Oí al Mensajero de Dios -la paz y las bendiciones de Dios sean con él-, diciendo:

«Quien de vosotros vea una mala acción, que la cambie con su mano, si no pudiera con su lengua, y si no pudiera, entonces en su corazón, y esto es lo más débil de la fe».

Lo transmitió Muslim.

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jueves, 2 de febrero de 2012

Jesús y el Cristianismo.


El cristiano sincero hallará que el Islam está muy cercano a su corazón y a su mente


Su posición en el Corán
Autor: Sheij Saleh al-Huseini - Fuente: Verde Islam 5


El Nacimiento de María

Ciertamente, Dios encumbró a Adán, a Noé, a la Casa de Abraham y a la Casa de Imrán sobre toda la humanidad, en una misma línea de descendencia.

Y Dios fue oyente y conocedor cuando una mujer de la Casa de Imrán dijo:

“¡Oh Señor mío! Hago el voto de ofrecerte lo que hay en mi vientre, para que se dedique exclusivamente a Tu servicio. ¡Acéptamelo! ¡Ciertamente, Tú eres Quien todo lo oye, Quien todo lo sabe!”

Pero cuando dio a luz a una hija, dijo: “¡Oh Señor mío! He dado a luz a una hembra” —cuando Dios sabía bien lo que iba a dar a luz y sabía bien que el varón que ella esperaba nunca podría haber sido como esta hembra— “y le he puesto por nombre María. E imploro Tu protección para ella y su descendencia contra Satán, el maldito.”

Y su Señor la aceptó favorablemente, la hizo crecer armoniosamente y la confió a Zacarías.

Siempre que Zacarías la visitaba en el santuario, encontraba junto a ella provisión de alimentos. Decía: “¡Oh María! ¿De dónde te viene esto?”

Decía ella: “Viene de Dios; ciertamente, Dios provee sin medida a quien Él quiere.”
(Corán 3: 33-37)

La eminencia de María

Y he aquí que los ángeles dijeron: “¡Oh María! Ciertamente, Dios te ha escogido, te ha purificado y te ha exaltado sobre todas las mujeres de la creación. ¡Oh María! Conságrate por entero a tu Señor, póstrate en adoración, e inclínate con los que se inclinan ante Él.”
(Corán 3:42-43)

Y Dios presenta otro ejemplo a los que creen María, la hija de Imrán, que guardó su castidad, y luego insuflamos algo de Nuestro espíritu en su vientre; y que aceptó la verdad de las palabras de su Señor —y de Sus revelaciones— y fue de las verdaderamente devotas.
(Corán 66:12)

Y recuerda a aquella que guardó su castidad, y luego insuflamos en ella algo de Nuestro espíritu e hicimos de ella, y de su hijo, un signo de Nuestra gracia para toda la humanidad.
(Corán 21:91)

Y tal como exaltamos a Moisés, así también, hicimos del hijo de María y de su madre un signo de Nuestra Gracia, y les asignamos una morada en un lugar elevado de paz permanente y aguas cristalinas.
(Corán 23:50)

El Nacimiento de Jesús


He aquí que los ángeles dijeron: “¡Oh María! En verdad, Dios te anuncia la buena nueva, mediante una palabra procedente de Él, de un hijo que será conocido como el Ungido Jesús, hijo de María, de gran eminencia en este mundo y en la Otra Vida, y será de los allegados a Dios. Y hablará a la gente desde la cuna y de adulto, y será de los justos.”

Dijo: “¡Oh Señor mío! ¿Cómo podré tener un hijo si ningún hombre me ha tocado?”

Respondió el ángel: “Así ha de ser: Dios crea lo que Él quiere: cuando dispone algo, le dice tan sólo: ‘Sé’ —y es. Y Él enseñará a tu hijo la revelación y la sabiduría, la Tora y el Evangelio, y hará de él un enviado a los hijos de Israel.”
(Corán 3:45-49)

Jesús dijo: “Os traigo un mensaje de vuestro Señor. Os modelaré en barro la forma de un pájaro y soplaré en él, y se convertirá en un pájaro con la venia de Dios; y sanaré al ciego y al leproso, y resucitaré a los muertos, con la venia de Dios: y os informaré de lo que podéis comer y de lo que debéis almacenar en vuestras casas. En todo esto hay, ciertamente, un signo para vosotros, si sois realmente creyentes.”

