Oí al Mensajero de Dios -la paz y las bendiciones de Dios sean con él-, diciendo:

«Quien de vosotros vea una mala acción, que la cambie con su mano, si no pudiera con su lengua, y si no pudiera, entonces en su corazón, y esto es lo más débil de la fe».

Lo transmitió Muslim.

Teléfono: 005068493-6876

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martes, 9 de febrero de 2010

Honor a quien honor merece: Abdennur Prado.

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Aunque profeso el Islam desde hace varios años, mi ajetreado estilo de vida no me ha permitido desarrollarme en muchos sentidos tal y como yo quisiera.

Por falta de tiempo y recursos mi acceso a diferentes tópicos ha sido bastante lento (tal como mi actual conexión a Internet) y esto me ha llevado a tener que ir poniéndome al día en mi aprendizaje y desarrollo para practicar el Islam.

Hoy en concreto, quiero disculparme públicamente con el señor Abdennur Prado al haber cometido contra él la irresponsabilidad de pre-juzgarle solo porque algunas de sus opiniones, no fueron de mi agrado, hecho sin duda que me avergüenza en modo sumo ya que yo misma siempre he sido enfática en luchar contra las injusticias.

La primera vez que escuché el nombre de Abdennur Prado fue cuando publicó un artículo en WebIslam “Mentiras con Pañuelo” (http://www.webislam.com/?idt=10121), al que yo respondí con: “Al señor Abdennur Prado con todo respeto”(http://www.webislam.com/?idt=10138) en donde le pido que se disculpe y que no sea tan severo en su juicio con las jóvenes musulmanas del documental “Mujeres con pañuelo”.

Casi de inmediato recibí un aluvión de felicitaciones por parte de sus detractores, quienes trataban de ponerme al tanto de todas las faltas en las que supuestamente incurre el señor Prado al realizar sus propias y antojadizas interpretaciones del Islam y el sagrado Corán.

Alguno incluso me solicitó vehemente el que yo liderara una acusación formal ante los tribunales de justicia españoles contra el señor Abdennur, por las constantes violaciones, alteraciones e innovaciones al código legal y espiritual al que somete al Islam en España.

Ya para ese momento debí calmar ánimos y explicar que no tenía nada personal en contra del señor Prado, simplemente no compartía su punto de vista en cuanto a algunos tópicos y por lo tanto no iba a ser yo quien enarbolara una cacería de brujas contra un hermano musulmán solo por diferir en cuanto a criterios.

Valga recalcar que en algunos aspectos en específico, sí estoy de acuerdo con varias personas que difieren en criterio con el señor Prado por el énfasis que éste pone al objetar algunos puntos, tales como el fomentar cierto “open mind” para temas complejos como el matrimonio entre homosexuales, su campaña contra los sálafis o su constante insistencia de que el hijab no está estipulado en el Sagrado Corán.

Luego, leí su artículo:“El salafismo está en auge” (http://www.webislam.com/?idt=10602), y esa fue la gota que derramó el vaso para enardecerme en su contra y publicar en diversos foros otro en réplica al que titulé: “El abdennurismo también está en auge”, en el que le juzgué y hasta ataqué.

Hoy, mirando en retrospectiva al señor Prado, me he dado cuenta de cuán injusta fui al haberle juzgado mal.

Tanto mi esposo como yo, estamos gratamente sorprendidos al comprobar la inteligencia, sagacidad y brillantez con que cuenta el señor Prado para tocar temas “tabú” en el Islam y tener la valentía de “tomar al toro por los cuernos”, ya que a la inmensa mayoría de los musulmanes nos resulta más cómodo criticar que pensar por nosotros mismos o expresar nuestras ideas de forma objetiva y atinada.

Muchas veces no basta solamente con tener la intención para tratar temas delicados u obviados por otros, es necesario contar con el conocimiento, sabiduría y humildad en su justa dosificación para expresarlos de la manera correcta y hemos podido corroborar que el señor Prado los tiene y en gran medida.

Sin temor a equivocarme puedo asegurar que el Islam necesita más personas como Abdennur Prado, gente que de forma objetiva e inteligente develen no sólo a los musulmanes, sino al mundo en general, que la gran mayoría de musulmanes no somos un puñado de fanáticos que se obnubilan y enceguecen sin demostrar el más mínimo nivel de raciocinio y sentido común.

Sólo los ríos no se devuelven estimado hermano Abdennur, por eso, sirva hoy esta pequeña explicación de mi parte para disculparme de todo corazón por mi comportamiento anterior y darle el lugar y honor que merece dentro de la comunidad islámica.

Le pido a Allah que bendiga su camino, Le guíe y le continúe iluminando para que nos siga instruyendo y beneficiando con sus opiniones y puntos de vista más rectos, acertados y necesarios para fortalecer nuestra fe y credibilidad.

Puede ser que en el algún punto de este largo camino vuelva a discrepar con usted en algún sentido, pero tenga por seguro que ese no será ya un motivo, para mancillar su honra ni poner en tela de duda sus intenciones.

El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) cuando se le preguntó qué tipos de persona sufrían más Él dijo “Los Profetas, luego la gente recta, luego quienes le siguen, y así”. Un hombre sufrirá de acuerdo a su nivel de fe. Si su fe es sólida, sufrirá más, pero si su fe vacilante, sufrirá menos. El creyente seguirá sufriendo hasta que camine en la Tierra y esté libre de pecado” (reportado por at-Tirmidhi y otros).

Rashida Jenny Torres
Musulmana Costarricense.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

As salamu aleykum, hermana Rashida

Te agradezco de corazón el gesto, tanto por el contenido como por haberlo hecho público. El islam debe estar a la vanguardia de la humanidad en la lucha por la justicia. Si no dejamos espacio para la reflexión y para la discrepancia, nos ahogaremos y nos haremos incapaces de cumplir con el reto de vivir y aplicar el islam, aquí y ahora. Recuerda el dicho del profeta (saws): las diferencias de opinión son una rahma de Al-lâh para mi ummah.

Un abrazo,

Abdennur

Rashida Jenny Torres dijo...

Wa aleikum salam wa rahmatullahi wa barakatuh hermano Abdennur, muchas gracias por ser tan amable y aceptar mis disculpas.
Mi casa y mi familia son suyas, cualquier cosa en la que podamos, estamos para servirle.
Bendiciones.