Oí al Mensajero de Dios -la paz y las bendiciones de Dios sean con él-, diciendo:

«Quien de vosotros vea una mala acción, que la cambie con su mano, si no pudiera con su lengua, y si no pudiera, entonces en su corazón, y esto es lo más débil de la fe».

Lo transmitió Muslim.

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jueves, 12 de agosto de 2010

Transformando el Sexo en Sadaqa

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por Ruqaiyyah Waris Maqsood

Un extracto de “The Muslim Marriage Guide” (“La Guía del Matrimonio Musulmán”)
(Amana Publications), reimpreso en Beliefnet.com


“Los derechos de las mujeres [con respecto a sus maridos] son iguales que los derechos de estos con respecto a ellas, si bien los hombres tienen prioridad [a este respecto]” (Corán 2:216)


¡Ellos realmente lo tienen! Este pasaje del sagrado Corán fue revelado en conexión con los derechos de la mujeres después de un divorcio, pero también tiene un sentido y significado general. Un derecho básico que cada persona asume en un contrato (matrimonial) es que además de nunca tener relaciones sexuales con otro que no sea su compañero(a) legítimo(a) es que cada esposo debiera, por consiguiente, proveer de satisfacción sexual (imta') al otro, como parte de ese acuerdo.

Ahora, cada hombre conoce que aspectos sexuales le satisfacen a él, pero algunos hombres, particularmente los que no han estado casados anteriormente y no tienen, por tanto, experiencia, no parecen saber mucho acerca de cómo dar el mismo placer a la mujer; incluso peor, algunos hombres lo saben pero no se molestan en hacer el esfuerzo. Ciertamente esto es vital si se pretende que el matrimonio sea exitoso y no sólo por tratarse de un aspecto de decepción para la mujer, sino porque que se trata de una parte vital del deber islámico de cada uno.

No es aceptable para un hombre musulmán satisfacerse sólo él mismo mientras ignora las necesidades de su esposa. Los expertos están de acuerdo que la necesidad psicológica básica de un hombre es el respeto, mientras que en el caso de la mujer se trata del amor. Ni el respeto, ni el amor pueden obtenerse mediante la fuerza, ya que ambos deben ser obtenidos a través del esfuerzo y del trabajo dirigidos a tal fin. El Profeta (Que Allah le bendiga y le otorgue paz) estableció que en cada momento íntimo con el esposo o esposa hay sadaqa (es decir, constituye un acto de adoración, a través de la caridad):

El Mensajero de Dios (Que Allah le bendiga y le de paz) dijo: “en cada acto sexual de cada uno hay sadaqa”. Los Compañeros contestaron: “¡Oh Mensajero de Dios!, cuando uno de nosotros satisface su deseo sexual, ¿le será dada una recompensa por eso?”. Y él (Que Allah le bendiga y le de paz) dijo, “¿Acaso no creen que si lo satisface de una manera ilícita estará cometiendo una falta?. Del mismo modo, si él lo hace lícitamente será recompensado” (Muslim)

Este hadith sólo tiene sentido si el acto sexual es realizado y elevado por encima de una mera relación sexual a nivel animal.

¿Cuál es el ingrediente mágico que convierte y transforma el sexo en sadaqa y que conlleva a ser objeto de recompensa o castigo de Allah? Es el hecho de hacer de la vida sexual de uno más que una simple gratificación física; es complacer a Allah a través del trato no egoísta hacia el compañero. Un esposo que no pueda entender esto nunca será respetado completamente por su esposa.

Ninguno de los esposos debería actuar de una manera que puediera resultar injuriosa o dañina para su vida conyugal. El nikah (matrimonio) es un vinculo sagrado entre esposo y esposa, a través del amor sincero y devoto sin el cual no pueden alcanzar la felicidad y la tranquilidad emocional.

“Y entre Sus signos está el haberles creado esposas nacidas de entre ustedes, para que les sirvan de quietud, y el haber suscitado entre ustedes el amor y la bondad” (Corán, 30:21)

Así, cada musulmán conoce que un hombre tiene un derecho sobre su esposa. Sin embargo, debido a que el nikah es un contrato nunca se debe buscar la satisfacción sexual fuera del lazo matrimonial. El Islam ordena esto no sólo a las mujeres sino a los hombres y hace evidente que si un esposo no atiende las urgencias y necesidades de su esposa, él estará cometiendo un pecado al privarle a ella de sus derechos.