Y he venido a confirmar la verdad de lo que aún queda de la Tora y a haceros lícitas algunas de las cosas que antes os estaban prohibidas. Y he venido a traeros un mensaje de vuestro Señor; sed, pues, conscientes de Dios y obedecedme.

En verdad, Dios es mi Señor y también vuestro Señor; así pues adoradle sólo a Él: éste es un camino recto.”
(Corán 3:49-51)

Y recuerda, por medio de esta escritura divina (-el Corán-), a María. He aquí que se retiró de su familia a un lugar en el este y se recluyó apartada de ellos, y entonces le enviamos a Nuestro ángel de la revelación, que se apareció ante ella en la forma perfecta de un ser humano.

Ella exclamó: “¡En verdad, me refugio de ti en el Más Compasivo! No te acerques a mí si eres consciente de Él!”

El ángel respondió: “Soy sólo un emisario de tu Señor, para anunciarte el regalo de un hijo puro.”

Ella dijo: “¿Cómo voy a tener un hijo si ningún hombre me ha tocado? —pues, no he sido una mujer licenciosa.”

Dijo: “Así es; pero tu Señor dice, ‘Eso es fácil para Mí; y tendrás un hijo, para que hagamos de él un signo para la humanidad y una gracia venida de Nosotros’.”

Y era un asunto ya decretado por Dios: y quedó embarazada de él, y luego se retiró con él a un lugar lejano.

Y cuando los dolores del parto la llevaron al tronco de una palmera, exclamó: “¡Ojalá hubiera muerto antes de esto, y hubiera desaparecido por completo en el olvido!”

Y entonces una voz la llamó desde el pie de la palmera: “¡No te aflijas! Tu Señor ha puesto a tus pies un arroyo; sacude hacia ti el tronco de la palmera y caerán sobre ti dátiles maduros. ¡Come, pues, y bebe, y que se alegren tus ojos! Y si ves a algún ser humano, hazle saber: `He hecho voto de silencio al Más Compasivo y no puedo, por ello, hablar hoy con nadie’.”

Después regresó a su familia, llevando consigo al niño.

Dijeron: “¡Oh María! ¡En verdad, has hecho algo inaudito! ¡Oh hermana de Aarón! Tu padre no fue un hombre malvado, ni fue tu madre una mujer licenciosa.”

Ella entonces señaló hacia él el niño.

Dijeron: “¿Cómo vamos a hablar con quien es sólo un bebé en la cuna?”

El niño dijo: “En verdad, soy un siervo de Dios. Él me ha entregado la revelación y ha hecho de mí un profeta, y me ha hecho bendito dondequiera que esté; y me ha ordenado que establezca la oración y la caridad mientras viva; y que ame y respete a mi madre; y no me ha hecho arrogante ni falto de compasión.

“De ahí que la paz fue sobre mí el día en que nací y será sobre mí el día en que muera, y el día en que sea devuelto de nuevo a la vida.”

Así fue, en palabras veraces, Jesús el hijo de María, sobre cuya naturaleza discrepan tan profundamente.

Resulta inconcebible que Dios tome para Sí un hijo. ¡Gloria a Él! Cuando dispone algo, le dice tan sólo: ‘Sé’ —y es.

Y por eso Jesús dijo siempre: “En verdad, Dios es mi Señor y también vuestro Señor; adoradle pues, sólo a Él: sólo este es un camino recto.”
(Corán 19:16-36)

La Eminencia de Jesús

He aquí que Dios dirá: “¡Oh Jesús, hijo de María! Recuerda las bendiciones que te concedí a ti y a tu madre —cómo te fortalecí con la sagrada inspiración para que pudieras hablar a la gente desde la cuna y siendo adulto; y cómo te impartí la revelación y la sabiduría, y la Tora y el Evangelio; y cómo, con Mi venia, creaste de arcilla la forma de un pájaro y soplaste en él, y se convirtió en un pájaro, con Mi venia; y cómo curaste a los ciegos y a los leprosos, con Mi venia, y cómo resucitaste a los muertos, con Mi venia; y cómo evité que los hijos de Israel te hicieran daño cuando viniste a ellos con las pruebas claras de la verdad, y cuando quienes estaban empeñados en negar la verdad decían: ‘Esto no es sino pura magia.’

