La candidata verdiblanca Laura Chinchilla –cuyo atuendo ecuestre fue muy alabado por elegante– bebe un sorbo de cerveza para aplacar la sed.
Fotos: Arnoldo Robert y Patricia Ugalde/ Para La Nación
Cada año la sociedad costarricense gasta millones de dólares en alcohol.
Tal parece que el permanecer en estado etílico le ayuda a la mayoría de ciudadanos a "olvidar y ahogar" sus problemas en esta sustancia que causa más muertes y dolor en todo el mundo que muchas de las peores enfermedades por las que puede morir cualquier persona de manera natural.
Ahora, que dentro de solo unos días los ticos elegiremos al nuevo presidente de nuestra nación y bombardeados con un gasto excesivo e innecesario en publicidad para ayudarnos a decidir quién es el menos malo o la más buena (según ellos mismos)no me queda más que el desagradable sinsabor de saber que el próximo presidente de Costa Rica, continuará con la "loable" tradición de incluir como gasto necesario e impostergable dentro del presupuesto anual de la República y descuidando así a los comedores escolares o a niños en abandono, bastantes millones de colones en alcohol, pues NO pueden vivir sin este aliciente para tomar las importantes decisiones que necesita el país que le eligió para guiar su destino durante los próximos cuatro años.
Hasta hace unos años era impensable (por lo mal visto y el terrible ejemplo para los más jóvenes) observar a un presidente o candidato presidencial tomando licor en público, aunque siempre ha sido un secreto a voces, el cuán borracho es o fue tal y tal presidente.
¡Cómo cambian los tiempos, ahora, para ser popular, es necesario salir en un medio de comunicación tomando cerveza a "pico de botella" y seguir tan campante y fresca!
Así sumergidos y embriagados de poder, olvidarán estos políticos, como ya es tradición, el porqué y para qué fueron elegidos por un pueblo que algún día despertará de la terrible borrachera que ellos mismos promueven y mantienen, a sabiendas de que es más fácil manipular a un ebrio que a una persona sobria.
El alcohol embrutece y seda a quien lo consume, de esta forma, a algunos les ayuda a envalentonarse y a atreverse a realizar cualquier cosa que sería impensable estando dentro de su sano juicio, se liberan de cualquier sentimiento de culpa, inclusive son inmunes al dolor propio y ajeno.
Es por eso que para ellos es un mal necesario, así bajo sus efectos pueden tomar cualquier decisión a costa de lo que sea y se vacunan ante cualquier rastro de decoro o escrúpulo que podrían haber tenido en algún momento de su vida (por más fugaz que haya sido).
¿Qué pasará el día que Costa Rica despierte sobria con las consecuencias funestas de los actos que cometió conducida por permanecer embriagada, cuando comience a sentir el dolor y la pena que fueron desinhibidos por el alcohol?
Los musulmanes, gracias a Dios, superamos todas esas falencias y excusas para embrutecer nuestro raciocinio y buen juicio, y desde hace más de 1400 años hemos podido discernir en muchos asuntos que para la sociedad actual están inconclusos o excusados de una forma u otra ya que sabemos que el alcoholismo es una enfermedad que se puede y debe prevenir porque:
•Se vende en botella.
•Es promocionada en los periódicos, revistas, radios y televisión.
•Es comprada voluntariamente.
•Tiene licencia para contagiarse y esparcirse.
•Produce réditos al gobierno.
•Provoca muertes violentas en las carreteras.
•No tiene causas virales ni bacteriales.
•Arruina la salud y conduce a la autodestrucción.
•Destruye la vida familiar e incrementa el crimen.*
Estimado hermano y amigo:
La juerga algún día se tiene que acabar, yo estoy sobria y sé por quién no voy a votar ¿y usted?
Rashida Jenny Torres
Musulmana Costarricense
*Tomado de The Devil’s Deadly Disease por Ben Adam
“Satanás sólo pretende sembrar entre vosotros la enemistad y el odio valiéndose del vino y de los juegos de azar, y apartaros del recuerdo de Allah y la oración. ¿Acaso no vais a absteneros?” (Corán 5:90-91).
No hay comentarios:
Publicar un comentario