De acuerdo a los cuatro juristas ortodoxos (nota de los traductores: Los Imames Abu Hanifa, Malik, Shafii y Ahmad), el esposo se encuentra obligado a mantener a su esposa feliz y complacida respecto a este asunto. Del mismo modo, es esencial para la esposa satisfacer los deseos de su esposo. Ni uno debe rechazarse mutuamente, a menos que exista una excusa lícita.

Es bastante fácil para una mujer satisfacer a un hombre y encontrarse disponible para él, aun cuando a ella no le apetezca o no esté realmente de humor. Es más difícil para un hombre satisfacer a una mujer si es que a él no le apetece o no está de humor, y es aquí donde reside un importante aspecto de la responsabilidad masculina y que necesita ser objeto de la mayor atención por parte del hombre musulmán, a la vez que debe darle a este aspecto un mayor énfasis.

Los juristas creyeron que las partes privadas de una mujer necesitaban ser protegidas (tahsin). Lo que ellos querían decir es que era importante para un esposo musulmán satisfacer las necesidades de su esposa de tal manera que ella no sea tentada a cometer zina (fornicación, adulterio) en razón de su desesperación o frustración.

Una esposa musulmana no es únicamente un pedazo de carne sin emociones o sentimientos, dispuesta sólo para satisfacer las urgencias naturales de un hombre. Por el contrario, su cuerpo contiene un alma no menos importante a la vista de Dios que la de su esposo. Su corazón tiende a ser más tierno y delicado, y la crudeza y maneras rudas suelen herir sus sentimientos, alejando el amor. Un esposo sería tonto e inmoral para actuar de una manera desagradable frente a al temperamento natural de su esposa. Asimismo, un hombre que egoístamente busca su propia satisfacción sin considerar la satisfacción de su esposa es una persona egoístamente grosera. De hecho, de acuerdo a un hadith:

“Tres cosas son tenidas como defectos e imperfecciones en un hombre. Primero, encontrar a alguien al que desearía conocer y luego alejarse de él sin saber su nombre ni el de su familia. Segundo, rechazar la generosidad que otro muestra hacia él. Y tercero, ir hacia su esposa y tener relaciones antes de haber conversado con ella y haberse ganado la intimidad con ella, satisfaciendo la necesidad que tiene de ella antes que la que tiene ella de él” (Daylami)

Esta es otra de las cosas que se incluyen en el dicho de que la esposa es “campo labrado para ustedes” (Corán 2:223). La imagen que surge es la de un agricultor cuidando de sus campos. De acuerdo a Maulana Abul-Ala-Mawdudi:

“El agricultor siembra la semilla con el fin de recoger la cosecha, pero él no la planta fuera de temporada o lo cultiva de una manera que pueda dañar o desgastar la tierra de cultivo. Es sabio y considerado y no desorganizado” (Afzalur Rahman, Quranic Sciences, London 1981, p.285)

Del mismo modo, en el caso de esposo y esposa, el esposo no sólo debería:

“Tomar a su esposa, depositar la semilla y finalizar el negocio de la procreación. El daño en este caso podría ser, algunas veces, irreparable, porque una mujer, a diferencia de una granja es muy sensible y tiene emociones, sentimientos y pasiones fuertes que necesitan satisfacción total de una manera real y apropiada” (Afzalur Rahman, Quranic Sciences, London 1981, p. 286)

Si esto no es tomado en consideración, y no se prepara a la esposa para hacer el amor o si queda insatisfecha cuando este acto ha concluido, podría haber muchas complicaciones psicológicas y fisiológicas que pueden conllevar posteriores situaciones de frigidez y otras anormalidades. Muchos esposos quedan decepcionados con sus esposas, creyendo que son frígidas o son incapaces de responder a sus actividades (a diferencia de las “sirenas” de las películas o en la televisión) y se preguntan acerca de que sucede con ellas. Una posible explicación podemos encontrarla a continuación.