“Y cuando inspiré a los apóstoles diciendo: ‘¡Creed en Mí y en Mi enviado!’ Respondieron: ‘¡Creemos! ¡Sé testigo de que nos hemos sometido a Ti!’”

Y he aquí que los apóstoles dijeron: “¡Oh Jesús, hijo de María! ¿Puede tu Señor hacer descender para nosotros un ágape del cielo?”

Jesús respondió: “¡Sed conscientes de Dios, si sois realmente creyentes!”

Dijeron: “Queremos sólo participar de él para que se tranquilicen nuestros corazones y saber así que nos has dicho la verdad, y para que seamos de los que dan testimonio.”

Dijo Jesús, hijo de María: “¡Oh Dios, Señor nuestro! ¡Haz descender para nosotros un ágape del cielo que sea una fiesta conmemorativa para nosotros —para los primeros y los últimos de nosotros— y un signo procedente de Ti. Y provéenos de sustento, pues Tú eres el mejor de los que proveen!”

Dios respondió: “¡En verdad, lo haré descender siempre para vosotros: de forma que, si alguno de vosotros niega luego esta verdad, ciertamente, haré recaer sobre él un castigo como el que aún no he impuesto jamás a nadie!”
(Coran 5:110-115)

Dimos, ciertamente, a Moisés la escritura divina y enviamos a una sucesión de mensajeros después de él; y dimos a Jesús, hijo de María, las pruebas evidentes de la verdad, y le fortalecimos con la sagrada inspiración. Sin embargo, ¿no es cierto que cada vez que llegaba a vosotros (-los hijos de Israel-) un mensajero con algo que no era de vuestro agrado, os mostrabais altivos, tachando a algunos de mentirosos y a otros dándoles muerte?
(Coran 2:87)

A algunos de esos enviados les hemos favorecido más que a otros: entre ellos hubo algunos a los que Dios habló y otros a los que Él ha elevado en rango. Y dimos a Jesús, el hijo de María, todas las pruebas de la verdad y le fortalecimos con la sagrada inspiración. Y si Dios lo hubiera querido, los seguidores de esos enviados no habrían combatido unos contra otros después de haberles llegado todas las pruebas de la verdad; pero de hecho adoptaron posiciones divergentes, y algunos alcanzaron la fe, mientras que otros llegaron a negar la verdad. No obstante, si Dios lo hubiera querido, no habrían luchado unos contra otros: pero Dios hace lo que quiere.
(Corán 2:253)

E hicimos que Jesús, el hijo de María, siguiera los pasos de esos profetas anteriores, como confirmación de lo que aún quedaba de la Tora; y le dimos el Evangelio, en el que había guía y luz, como confirmación de lo que aún quedaba de la Tora y como guía y amonestación para los que son conscientes de Dios.
(Corán 5:46)

Después de ellos (-Noé y Abraham-) enviamos a otros mensajeros Nuestros; y enviamos a Jesús, el hijo de María, y le dimos el Evangelio; y engendramos en los corazones de quienes de verdad le siguieron, piedad y compasión. En cuanto al ascetismo monástico —no se lo impusimos Nosotros: lo inventaron ellos buscando la complacencia de Dios. Pero, aún así, no siempre lo observaron como debería haber sido observado: y otorgamos su recompensa a los que verdaderamente alcanzaron la fe, aunque muchos de ellos fueron perversos.
(Corán 57:27)

Y he aquí que el hijo de María dijo: “¡Oh hijos de Israel! Ciertamente, soy un enviado de Dios a vosotros, venido para confirmar la verdad de lo que aún queda de la Tora original, y para daros la buena nueva de un enviado que vendrá después de mí, cuyo nombre será Ahmad.” Pero cuando vino a ellos con todas las pruebas de la verdad, dijeron: “¡Esto no es sino pura magia!”
(Corán 61:6)

Cuando se les cita como ejemplo al hijo de María, ciertamente Oh Muhammad tu gente (-los incrédulos entre ellos-) manifiestan su indignación ante el ejemplo, y dicen: “¿Quienes son mejores, nuestros dioses o él?” Pero sólo te ponen esta comparación por afán de discutir: ¡sin duda, son una gente contenciosa!

