Oí al Mensajero de Dios -la paz y las bendiciones de Dios sean con él-, diciendo:

«Quien de vosotros vea una mala acción, que la cambie con su mano, si no pudiera con su lengua, y si no pudiera, entonces en su corazón, y esto es lo más débil de la fe».

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miércoles, 20 de enero de 2010

Haití saqueado por el capitalismo, con la hipocresía de la cooperación internacional.

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Tan doloroso suceso nos lleva a olvidarnos que el capitalismo, uno de esos siniestros sistemas sociales, ya tenía hundida a la población de este país en la más penosa indigencia...
José Iglesias Fernández


Haití, un país saqueado por el sistema capitalista

Haití acaba de sufrir una de esas catástrofes naturales que se ensaña frecuente y de manera terrible con las poblaciones de los países empobrecidos por los diversos imperialismos. Los medios hablan de unas 100.000 personas muertas o desaparecidas, sin contar el dolor de los heridos, el hambre de los supervivientes, más el arrasamiento de la abundante miseria en la que vivían apilados en los cobertizos y barracas que tenían por hogar.[1]

Como es debido a una causa natural, nos apiadamos ante esta tragedia, algo natural entre los humanos bien nacidos, e intentamos aportar nuestro granito de arena ante el desastre tan inhumano de la población de Haití.[2] Ahora bien, como estos problemas son frecuentes, endémicos, crónicos, estructurales, las soluciones habían de estar organizadas previamente, con carácter estable, y bajo la responsabilidad de instituciones especializadas en estas catástrofes. Nada debiera ser dejado al azar.

Sin embargo, tan doloroso suceso nos lleva a olvidarnos que el capitalismo, uno de esos siniestros sistemas sociales, ya tenía hundida a la población de este país en la más penosa indigencia, y a que permaneciéramos impasibles ante este terrible atraco, ante este enorme saqueo organizado legalmente por los Estados y las empresas capitalistas. Como este despojo que practican de forma persistente las instituciones capitalistas (Estado y mercado) no era suficiente, y para más y mayor desgracia de esta gente, tenía que llegar un terremoto para acabar de robarles la sordidez en la que vivían, despojarles incluso de esa propia penuria que padecían en forma de chabolismo, a causa del saqueo de sus recursos por parte de muchas de las multinacionales protegidas por los gobiernos que ahora envían dirigentes, ONGs y dan limosna bajo la formula de la cooperación internacional.

Tampoco es casual que a los tres o cuatro días del terremoto, Haití se vea invadida por las tropas yanquis, con la excusa de establecer el orden entre la población nativa;[3] tampoco es nada nuevo, pues lo hemos visto en otros tsunamis y cataclismos, como los alimentos y otras ayudas enviadas se pudren en el aeropuerto, o son desviadas hacia otros intereses, mientras la población se muere de hambre, o tienen que matarse entre ellos debido a la incapacidad de tantos gobernantes haciéndose la foto de rigor, tantas ONGs que se pisan unas a otras haciendo publicidad para recaudar fondos, tantos militares extranjeros, aparte de los cascos azules que llegarán de la ONUy la anunciada gendarmería que enviará la Unión Europea;[4] y, finalmente, el papel de tantos medios de comunicación que buscan más la cuota de audiencia que la información veraz y fidedigna.

Ante toda esta invasión de Haití por unos y otros, pero en la que la población apenas recibe ayuda mientras esta se pudre en los hangares, tiene razón Eduardo Galeano cuando dice: “la historia del acoso contra Haití, que en nuestros días tiene dimensiones de tragedia, es también una historia del racismo en la civilización occidental”.[5] No sé si hay racismo [6] por parte de los grandes poderes que controlan el sistema, lo que no cabe duda que buscan es que este país no se descontrole, se salga del orden jurídico internacional, y sirva de ejemplo para los otros países pobres que sufren circunstancias similares: explotación, hambre, pandemias y muerte.

Aprovechando ya este terrible hecho, ¿que sabemos, que nos informan los medios, de la miseria en los países limítrofes o tantos otros de los llamados países pobres? Porque las hambrunas y pandemias que están ocurriendo cotidianamente en esos países, esas poblaciones las están padeciendo diariamente. Fuentes oficiales, como los informes de la o­nU, explican como unos 120 millones de personas se mueren debido a pandemias, hambre, guerras, etc. Unos 1.200 millones pasan hambruna (cada año, 10 millones de personas mueren por hambre). Cada cinco segundos se muere un niño. “Tampoco nadie se alarma por las 500.000 muertes anuales por gripe común en el mundo”.[7] Es decir, y esta es una reflexión que queremos destacar, debemos tomar nota de como ninguna de estas muertes son por catástrofes naturales, sino por la lógica de acumulación del capitalismo a nivel mundial, con la connivencia de la cooperación internacional.