“Allah ha creado hombre y mujer de una única alma a fin de que ese hombre pudiera vivir con ella en serenidad"(Corán 7:189) y no en infelicidad, ni en frustración ni pelea. Si su matrimonio es francamente espantoso, entonces debe preguntarse a si mismo como este desesperado y trágico escenario podría haber sido atendido y reparado por alguien que es la “mitad de la Fe”. De acuerdo a un hadith:

“Ninguno de ustedes debe caer encima de su esposa como si fuera un animal, permitan primero que haya un mensajero entre ustedes” “y ¿cuál es el mensajero?” preguntaron y él (Que Allah le bendiga y le de paz) contestó: “besos y palabras”. (Daylami).

Estos “besos y palabras” no incluyen solamente la antesala o el juego previo una vez que las relaciones íntimas han empezado. Para lograr el estado de humor adecuado, deben darse previamente pequeñas señales, de modo tal que la esposa tenga una pista o una idea de lo que va a venir y se encuentre en una situación de agradable expectación, y también tenga tiempo adecuado para prepararse en cuanto a pulcritud, verse atractiva y sentirse lista. Con respecto a la intimidad misma, todos los hombres saben que ellos no pueden obtener satisfacción sexual si ellas no están excitadas, sexualmente hablando. También deberían darse cuenta que es realmente dañino y doloroso para los órganos femeninos el hecho de ser usados para el sexo sin una apropiada preparación. En términos biológicos simples, las partes privadas femeninas necesitan una lubricación especial antes de que el acto sexual tenga lugar. Para eso, Allah ha creado glándulas especiales conocidas por los doctores modernos como las glándulas Bartholin, las que proveen de la lubricación necesaria.

Es posible leer consejos antiguos dados a los esposos referidos a que una esposa deseable debería esta “seca” – lo que es muestra de una ignorancia extraordinaria y hacen que uno realmente sufra por las pobres esposas de esos hombres desconsiderados. Del mismo modo que nadie soñaría con tratar de hacer funcionar un motor sin los correctos fluidos lubricantes, sucede lo mismo -a través de la voluntad creativa de Allah- con las partes del cuerpo femenino diseñadas para la intimidad sexual. Un esposo debería saber como estimular la producción de esta lubricación en su esposa o, al menos, permitir que use algún aceite artificial. Es en esta falta de conocimiento o consideración donde muchos problemas maritales frecuentemente surgen.

Como el Imam Al-Ghazali dice: “el sexo comienza con palabras gentiles y besos” y el Imam al-Zabidi añade: “Esto debería incluir no sólo mejillas y labios; él debería acariciar los pechos y cada parte del cuerpo de su esposa” (Zabidi, Ithaf al-Sada al Muttaqin, V 372). Muchos hombres no necesitarán decir esto, pero debería ser tenido en cuenta que fallar en observar la práctica islámica implica ser negligente o negar la forma en la que Allah ha creado a la mujer.

Insultar a la esposa con malas maneras maritales

Primeramente, un esposo debe vencer su timidez para mirar realmente a su esposa y prestarle atención. Si él no puede traer hacia sí mismo esta sunna, este hecho pude constituir un insulto hacia ella y resultar extremadamente hiriente. La intimidad personal es un campo minado de oportunidades para herirse mutuamente –ya sea mirando el reloj, un bostezo en el momento equivocado, aparentar aburrimiento, etc. Un deber de esposo es convencer a su esposa que le está haciendo el amor – y esto solo puede ser hecho de palabra (palabra constantemente repetida), mirando y tocando.

Mucha gente cree que la expresión en los ojos revela mucho del alma humana. Ciertamente la mirada del amante es el aspecto más simpático y apreciado. Muchas esposas anhelan esa mirada de amor, incluso después de haber estado casadas por años. Si no puede lograr en usted esa mirada al prestarle atención a su esposa, ella lo puede interpretar como un signo de que usted no la ama. E incluso, aunque pueda resultar irritante para usted y parezca superfluo, la mayoría de mujeres se encuentran profundamente conmovidas cuando un hombre realmente les dice que la ama.

El Sexo es limpio

Una educación modesta es parte del buen carácter. El profeta (Que Allah le bendiga y le de paz) dijo: “La modestia no trae sino lo bueno” (Bukhari y Muslim). Pero otra y también importante parte de la enseñanza islámica dice que toda la creación de Allah es hermosa y pura, particularmente cuando es parte del cuerpo del ser humano, el mismo que ha sido designado como representante sobre la tierra. En algunas religiones, la gente cree tradicionalmente que las partes privadas de la mujer se encuentran de algún modo sucias o incluso que esconden maldades.

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