, pero si lo usamos, les vamos a demostrar cuán normales somos y lo bien que nos sentimos al llevarlo.

Personalmente a mí el velo me da una sensación de seguridad y de confort que me llena en muchos aspectos y me hace sentir en paz conmigo misma.

La mayoría de las veces olvido que lo llevo puesto y lo recuerdo solo ante alguna reacción o comentario exagerado de alguien.

Para mí es tan normal como llevar calzado o salir vestida a la calle, es parte de mi atuendo y ya, no lo cuestiono ni me hago ningún lío con el hijab, por el contrario me gusta usarlo por lo bien que me hace sentir.

También considero que es una misión en mi vida ya que es una forma automática de hacer dawa’h o difusión del Islam, ya que si no usara mi hijab nadie podría saber que soy musulmana. Aunado a eso, siento que con una hija pequeña que también es musulmana tengo como deber demostrar con mi ejemplo lo que predico y trato de hacer en mi vida.

Muchas veces he encontrado a gente que me respeta más porque me ve usando el velo, que si no lo llevara, otros me han deseado bendiciones.

Por eso, les recomiendo a las hermanas que no usan el hijab, que se tomen su tiempo y les recuerdo que Allah no le impone a la gente cargas que no puede soportar. Si ellas lo sienten como una carga terrible, que les imposibilita seguir con su vida normal, talvez el hijab no es para ellas, pero jamás podrán corroborarlo si nunca lo usaron. Entonces, sería bueno que se atrevan y comprueben que el hijab no es un obstáculo sino una bendición y un signo hermoso de nuestra fe.

Yo siento que el abrigo que me da el hijab, es la señal que me envía Allah de que me encuentro bajo su amparo y protección.

Rashida Jenny Torres
Musulmana costarricense

Una realidad, la mujer y el velo.

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Tenemos un problema en España, y es que por mucho que la mujer musulmana hable, los demás no escuchan. Los españoles no-musulmanes dicen que la mujer musulmana es sumisa a su marido, que no tiene derechos, que no habla, que no hace nada…

La mujer musulmana NO es sumisa al hombre. Aunque habrá alguna que lo sea, pero no tiene nada que ver con la religión, ya que se conocen numerosos casos en España de españolas no musulmanas que se dejan maltratar por sus maridos y son sumisas a él.

La mujer musulmana tiene más derecho que cualquier otra mujer. Se puede leer sobre este tema aquí: http://diariodeunaconversa.blogspot.com/2010/04/la-liberacion-de-la-mujer-traves-del.html

España quiere darle la “liberación” a la mujer musulmana, quitarle el velo, ese trozo de tela que es denigrante para la mujer.

¿Están diciendo que la Iglesia denigra a las monjas?

Se habla y se debate sobre el tema, pero… lo curioso es que lo hacen personas que no son musulmanes. ¿Qué hace una persona decidiendo por la vida de otro?

Nadie ha venido a preguntarme a mí qué es lo que quiero. ¿Quiénes son estas personas que se atreven a decidir por mí? ¿Qué poder creen que tienen sobre mi persona?

Los medios de comunicación apoyan la prohibición del velo, por ser un símbolo denigrante. Estoy entendiendo mal o…¿están decidiendo por mí?

¿Me están obligando a quitármelo simplemente porque ellos lo creen conveniente? Critican a los árabes porque obligan a sus mujeres porque creen que deben ponérselo, lo llaman machistas y mil cosas más ¿cómo llamo yo a esta gente que me quiere obligar a hacer lo que ellos quieren? ¿No están descalificando a los árabes con adjetivos que se deben utilizar para definirse a ellos mismos?

¿Pero que se creen? Qué poder creen que tienen para decidir sobre la vida de muchas mujeres, que curiosamente no están de acuerdo con ellos.

No les importa lo que la mujer musulmana quiera hacer con su vida y con su cuerpo, simplemente quieren IMPONER sus ideas, intentan OBLIGAR a la mujer musulmana a hacer lo que ellos quieren ¿Cómo se define este tipo de acto? Repugnante, machista, se me revuelve el estómago solo de pensar en gente así.

A mí nadie me ha venido a preguntar, y saben por qué? Porque no les interesa. Si le preguntaran a las musulmanas qué es lo que piensan y quieren, casi todas dirían lo mismo, pero no hablaré por las demás, porque ellas tienen boca para hacerlo, hablaré por mí.

Y yo digo que a mí nadie me obliga a usar el velo. Ni tengo familia musulmana, ni mi marido es árabe, por tanto, no pueden decirme las tonterías que dicen de que puedo estar obligada por mi familia o mi marido, porque conmigo no cuela.