Por tanto, los medios de comunicación no nos informan de lo que ocurre porque, como dice El Roto, sin terremotos, las poblaciones pobres son invisibles.[8] Porque en Haití, no hemos de olvidar que ya morían cada año alrededor de unas 86.000 personas; de ellas, 21.000 menores de 5 años. El 2007 murieron unas 80.000 personas, lo mismo que el 2008 y el 2009. Y si no hubiera habido terremoto, hubiesen muerto igualmente otras 86.000 personas este año. Así mismo, el 55% de la población, casi unos 6 millones de personas, vivía con menos de 1,5 dólares diarios antes del terremoto, es decir en la pura depauperación.

Sin embargo no eran noticia porque las causas y los causantes de tanta miseria son los que ahora están invadiendo aquel país. En vez de enviar miles de médicos y enfermeras (¿dónde están los y las de las clínicas y hospitales privados?), de enviar toda clase de personal sanitario, de todas las profesiones de la construcción para reconstruir con más solidez y mejores estándares las viviendas y calles, miles de bomberos y personal especializado en estas catástrofes, toneladas de alimentos, bebidas, productos farmacéuticos, ropa y calzado, etc., apenas existe personal como el mencionado, teniendo en cuenta la magnitud de la tragedia.

Sin embargo aparecen periodistas, políticos, guardaespaldas, y demás personajes que se gastan un dinero innecesariamente, y que de ninguna manera sobra para auxiliar a los damnificados. Por citar el dato golfo, pero terrorífico, no olvidemos que sólo con un 10% del gasto militar de los EE UU se acabaría con el hambre en el mundo.[9] ¡Pensemos en todo lo que se podría hacer con el 90% restante, y con el gasto militar de los demás países del mundo, incluyendo a los de los propios países pobres!

Noticias sueltas que avalan nuestra crítica

§La ayuda sigue distribuyéndose con exasperante lentitud. Pese a los anuncios de que el lunes se aceleraría la distribución de ayuda, en el aeropuerto continúan amontonándose las cajas del Programa Mundial de Alimentos, así como las donaciones que han enviado decenas de países. Las organizaciones que participan en la cooperación internacional apenas denuncian estos hechos.

§En un largo recorrido por el centro de la capital tan sólo vimos dos equipos de bomberos repartiendo agua del camión cisterna y un centro de salud de China, en el que prestaban primeros auxilios.

§Francia y la o­nG Médicos sin Frontera acusan a EE UU de anteponer sus envíos militares (ocupación) a la ayuda humanitaria. ¿Qué dicen los otros países y ONGs?

§Los pequeños del orfanato La Casa de los Ángeles sobreviven si apenas comida ni agua.

§Los médicos consideran que lo peor en Haití “está por llegar”.

§Oímos a los medios criticando insistentemente a la población de saqueadores cuando asaltan algún establecimiento o almacén repleto de alimentos y bebidas. Pero, “cuando hay 200.000 personas vagando entre el hambre y la desesperación… buscando desesperadamente agua y comida”,[10] ¿qué otra cosa pueden hacer si ven estas mercancías almacenadas? Decía Santo Tomás que “ni la propiedad ni la esclavitud fueron introducidas por la naturaleza, sino inventadas por el artificio (avaricia) humano. El propietario no es dueño exclusivo de la propiedad… así en caso de hambre, la gente tiene perfecto derecho a acceder a predios ajenos (y almacenes) y tomar en ellos el alimento que encuentre. Los frutos del bien poseído ya no son, en tales circunstancias, propiedad del dueño, sino de quienes lo necesitan imperiosa y prioritariamente”.[11] Lo que hace la población haitiana es aplicar esta valoración teológica delas situaciones de necesidad que emite Santo Tomás. Por tanto, la incultura de los periodistas raya con la ignorancia que demuestra el contenido de sus informaciones. Estas condenas me suenan como las palabras del obispo Munilla, en el sentido de que los periodistas piensan que la gente debiera morirse de hambre antes que robar a un rico almacenero. Según el prelado (y los periodistas), primero estarían los bienes del espíritu (y comportamiento civilizado de los hambrientos), y después los materiales.