Él no fue sino un siervo Nuestro, a quien favorecimos con la Profecía y de quien hicimos un ejemplo para los hijos de Israel.

Y si hubiéramos querido, os habríamos reemplazado por ángeles que se sucedieran unos a otros sobre la tierra.

Y, ciertamente, (-Jesús y/o el Corán-) será un Signo de la venida de la Hora del Juicio; no dudéis, pues, acerca de ella, y seguidme: sólo éste es un camino recto. Y no dejéis que Satán os aparte de él - pues, en verdad, es enemigo declarado vuestro.

Y cuando Jesús vino a su gente con las pruebas claras de la verdad, dijo: “He venido a vosotros con la sabiduría y para esclarecer parte de aquello sobre lo que discrepáis: así pues, sed conscientes de Dios y obedecedme.

“En verdad, Dios es mi Señor y también vuestro Señor; así pues, adoradle sólo a Él: ¡sólo éste es un camino recto!”

Pero las distintas facciones surgidas después de Jesús discreparon entre sí: ¡Ay de aquellos que se empeñan en hacer el mal! —¡Ay del castigo que caerá sobre ellos en un Día penoso!
(Corán 43:57-65)

La Resurrección/Ascension de Jesús


Y cuando Jesús percibió su negativa a aceptar la verdad, preguntó: “¿Quienes serán mis auxiliares en la causa de Dios?” Los apóstoles respondieron: “¡Nosotros seremos tus auxiliares en la causa de Dios!; ¡Creemos en Dios: sé testigo de que nos hemos sometido a Él!

¡Oh Señor nuestro! Creemos en lo que has revelado y seguimos a este enviado; ¡cuéntanos, pues, entre aquellos que dan testimonio de la verdad!”

Y los incrédulos intrigaron contra Jesús; y Dios también intrigó contra ellos: y Dios es el mejor de los que intrigan.

He aquí que Dios dijo: “¡Oh Jesús! Ciertamente, te haré fallecer y te exaltaré hacia Mí, y te libraré de la presencia de los que se obstinan en negar la verdad; y situaré a los que te siguen muy por encima de los que se empeñan en negar la verdad, hasta el Día de la Resurrección. Entonces, volveréis todos a Mí y Yo juzgaré entre vosotros sobre aquello en lo que discrepabais. Y a los que se empeñan en negar la verdad, les impondré un castigo severo en esta vida y en la Otra, y no tendrán quien les auxilie; mas a los que alcanzan la fe y hacen buenas obras, Él les recompensará cumplidamente: pues Dios no ama a los malhechores.”

Este mensaje te trasmitimos Oh Muhammad y esta nueva llena de sabiduría: Ciertamente, para Dios, la naturaleza de Jesús es como la naturaleza de Adán, a quien Él creó de tierra y luego le dijo: ‘Sé’ —y es.

Esta es la verdad que viene de tu Señor; ¡no seas, pues, de los que dudan!
(Corán 3:52-60)

Y -los hijos de Israel- han incurrido en el rechazo divino por violar su compromiso, por negarse a aceptar los mensajes de Dios, por matar a los profetas contra todo derecho y por alardear diciendo: “Nuestros corazones están ya rebosantes de conocimiento” —¡No!, sino que Dios ha sellado sus corazones por haber negado la verdad y ahora creen sólo en unas pocas cosas—; y por negarse a aceptar la verdad y por la enorme calumnia que profieren contra María, y por alardear diciendo: “¡Ciertamente, hemos matado al Ungido Jesús, hijo de María, que decía ser el enviado de Dios!” Sin embargo, no le mataron ni le crucificaron, sino que les pareció que había ocurrido así y, en verdad, quienes discrepan acerca de esto están ciertamente confusos, carecen de verdadero conocimiento de ello y siguen meras conjeturas. Pues, con toda certeza, no le mataron: sino al contrario, Dios lo exaltó hacia Sí —y Dios es en verdad poderoso, sabio.
(Corán 4:155-158)