El Islam NO ES DE LOS ÁRABES, EL CRISTIANISMO NO ES DE LOS ESPAÑOLES Y ESPAÑA NO ES UN PAIS LAICO. ¿Cuántas veces habrá que repetir esto para que se entienda? Creo que toda la vida. Dios abre el entendimiento a quien quiere, y está claro que a esta gente se la cerró por completo.

Leer bien lo que voy a poner a continuación, va dedicado a TODO el mundo que me quiere quitar mi velo.

JAMÁS he permitido que NADIE, me obligue a hacer nada, lucho por mi LIBERTAD, y ahora no será un caso diferente.

NADIE, pero NADIE, me obliga a ponerme el velo, así que… NADIE, pero NADIE, me obliga a quitármelo. ¿A quedado claro? Lo puedo poner grande, pero no más claro.

Mi libertad no se mide por la cantidad de ropa que lleve, sino como bien indica la palabra, por la libertad de decidir de hacer con mi vida lo que yo quiero.

No creo que la libertad y la igualdad de una mujer sea cobrar menos que un hombre teniendo el mismo puesto de trabajo. No creo que la libertad y la igualdad de una mujer sea hacer un anuncio en sujetador mientras el hombre lo hace con traje y corbata, no creo que la libertad y la igualdad de la mujer sea venderla a un bajo precio como lo hacen los medios de comunicación. Estáis muy equivocados!!!

Respeto a las mujeres que quieran ir desnudas por la calle, respeto a las góticas, respeto a las monjas, respeto a las que se tiñen el pelo de colores, las que se tatúan todo el cuerpo, a las hippies, las que se perforan todo el cuerpo con piercing, respeto a las madres que dejan salir de sus casas a sus hijas en pantalones que parecen bragas y camisas que parecen sujetadores , pintadas como una puerta siendo menores de edad y con un cartel invisible que pone “HAZ CONMIGO LO QUE QUIERAS, ES GRATIS”… y a toda esa gente QUE HACE CON SU VIDA LO QUE QUIERE, la respeto. Yo NO les IMPONGO mis ideas o mi forma de vestir. En eso se basa el respeto.

Yo soy más que un trozo de carne en un escaparate que todo el mundo quiere mirar y creen que tienen el derecho de hacerlo.

Es hora de enseñar a la gente a RESPETAR si quiere ser respetada. Es hora que todo el mundo pueda ser quien quiere ser sin tener que pedirle permiso a nadie. Es hora de que la gente con una vida vacía y aburrida dedique su tiempo a cosas suyas y no a intentar destruir la vida de los demás.

A toda España le digo que MI LIBERTAD no me la quita nadie. La Ley me ampara, La Constitución es bien clara y no hay nada ni nadie que esté por encima de eso, sólo Dios. Mirad mi DNI, tengo velo, y mientras lo tenga ahí, lo tendré donde YO quiera.

A todas las musulmanas les digo que no se dejen engañar. Dejar de esperar a que los demás les resuelva sus problemas. ¡No ven que nadie hace por nadie! Levántate y lucha por ti, porque nadie más lo hará. No esperes que yo y personas como yo te arreglemos la vida, porque yo solo soy una, únete a mí y seremos muchas. La cobardía no debe ser una cualidad de una mujer. Una persona luchando sola no consigue nada, miles podemos conseguir lo que queramos. No hay que luchar por tener el derecho a usar el velo, porque ese derecho ya nos lo da la Constitución, hay que luchar para enseñar a la gente a respetarnos, a que deje de decidir por nosotras. Hay que luchar para quitar todos esos prejuicios que hay contra el Islam. Hay que luchar por quitar esa imagen que tiene la gente de la mujer musulmana, que parte es por nuestra culpa.

Y cuando digo de luchar, tan solo me refiero a que NADIE les obligue a hacer lo que no quieren hacer, a defenderse de los ataques con educación y con respeto, pero con palabras y actos firmes. No te rindas, que en tu sofá no pintas nada. No me importa pasarme la vida explicando una y otra vez a la gente sobre nuestra religión, sobre nuestra vestimenta, sobre la poca diferencia que hay entre el Islam y el Cristianismo. No me importa pasarme la vida explicando que la Biblia ordena el ayuno, el no comer cerdo, el que la mujer se cubra…No me importa pasarme la vida intentando hacer entender que están atacando lo que su misma religión les ordenada y que respeto que ellos no lo pongan en práctica, pero deben respetar los que sí quieran llevarlo a la práctica. No me importa pasarme la vida luchando por mi libertad, si con ello puedo conseguir que una sola persona me respete. Haz tu lo mismo, mujer musulmana. No seas egoísta, no pienses sólo en ti, piensa en tus hijas, en tus nietas y en todas las mujeres musulmanas del futuro.

