Musulmanes de Costa Rica invita cordialmente a toda la comunidad costarricense y en general a participar, compartir y conocer sobre El Islam. Atrévete a hacer en este blog tus propios comentarios, consultas y aportes para que ello nos ayude a enriquecer nuestro sencillo conocimiento. Cualquier error es nuestro, los aciertos son de Allah. "Atestiguo que no hay más divinidad que Allah y Muhammad es su mensajero"
Oí al Mensajero de Dios -la paz y las bendiciones de Dios sean con él-, diciendo:
«Quien de vosotros vea una mala acción, que la cambie con su mano, si no pudiera con su lengua, y si no pudiera, entonces en su corazón, y esto es lo más débil de la fe».
Lo transmitió Muslim.
Teléfono: 005068493-6876
¿Qué piensas del Islam?
lunes, 31 de enero de 2011
Crónica de un chocolaticio anunciado o reacción desproporcionada de un hombre con Síndrome de Asperger.
Vean solo un ejemplo para que tengan una ¨ligera¨ idea de lo que en su momento casi me mata del susto por lo desproporcionado de su conducta:
Salí donde una vecina a dejarle algo que hice de cocinar, un pastel o algo así, iba con mi hija en ese entonces de cinco años, estaba en el jardín el vecino con el que compartíamos la casa, lavando en el corredor y mi ex-esposo en la cocina, todo tranquilo.
Cuando regresé y me abrió la puerta tenía mi ex-esposo la cara descompuesta, fuera de sí y me dijo: Entre ya, pasó algo muy serio!.
Juro que creí que alguno de mis hijos había muerto y no sabía cómo darme la noticia. Me puse muy nerviosa y no sabía qué hacer o decir, le pregunté: pero qué pasa? y sólo me decía: entre. De repente creí que como habíamos tenido problemas con el vecino por lo invivible que es, que se habían peleado mientras yo estaba fuera y que había sucedido lo peor. Me aterré y no podía pasar de la puerta. Mi ex-esposo empezó a obligarme a entrar por la fuerza, (cosa que jamás había hecho) y me decía ya casi gritando: pase, entre, venga! Me dejé llevar a rastras ya en estado de shock, esperando ver un cuerpo ensangrentado adentro de la casa y pensando en cargos de homicidio y complicidad. Entonces sacó con manos temblorosas un chocolate muy grande que tenía en la heladera y me lo mostró: Tenía la marca de dos o tres mordisquitos en los bordes.
Me dijo: Mira lo que hizo tu hija! es una ladrona! tuvo el atrevimiento de coger mi chocolate y comérselo sin permiso, ésto no tiene nombre, es lo peor que ha pasado en esta casa!
Ahí cambió todo, se me subió la presión inmediatamente al borde del colapso, porque yo estaba guardando mi energía y peores temores para algo verdaderamente importante, no para una reacción tan ridícula y desproporcionada con algo que si bien es cierto, él tenía razón en molestarse, tampoco era para recrear una tragedia griega!
Entonces, se fue para donde mi hija que también estaba desconcertada y con los ojos desorbitados, y le prohibió volver a abrir la heladera, le dio lo que él dice un chirlo en la cola y la castigó unos minutos con sentarse solita en una silla mientras ella lloraba asustada y nerviosa sin entender del todo qué había sucedido.
Dejé que la castigara (para no desautorizarlo frente a ella) y me fui a nuestra habitación a pensar y a tratar de volver a la normalidad tanto física como emocionalmente pensando en cómo una situación puede ir de lo sublime a lo ridículo.
Cuando llegó a hablar conmigo, esperando mi reacción posterior a "la peor travesura jamás hecha en todos los tiempos por una niña", lo dejé que me explicara cómo si se le permitía a la niña robar desde ahora se iba a hacer una delincuente y que si tomamos en cuenta los antecedentes de bipolaridad que tiene su verdadero padre y bla, bla, bla, bla, bla...El discurso resultó toda una exposición de cómo está mal la sociedad por permitir conductas delictivas de este tipo sin que reciban el castigo merecido, de cuáles debieran ser las penas carcelarias y bueno, después de no sé cuántos minutos de perorata, tuve que guardar la compostura para no comenzar a romper a reír en una carcajada histérica por lo absurdo y la magneficencia que le dio a una travesura tan pequeña pero que para él era "la peor del mundo", no por el valor del riquísimo chocolate por supuesto (ni porque era de él), sino porque bueno, era emblemático y completamente revelador un hecho así, casi indescriptible en su bajeza y manipulación de la evidencia (porque mi hija después de pegar los mordiscos volvió a envolver el chocolate y guardarlo en su lugar en la heladera), lo que suponía un método sumamente elaborado, que empezaba con el planeamiento, los hechos en sí y luego ocultar la evidencia; algo que solo los peores criminales han aprendido a lo largo de tantos años de terribles fechorías.