La Naturaleza de Jesús

Y, he aquí, que Dios dijo: “¡Oh Jesús, hijo de María! ¿Dijiste acaso a la gente: ‘Adoradme a mí y a mi madre como divinidades junto con Dios’?”
Jesús respondió: “¡Gloria a Ti! ¿Cómo habría de decir algo que no tengo derecho a decir? ¡Si lo hubiera dicho, ciertamente Tú lo habrías sabido! Tú conoces todo lo que hay en mí, mientras que yo no conozco lo que hay en Ti. En verdad, sólo Tú conoces plenamente todo lo que está fuera del alcance de la percepción del ser humano. No les dije sino lo que Tú me ordenaste que dijera: ‘Adorad a Dios, que es mi Señor y también vuestro Señor!’ Y fui testigo de sus acciones mientras permanecí entre ellos; pero desde que Tú me hiciste fallecer, sólo Tú has sido su supervisor: pues Tú eres testigo de todas las cosas.

Si les castigas —en verdad, son Tus siervos; y si les perdonas— ¡en verdad, sólo Tú eres poderoso, realmente sabio!”

Y en el Día del Juicio Dios dirá: “En este Día, su veracidad beneficiará a todos aquellos que han sido veraces: tendrán jardines por los que corren arroyos, en los que residirán más allá del cómputo del tiempo; Dios está complacido con ellos y ellos están complacidos con Dios: éste es el triunfo supremo.”

De Dios es el dominio sobre los cielos y la tierra y todo lo que contienen; y Él tiene el poder para disponer cualquier cosa.
(Corán 5:116-120)

¡Oh seguidores del Evangelio! No excedáis los límites de la verdad en vuestras creencias religiosas y no digáis acerca de Dios sino la verdad. El Ungido Jesús, hijo de María, fue sólo un enviado de Dios —el cumplimiento de Su promesa, que Él había hecho llegar a María— y un espíritu creado por Él. Creed, pues, en Dios y en Sus enviados, y no digáis: “Dios es una trinidad”. Desistid de esa afirmación por vuestro propio bien. Dios es sólo un Dios Único; muy distante está, en Su gloria, de tener un hijo: suyo es todo cuanto hay en los cielos y todo cuanto hay en la tierra; y nadie es tan digno de confianza como Dios.

El Ungido nunca desdeñó ser siervo de Dios, ni tampoco los ángeles que están próximos a Él. Y aquellos que desdeñan servirle y se muestran altivos deberían saber que en el Día del Juicio Él les reunirá ante Sí: entonces a aquellos que llegaron a creer e hicieron buenas obras, Él les dará sus justas recompensas y aún más de Su favor; pero a aquellos que se mostraron altivos y se vanagloriaban en su arrogancia, les castigará con un doloroso castigo; y no hallarán quien les proteja de Dios, ni quien les auxilie.

(Corán 4:171-173)

En verdad, quienes dicen: “Ciertamente, Dios es el Ungido, hijo de María,” niegan la verdad. Di: “Y, ¿quién podría haber impedido a Dios que, de haberlo querido, hubiera destruido al Ungido, hijo de María, a su madre, y a todos cuantos hay en la tierra? Pues, de Dios es el dominio sobre los cielos y la tierra y lo que hay entre ambos; crea lo que Él quiere: ¡y Dios tiene el poder para disponer cualquier cosa!”
(Corán 5:17)

En verdad, quienes dicen: “Ciertamente, Dios es el Ungido, hijo de María”, niegan la verdad —pues el propio Jesús dijo: “¡Oh Hijos de Israel! ¡Adorad sólo a Dios, que es mi Señor y también vuestro Señor!” Ciertamente, a quien atribuye divinidad a otro ser junto con Dios, a ése Dios le vedará el paraíso y tendrá por morada el fuego; y tales malhechores no tendrán quien les auxilie.