El hiyab no es una obligación, es una elección. Y la elección es libre, nadie debe imponer nada a nadie. Yo he decidido vestirme como quiero, comer lo que quiero y creer lo que quiero, esa es mi elección.

Aisha Santana

Fuente: http://diariodeunaconversa.blogspot.com/2010/04/una-realidad-la-mujer-y-el-velo.html

sábado, 24 de abril de 2010

El capitalismo y el burka.

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¿Religión o beneficios?
Pablo Jato


En Bélgica están a punto de aprobar una ley que prohíbe el uso del hyyab y del burka, igual que en Italia, Francia, Holanda y Dinamarca, aunque el pionero de esta cruzada moderna es Nicolas Sarkozy que consiguió aprobar una ley en el 2004 que prohíbe todo símbolo religioso en las escuelas. Pero el capitalismo, que todo lo devora, lo mastica y lo digiere para vendérnoslo a cualquier precio, ha abierto la puerta a una polémica que debería hacer reflexionar a aquellos que hoy señalan con el dedo y prohíben estas prendas.

En junio del 2009, Sarkozy dijo que el burka constituía "una ofensa a la dignidad de las mujeres" pero un mes más tarde, 22 famosos diseñadores como Nina Ricci, Carolina Herrera o John Galliano, director artístico de Christian Dior que ha creado prendas para Carla Bruni, presentaban en la pasarela de París su diseño de la abaya, una túnica negra que visten millones de mujeres árabes, complementada con velos y reinventada según estos “artistas” para los desfiles de alta costura del 9 de julio. El diseñador español David Delfín, en las últimas pasarelas europeas incluida la de París, presentó su nueva línea de diseños basados en el burka. Diseños exclusivos, caros, de firma y ejemplo de “creatividad” moderna. Burkas de colores para hombres y mujeres. ¿Con qué intención? Ni más ni menos que la de ganar dinero.

Burkas de alta costura, que a ojos del mandatario francés no serán una ofensa para las mujeres; simplemente es un negocio. ¿Le prohibirán al poderoso mundo de la moda francesa comercializar “su” producto? La mujer que quiera llevar uno de estos carísimos y extravagantes diseños ¿será también sancionada por la policía en la calle?

¿Quién tiene más “derecho” a llevar un burka; una mujer convencida de su carácter social, religioso y cultural (por muy retrógrado y machista que nos parezca) o una señora de la alta sociedad que lo ha comprado en una tienda de diseño y lo usa solo porque está de moda? En caso de que se volviera un éxito y moviera millones de euros probablemente los diseñadores defenderían la prenda con mil argumentos. ¿Debemos prohibirlo o restringirlo solo para usos comerciales?

Parece que tenemos que elegir entre ser capitalistas o fundamentalistas.

En ese mismo año, en el 50 aniversario de la creación de Barbara Millicent Roberts, nombre completo de la muñeca Barbie, se realizó una subasta benéfica, y entre los objetos subastados destacaba una Barbie con burka, que forma parte de la colección de 500 barbies negras realizadas para esta ocasión por la artista italiana Eliana Lorena expuestas desde 19 de noviembre, en la galería "Il Serraglio" de Florencia.

¿Arte o incitación a la discriminación? ¿Reivindicación o negocio? ¿Debe entrar la policía rompiendo las ventanas de la galería para detener a la creadora y censurar la muñeca? ¿Es la muñeca Barbie un juguete sexista por llevar burka o por llevar minifalda y tacones? Al capitalismo le da igual con tal de que se venda. Las armas de guerra son una ofensa a la raza humana mucho más grave, pero ningún líder europeo se niega a comercializarlas ni las prohíbe con tanta ferocidad.

Los europeos que hoy tanto se ofenden y se abanderan en la lucha contra la desigualdad, no siempre fueron tan abiertos de mente. Represiones religiosas aparte, no hace ni un siglo que las mujeres pueden llevar pantalones sin que nadie se escandalice. La vieja Europa obligó a las mujeres a usar falda. ¿Es la falda un símbolo de represión y discriminación machista? Las mujeres no podían ni montar a caballo, sin embargo la falda no ha sufrido el castigo.

¿Qué pasaría si en México, en Ciudad Juárez, comenzaran a venderse (por ejemplo) burkas antibalas que impidieran a los delincuentes y mafiosos saber quién va debajo, si es hombre o mujer, si va armado o no… Supongamos por un momento que el burka antibalas se convirtiera en un superventas y que una mujer mexicana llegara a Bélgica con dicha prenda puesta, y no por motivos religiosos si no de seguridad. ¿Cómo actuaría la ley?

