Oí al Mensajero de Dios -la paz y las bendiciones de Dios sean con él-, diciendo:

«Quien de vosotros vea una mala acción, que la cambie con su mano, si no pudiera con su lengua, y si no pudiera, entonces en su corazón, y esto es lo más débil de la fe».

Lo transmitió Muslim.

Teléfono: 005068493-6876

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domingo, 21 de marzo de 2010

Carta Abierta para los shéijs de América Latina.

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Bismilláhi Rahmáni Rahím.
Estimados hermanos, assalamo 'aleicum wa ráhmatullahi wa baracatuh.

Esta carta está dirigida a los hermanos shéijs de América Latina y licenciados en ciencias islámicas presentes en el sub-continente hispanohablante (nombres omitidos).

Quizás ustedes piensen que el motivo por el que les escribo no es muy importante, pero les ruego lean esta carta hasta el final antes de juzgar, tiene poco más de 600 palabras.

En la red social Facebook ha habido la última semana varios hermanos musulmanes que se autodenominan "sálafis", y que han provocado varios pleitos con otros hermanos. Parece una tontería, pero la mayoría de estos hermanos tienen nombres como Islam Argentina o Islam Panamá, Sálafis Hispanos y cosas así.

Hace unos días atrás yo fui expulsado de un debate sobre el movimiento sálafi, en el que me sospecharon de ser sufi por el contenido que los participantes publicaban en la ex-comunidad de MSN "El Islam en Latinoamérica" (un texto de Ibn 'Arabi). Yo respondí que no éramos dictadores y que los participantes tenían derechos, y que yo consultaba el material que la administración publicaba con tres shéijs sálafis de América Latina: (nombres omitidos). Me respondieron que "Hermanito, no hay shéijs en el Oeste, todos están en el Este. Los shéijs del Islam son Salih Ibn al-'Uzaimín, Ibn...", etc. Yo le respondí que eso era una falta de respeto, y el hermano que firma como Islam Argentina, en una actitud de hipocresía que corta el aliento, me expulsó del debate, borró todo rastro de mis mensajes y de otros musulmanes que me apoyaron, y luego escribió cínicamente en mi perfil que "Hermanito, no queremos pleitos, cada uno tiene sus creencias".

Hasta aquí es todo una tontería, ¿verdad? Bueno, pues la verdad es que no les escribo por eso.

Ahora, estos mismo sálafis con nombre de Islam y países, que tienen publicados en su perfil los links oficiales de centros islámicos conocidos como el C.C.I. Rey Fahd de Buenos Aires, están insultando y difamando públicamente a otros musulmanes con nombre y apellido. Han organizado una "cacería de brujas", en los que insultan o cuentan el pasado de musulmanes ausentes que no pueden visualizar lo que se dice de ellos porque los han expulsado como contactos. Todo, en nombre del Islam de Argentina, del Islam de Panamá, etc, etc, etc. Si alguien los defiende, lo acusan de shi'ah o sufi y lo expulsan como contacto, para que no pueda presenciar los comentarios posteriores.

Aquí les envío por adjunto una captura de pantalla con sólo uno de esos comentarios, para que comprueben ustedes mismos si el asunto es grave o no. En otro debate que mi esposa y yo presenciamos y que ahora no podemos visualizar porque nos expulsaron, mencionaron a la hermana mexicana y residente en Buenos Aires (nombre omitido) por su nombre real completo, acusándola de ser sufi, de aparecer sin hiyab en su perfil y la calificaron de "hipócrita". Ella no está ni por asomo enterada de lo que se dice públicamente a sus espaldas.

Luego de que mi esposa y yo censuráramos su comportamiento, muchos de estos "sálafis" se cambiaron el nombre.

Les recuerdo que una gran parte de los musulmanes latinoamericanos se han convertido al Islam a través de internet, y muchos de nosotros hemos conocido a nuestras esposas o esposos por internet. Por lo tanto, les ruego que no menosprecien el impacto que la difusión de estos malos ejemplos pueda tener entre nosotros ni entre los no musulmanes.

Corríjanme si me equivoco.

En mi opinión, ustedes, que han estudiado tantos años para guiar a los musulmanes de América Latina, tienen la responsabilidad cuanto menos, de manifestarse en contra de esto, porque la mayoría de estos sálafis los tienen a ustedes entre sus contactos de Facebook y probablemente algunos de ellos los consideren una autoridad.

No les presento esto como una obligación: es un deber moral. Que lo cumpla quien pueda hacerlo.

Si es posible, además de manifestarse, deberían tomar cartas en el asunto y deneterlos: por ejemplo, si conocen personalmente a alguno de ellos, o uno de ellos reza detrás de alguno de ustedes en una mezquita.

Y en tercer lugar, permítanme recomendarles cuidar el contenido de sus enseñanzas con respecto a nuestra actitud hacia los demás musulmanes y hacia los no musulmanes también. En mi humilde opinión, y no espero que la compartan, este comportamiento vergonzoso y arrogante fue sembrado por algunas de las prédicas y enseñanzas de los sabios de Oriente, algunos de los cuales han sido probablemente vuestros profesores en las universidades islámicas del Hiyaz (Arabia Saudita)y de Egipto.

Por eso les ruego que vean cuál es el efecto de esas enseñanzas en nuestros jóvenes musulmanes. La santidad y la pureza doctrinal no se logran organizando persecusiones ni cacerías de brujas. Los musulmanes en América Latina no obtendremos ningún beneficio de actitudes como estas, ni de dejarlas proliferar tampoco.

Ustedes son nuestras autoridades espirituales más inmediatas aquí en América Latina, lo reconozcan o no; lo reconozcan los demás musulmanes de América Latina o no, es así. Son, entre nosotros, quienes mejor conocen el Corán y la Sunnah, y quienes pueden transmitirnos ese conocimiento porque hablan nuestro idioma. Les ruego que den el ejemplo y aconsejen a estos hermanos para que corrijan su carácter.

Espero que hayan encontrado pertinente mi carta, y les envío un cariñoso y respetuoso saludo a todos, y pido disculpas si he olvidado mencionar a algunos de nuestros shéijs hermanos y no les he dirigido esta carta.

Desde ya que les estoy profundamente agradecido por cualquier esfuerzo que puedan hacer en este sentido y por los que ya han hecho. Y tengo la convicción de que el resto de los musulmanes también les estarán agradecidos por comprometerse con nuestros problemas y guiarnos por la vía recta.

Que la paz y las bendiciones de Dios sean con nuestro Profeta Muhámmad (P y B), con su familia y compañeros, y su comunidad hasta el final de los tiempos. Amín.
Wa salamo 'aleicum wa ráhmatullahi wa baracatuh.

Mo'ámmer al-Muháyir.

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