§Por ahora, la ayuda real es más bien escasa. Lo que abundan son promesas de corto y medio plazo. Por ejemplo, “la UE está pensando en convocar una conferencia internacional para coordinar la ayuda humanitaria, [¡que todavía no han decidido!] La vicepresidenta del gobierno español, Mª Teresa de la Vega, con sus mejores galas, dice que promoverá el envío de una misión de la UE a Haití que ayude a la reconstrucción”.[12]

§Tampoco olvidemos que la primera invasión de los EE.UU. ocurrió en 1915, cuando los marines ocuparon el país para evitar la llegada al gobierno del líder rebelde y médico Rosalvo Bobo [13] y contrarrestar la influencia de los empresarios alemanes y asegurar la aprobación por el Parlamento de la "legislación progresista" dictada por los bancos. Ahora, el inicio de las presencia militar norteamericana por las calles haitianas –por tercera vez desde la invasión de 1994 para echar a la dictadura de Cédras- coincidió con la llegada a esta capital del ex presidente Bill Clinton, enviado especial de la ONU para Haití, para seguir de cerca las labores humanitarias. El ex mandatario también impulsa un fondo de recaudación de fondos para los damnificados junto al ex presidente George W. Bush. La llegada de estos mandatarios es otra catástrofe para Haití, aunque sus pobladores no sean conscientes de ello.

§“El lunes estaba prevista la apertura de unos 280 centros para distribuir ayuda humanitaria y albergar a los sin techo, según una fuente oficial haitiana. Fue otra promesa incumplida. Los precios de la comida y los transportes se dispararon desde el martes pasado y los incidentes violentos y los saqueos están en aumento, al tiempo que la desesperación crece”,[14] advirtió el Comité Internacional de la Cruz Roja.

§El terremoto de hace una semana ha desnudado la incapacidad de Naciones Unidas para hacer frente a un desastre de estas dimensiones. La costosa misión de 8.300 cascos azules no ha servido para nada a la hora de enfrentar la emergencia y distribuir la ayuda. Brasil, que tiene aspiraciones de potencia regional latinoamericana, como responsable de las fuerzas de la o­nU ha mostrado incapacidad y falta de liderazgo. El empresario haitiano Jean Pierre Bayly se mostró muy crítico con la misión de la o­nU: “No ha servido de nada, ellos cobran buenos sueldos y la gente sigue en la miseria. La ayuda va a sus bolsillos. Es lo que cree mucha gente. Por eso les interesa que aquí haya inestabilidad”.[15]



















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[1] El terremoto dejó al menos 250.000 heridos y 1,5 millones de personas sin hogar. Unas 75 personas fueron rescatadas vivas hasta el domingo.

[2] Debemos destacar la generosidad individual demostrada por algunos personajes del cine, el deporte, la música, etc.

[3] Las tropas de EE UU controlan las entradas y salidas de aeropuerto, así como las toneladas de ayuda que llegan, a la vez que bloquean su distribución.

[4] Es evidente que estas dos supra instituciones pretenden neutralizar la invasión de los EE UU en Haití

[5] Eduardo Galeano. El pecado de Haití.

[6] En Cataluña, observamos como algunas entidades se vuelcan en la ayuda a los damnificados, mientras algunos ayuntamientos, partidos, y algún bufete de un abogado supuestamente progresista, manifiestan un racismo abierto unas veces, y encubierto otras. Mucha generosidad fuera, mucho egoísmo en casa.

[7] Luís Miguel Ariza. Eco Diario. http://ecodiario.eleconomista.es/salud/noticias/1204657/04/09/

[8] El País. 16 enero del 2010.

[9] Diario de Cuyo.com http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=71864

[10] El Periódico de Cataluña. 19 enero del 2010.

[11] Santo Tomás de Aquino. Suma Teológica. 1ª y 2ª parte. Con los debidos matices, San Agustín también coincide con esta apreciación escolástica.

[12] El Periódico de Cataluña. 19 enero del 2010.

[13] En el momento del desembarque de los marines, Rosalvo Bobo era el jefe reconocido de la revolución que acababa de derribar al dictador Barbilla Sam, pero el almirante norteamericano William Caperton, jefe de las tropas lo descartó como posible Presidente por considerarlo enemigo de los Estados Unidos y proclamó al senador Philippe Sudre Dartiguenave como Presidente. En http://es.wikipedia.org/wiki/Rosalvo_Bobo

[14] La Vanguardia.es. 19 enero del 2010.

[15] La Vanguardia.es. 19 enero del 2010.

http://www.kaosenlared.net/noticia/haiti-saqueado-capitalismo-hipocresia-cooperacion-internacional

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