La verdad es que tal y como está el mundo, incluso a mí me dan ganas a veces de salir a la calle cubierto de arriba abajo.

Parece que esta nueva ley esté diseñada solo para castigar a las mujeres musulmanas y no a las capitalistas. Una ley para castigar y poner en evidencia los extremos de algunos pueblos islámicos y no para defender la igualdad.No soy, que conste, defensor del burka. Estoy en contra de todo símbolo de represión y de toda acción de sometimiento por el motivo que sea, y al igual que costumbres salvajes como la oblación, el burka debería estar erradicado de nuestra civilización. No critico la prohibición si no la hipocresía con que se está utilizando dicha prohibición. La falsedad con la que convierten una tragedia en propaganda política.

Está pasando en España con el caso de Najwa, una niña de origen marroqui a la que un colegio de Madrid prohíbe la entrada si lleva puesto el hyyab o velo islámico, causando la protesta de muchas de sus compañeras de clase y la ebullición de la opinión pública. Esperanza Aguirre, presidenta de la comunidad de Madrid y miembro del partido de la derecha católica, dice que “no debe llevarse la cabeza cubierta dentro de los centros educativos” olvidando a las monjas que lo llevan haciendo siglos y continúan hoy circulando por los muchos colegios que administran.

Para no quedar mal y para no dar una imagen de acoso al Islam, se supone que se retirarán todos los símbolos religiosos de las escuelas europeas, incluidos los crucifijos. En Francia ya está regulado y en España se ha obligado a retirarlos aunque muchos sigan en la pared. ¿Podrán los alumnos llevar símbolos al cuello en una cadena? Quizá la prohibición es solo para símbolos que se vean de lejos. Un velo NO, pero una cruz de plata en una cadena a la altura del cuello SÍ. ¿Vamos a registrar a los alumnos por si llevan símbolos escondidos?

Pasará que mientras perdemos el tiempo viendo si los alumnos llevan pañuelos o crucifijos, ellos pasarán a las clases drogas y armas de fuego.

Hipocresía y manipulación. En el fondo todo es parte de esta nueva guerra fría entre occidente y el islam. Nos están preparando para una segregación masiva en defensa de nuestros “valores tradicionales”. ¿Nos están preparando para un enfrentamiento con el mundo árabe? Creo que mi pregunta lleva respondida bastante tiempo.

Occidente se desvía peligrosamente a la extrema derecha y parece estar preparando el camino suavemente, vendiéndonos la vieja idea de que se pueden defender las libertades creando prohibiciones.

Hace pocos meses, se paseaban por Europa algunos miembros de grupos nudistas, reivindicando su derecho a poder ir desnudos por la calle. La idea no es mala viendo el revuelo y las polémicas que levantan indumentarias y sombreros. La policía española les escoltaba pero no podían arrestarles porque no existe ninguna ley que prohíba ir desnudo. La reforma del Código Penal español de 1996 ya advierte de que "las personas que elijan vivir desnudas, pasan a ser personas con ese derecho". El Ayuntamiento de Barcelona editó hace ya dos años un tríptico informativo que reconocía el derecho de los ciudadanos a ir desnudos por la vía pública, si así lo desean. Me pregunto que dirá Dios sobre este tema.

Dentro de poco, en Europa se podrá ir desnudo pero no se podrá usar burka. Seguramente, un nudista sería condenado a la cárcel o algo peor, en cualquier país dominado por el extremismo islámico. No creo entonces que les parezca injusto que se prohíba en occidente tapar el cuerpo en su totalidad. En España, desde 1989, el Código Penal ya no sanciona esta opción por "escándalo público". Me gustaría saber cómo se define en la nueva Europa el concepto de “escándalo público” ¿ir cubierto de la cabeza a los pies?

Son la cara y la cruz de las libertades civiles.

Todos debemos tener las mismas libertades y derechos sin que importe nuestro sexo, nuestra raza o nuestra religión. ¿Hay que destruir todos los símbolos para poder llegar a un entendimiento? ¿Todas las religiones? ¿Todas las ideas? Y poder disfrutar así de la libertad… ¿Tenemos que terminar desnudos, todos, para poder comenzar a vernos como iguales?

Los desfiles de moda llevan años jugando a escandalizarnos mostrando partes del cuerpo femenino, con un claro objetivo publicitario y comercial. Vender no está prohibido. Y al capitalismo le da igual si el que compra va desnudo, vestido, es árabe, judío o católico. El dinero no tiene religión ni necesita vestirse. Claro que sin bolsillos ¿dónde iría a parar el capitalismo?

http://www.kaosenlared.net/noticia/el-capitalismo-y-el-burka