En verdad, quienes dicen: “Ciertamente, Dios es el tercero en una trinidad”, niegan la verdad —pues no hay más deidad que el Dios Único. Y a menos que desistan de esa afirmación, un doloroso castigo ha de caer sobre quienes de ellos se obstinan en negar la verdad.

¿Es que no van a volverse a Dios arrepentidos y a pedirle Su perdón? Pues Dios es indulgente, misericordioso.

El Ungido, hijo de María, fue sólo un enviado: todos los otros enviados anteriores a él habían fallecido; su madre nunca se desvió de la verdad; y ambos tomaban alimentos como los demás mortales. ¡Ved cuán claros les hacemos estos signos, y ved luego la perversión de sus mentes!

Di Oh Muhammad: “¿Vais, acaso, a adorar junto con Dios a lo que no puede causaros daño ni traeros beneficio —cuando Dios sólo es quien todo lo oye, quien todo lo ve?”
(Corán 5:72-76)

Los Musulmanes Creen en las Revelaciones Anteriores

La religión de todos los profetas es una misma, si bien sus leyes son distintas. Ningún musulmán (-seguidor del Profeta Muhammad-) puede ser considerado como tal a menos que crea en todos los profetas incluido Jesús, y en sus escrituras reveladas.
¡Oh Enviados! Comed de las buenas cosas y haced buenas obras: en verdad, tengo pleno conocimiento de todo cuanto hacéis.

Y, en verdad, esta comunidad vuestra es una sola comunidad, y Yo soy el Señor de todos vosotros: ¡manteneos, pues, conscientes de Mí!

Pero aquellos que dicen seguiros han fragmentado su unidad en sectas y cada grupo se vanagloria de las doctrinas que le son propias.
(Corán 23:51-53)

En verdad, Oh vosotros que creéis en Mí, esta comunidad vuestra es una sola comunidad y Yo soy el Señor de todos vosotros: ¡así pues, adoradme sólo a Mí!
Pero la gente ha fragmentado su unidad en pedazos olvidándose de que todos han de retornar a Nosotros.
(Corán 21:92-93)

Decid Oh musulmanes: “Creemos en Dios y en lo que se ha hecho descender sobre nosotros y en lo que descendió sobre Abraham, Ismael, Isaac, Jacob y sus descendientes, y lo que fue entregado a Moisés y a Jesús, y en lo que fue entregado a todos los demás profetas por su Señor: no hacemos distinciones entre ninguno de ellos. Y es a Él a quien nos sometemos.”
(Corán 2:136)

Di Oh Muhammad: “Creemos en Dios y en lo que se ha hecho descender sobre nosotros, y en lo que se hizo descender sobre Ibrahim, Ismael, Isaac, Jacob y sus descendientes, y en lo que Moisés, Jesús y todos los demás profetas han recibido de su Señor: no hacemos distinción entre ninguno de ellos. Y a Él nos sometemos.”
(Corán 3:84)

Esta escritura divina —sin lugar a duda— es una guía para todos los conscientes de Dios; que creen en la existencia de lo que está fuera del alcance de la percepción humana, son constantes en la oración, y de lo que les proveemos como sustento gastan en los demás; y que creen en lo que ha descendido sobre ti Oh Muhammad, y en lo que se hizo descender antes de ti: ¡porque ellos son los que, en su interior, tienen certeza de la Otra Vida!
(Corán 2:2-4)

El enviado (Muhammad) cree en lo que se ha hecho descender sobre él procedente de su Señor, y también los creyentes: todos creen en Dios, en Sus ángeles, en Sus revelaciones y en Sus enviados, sin hacer distinción entre ninguno de Sus enviados; y dicen: “Oímos y obedecemos. ¡Concédenos Tu perdón, Oh Señor nuestro, pues a Ti es el retorno!”
(Corán 2:285)

Él os ha decretado, en asuntos de fe, lo que prescribió a Noé —y de lo cual te hemos dado Oh Muhammad conocimiento por medio de la revelación— así como lo que prescribió a Abraham y a Moisés, y a Jesús: que os aferréis con fuerza a la verdadera fe y no fragmentéis su unidad. Aunque eso (-la unidad en la fe-) a lo que les llamas les resulte penoso a aquellos que atribuyen a otros seres o fuerzas parte en Su divinidad, Dios atrae hacia Sí a quienes quieren y guía hacia Él a quienes se vuelven a Él.
(Corán 42:13)

Una Misma Fe Común

El Corán explica claramente que la religión de todos los profetas es, en su origen, una misma; esta religión comprende un idéntico concepto de Dios y un idéntico concepto en los principios morales. Él Corán llama a esta fe común Islam, y a todos aquellos que creen en ella musulmanes. Dado que los seguidores de Muhammad (-la paz y las bendiciones de Dios sean sobre él-) creen en esta religión única, son denominados musulmanes y su religión se denomina el Islam.

Y dicen: “Sed judíos” o, “cristianos” —“y estaréis en el camino recto.” Di: “¡No!, sino que seguimos la creencia de Abraham, que se apartó de todo lo falso, y no fue de los que atribuyen divinidad a algo distinto de Dios.”
(Corán 2:135)

Abraham no fue “judío” ni “cristiano”, sino uno que se apartó de todo lo falso, sometiéndose a Dios; y no fue de los que atribuyen divinidad a algo distinto de Dios.
(Corán 3:67)

Y cuando Jesús percibió su negativa a aceptar la verdad, preguntó: “¿Quiénes serán mis auxiliares en la causa de Dios?” Los apóstoles respondieron:”¡Nosotros seremos tus auxiliares en la causa de Dios! ¡Creemos en Dios: sé testigo de que nos hemos sometido a Él!”
(Corán 3:52)

Cuando su Señor le dijo (-a Abraham-): “¡Sométete a Mí!” —respondió: “Me someto a Ti, el Señor de todos los mundos.” Y esto fue lo que Abraham legó a sus hijos, y lo mismo hizo Jacob: “¡Oh hijos míos! En verdad, Dios os ha escogido la fe más pura; no dejéis que os sobrevenga la muerte sin haberos sometido a Él.”

¡Pero no! Y eso que vosotros mismos, Oh hijos de Israel, dais testimonio de que Jacob, estando próxima su muerte, dijo a sus hijos: “¿A quien adoraréis cuando yo ya no esté?” Ellos respondieron: “Adoraremos a tu Dios, el Dios de tus padres Abraham, Ismael e Isaac, el Dios Único; y a Él nos sometemos.”
(Corán 2:131-133)

Y dicen: “Nadie entrará jamás en el paraíso a menos que sea judío” —o, “cristiano”. ¡Esas son fantasías suyas! Di: “¡Presentad una prueba, si es verdad lo que decís!”
¡No!, en verdad: todo aquel que someta su ser por entero a Dios, y además obre rectamente, tendrá su recompensa junto a Su Señor; esos nada tienen que temer y no se lamentarán.
(Corán 2:111-112)

Pues los judíos nunca estarán complacidos contigo, ni tampoco los cristianos, mientras no sigas sus creencias. Di Oh Muhammad: “Ciertamente, la guía de Dios es la única guía verdadera.” Y, ciertamente, si siguieras sus erróneas opiniones, después de todo el conocimiento que te ha llegado, no tendrías quien te protegiera de Dios ni quien te auxiliara.
(Corán 2:120)

Di Oh Muhammad: “¡Oh seguidores de una revelación anterior! (-judíos y cristianos-) Convenid con nosotros un principio aceptable a ambas partes: que no adoraremos sino a Dios y no atribuiremos divinidad a nada distinto de Dios y no tomaremos por señores a seres humanos en vez de Dios.”
Y si se apartan, entonces decid: “Sed testigos de que, ciertamente, nosotros nos sometemos a Él.”
(Corán 3:64)

Revertidos, No Convertidos

El cristiano sincero hallará que el Islam está muy cercano a su corazón y a su mente, si busca el auténtico Islam, tal como es descrito en el Corán, y si sus opiniones no están influenciadas por el estilo de vida de musulmanes ignorantes. De esta forma, cuando acepte el Islam, no se habrá “convertido” sino que habrá “revertido” al Islam. El Corán se refiere al Islam como la religión común de todos los Profetas y llama musulmanes a todos sus seguidores (auténticos):

¡Oh vosotros que creéis! ¡Inclinaos y postraos, y adorad sólo a vuestro Señor, y haced el bien, para que alcancéis así la felicidad!

Y esforzaos por Su causa con el esfuerzo debido a Él; que es quien os ha elegido como portadores de Su mensaje y no os ha impuesto la dificultad en nada relacionado con la religión, y os ha hecho seguidores de la fe de vuestro padre Abraham.

Él os ha llamado —en tiempos pasados y también en esta revelación— “musulmanes (-los que se han sometido a Dios-)”, para que el Enviado (-Muhammad-) dé testimonio de la verdad ante vosotros, y vosotros deis testimonio de ella ante toda la humanidad. Así pues, sed constantes en la oración, dad limosna y aferraos a Dios. Él es vuestro Señor Supremo: ¡qué excelente Señor y qué excelente Auxiliador!
(Corán 22:77-78)

Hallarás sin duda que las gentes más hostiles a los que creen en el Corán son los judíos y los idólatras; y hallarás sin duda que las gentes más próximas por su afecto a los musulmanes son los que dicen: “En verdad, somos cristianos”: porque entre ellos hay sacerdotes y monjes, y porque no son arrogantes.

Y cuando llegan a entender lo que ha sido revelado al Enviado (-el Corán-), puedes ver como sus ojos se llenan de lágrimas, porque reconocen algo de su verdad; y dicen: “¡Oh Señor nuestro! Creemos; inscríbenos, pues, entre los que dan testimonio de la verdad. ¿Cómo podríamos dejar de creer en Dios y en la verdad que nos ha llegado, si deseamos fervientemente que nuestro Señor nos cuente entre los justos?”

Y por esta fe suya, Dios les recompensará con jardines por los que corren arroyos, en los que residirán: pues esa es la recompensa de los que hacen el bien; mientras que los que se obstinan en negar la verdad y desmienten nuestros signos —esos están destinados a un fuego abrasador.
(Corán 5:82-86)

Y, en verdad, hemos hecho llegar esta palabra Nuestra a la humanidad, gradualmente, para que puedan aprender a tenerla presente.

Aquellos a quienes dimos la revelación con anterioridad —están obligados a creer también en esta; y cuando se les transmite claramente, están obligados a declarar: “¡Creemos en ella, porque es la verdad que viene de nuestro Señor; en verdad, aún antes de esto ya éramos musulmanes estábamos sometidos a Él!”

Estos recibirán recompensa doble por haber sido pacientes en la adversidad, y por haber respondido al mal con bien, y por haber gastado en los demás de lo que les proveímos como sustento, y porque al oír conversaciones vanas, se apartan y dicen: “Habremos de rendir cuentas de nuestras acciones y vosotros de las vuestras. La paz sea con vosotros —pero no buscamos la compañía de los ignorantes del significado del bien y del mal.”
(Corán 28:51-55)

Y, ciertamente, entre los seguidores de la revelación anterior hay quienes creen verdaderamente en Dios y en lo que se ha hecho descender para vosotros y en lo que se hizo descender para ellos. Reverentes ante Dios, no malvenden los mensajes de Dios por un provecho insignificante. Esos tendrán su recompensa junto a su Señor —¡pues, ciertamente, Dios es rápido en ajustar cuentas!
(Corán 3:199)

Por tanto, si disputan contigo, Oh Muhammad, di: “¡Me he sometido por entero a Dios, como han hecho todos los que me siguen!” —y pregunta a aquellos a quienes fue dada la revelación con anterioridad y a quienes no la conocen: “¿Os habéis sometido vosotros también a Él?” Y si se someten a Él, están en el camino recto; pero si se apartan —tu deber es sólo transmitir el mensaje: pues Dios ve todo cuanto hay en el corazón de Sus criaturas.
(Corán 3:20)

Traducción de Abdur Rassak Pérez.

http://www.webislam.com/articulos/18018-jesus_y_el_cristianismo.html

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