Cuando ya pude emitir mi opinión como todo abogado defensor especialista ya en estos casos por tener que haber defendido anteriormente en casos similares a mis tres hijos, comencé a exponer mis argumentos (Claro es un poco difícil cuando el abogado acusador, juez y jurado son la misma persona).
Le expliqué -tratando de guardar la compostura- de que toooooodos< los niños en algún momento de su vida han cometido alguna travesura de este tipo, que tenía razón en sentirse molesto, pero no entendía porqué si hacía solo unos días mi hija había hecho lo mismo con un postre que yo llevaba para romper el ayuno con los dueños de la casa, él solo dijo: Mira lo que hizo tu hija... y bueno, que resultaba del todo incomprensible el porqué ahora se había dado una reacción tan desproporcionada.
Tendría acaso algo que ver el que esta vez mi hija tocó algo que le pertenecía a la víctima (a él)?
Ante la evidencia de los mordiscos y después de una conversación con ella, no tuvimos nada más que aceptar los cargos por "chocolaticidio premeditado agravado, con alevosía y perjurio".
Me hice cargo de las costas del juicio y por los daños y perjuicios materiales a favor de la víctima.
Esperamos que alguna vez el pobre de mi ex-esposo se pueda recuperar del daño moral y de un acto delictivo impensable en una niña de cuatro años a la que por cierto, él mismo le vivía prohibiendo cualquier tipo de golosinas o que pidiera cualquier cosa cuando íbamos de compras.
Aunque la parte acusadora quería emitir otra condena, yo gané esa parte del caso porque ya mi ex-esposo le había dado el chirlo en la cola, la había mandado a "confinamiento" y quedó la niña con la prohibición eterna de volver a abrir la heladera.
La sentencia se cumplió de forma íntegra mientras estuvimos casados (cabe decir que no había ningún tipo negociación ni podía salir bajo libertad condicional por buen comportamiento ni nada por el estilo ya que con los peores criminales hay que dejarles caer todo el peso de la ley).
Por iniciativa propia, bauticé el nuevo acto delictivo como chocolaticidio para que quede escrito para siempre en los anales de la historia criminológica de nuestro país y familia.
Sí me confieso que a espaldas de mi ex-esposo me he reído contándoles a mis hijos mayores y a alguna amiga la historia criminal de las fechorías de mi hija. No sé si alguna vez querramos llevar la historia a la pantalla grande o convertirla en un best seller, quién sabe, con casos así todo puede suceder.
Por cierto, el chocolate sobrevivió a los daños y a las lesiones inflingidas por mi hija y después de unos días, mi ex-esposo se recuperó y volvió a compartirlo con nosotras como lo hacía siempre, a cuentagotas y cuando él quería. O sea, como en todas las grandes epopeyas, todos salimos ganando
Ahora hasta pecando de masoquista creo que era necesario que sucediera algo así para concientizar a la sociedad y a nuestra familia de lo importante que es la comunicación, respeto y tolerancia a los más grandes valores que nos ofrece la vida.
Espero que talvez cuando escuchen la palabra "chocolaticidio" en algún lugar, me lo hagan saber para pedirle a mi ex-esposo que se una a alguna de estas organizaciones sin fines de lucro que hacen actividades y marchas por haber compartido la traumática experiencia de mordiscos furtivos infantiles .
Le he pedido también encarecidamente a mi ex-esposo que si alguna vez se encuentra con algún concurso en el que premien la peor travesura de un niño en todo el mundo, que por favor participe, sin duda tendrá todas las de ganar.
Querría haber nombrado a nuestra historia: "Crónica de un chocolaticio anunciado", pero recórcholis, se me había adelantado Gabriel García Márquez, ¡no se vale!
Rashida Jenny Torres
sábado, 29 de enero de 2011
Una percepción distinta de la religión.
La transparencia total es el propio corazón del guía.
El Profeta Muhammad dijo: "Esta religión llegó como algo extraño y acabará como algo extraño"
Autor: Faouzi Skali - Fuente: Revista Qantara
Recuperar esta “verdadera naturaleza de la religión” exige un esfuerzo de distanciamiento respecto del hecho, y de discernimiento respecto a una tendencia, hacia la seguridad natural en el hombre: la de limitarlo todo a lo que cree conocer y despreciar el espíritu que le sobrepasa, para refugiarse en la letra de lo que cree dominar. El aliento de la aspiración religiosa, limitado por nuestros simples límites intelectuales, se petrifica en una forma desecada y sin sabor, vacía de su dimensión puramente espiritual, que sin embargo es la más fundamental. Ciegos a esta dimensión, codificamos sistemas de valores morales y de comportamiento, factores de equilibrio social y personal pero que, al estar demasiado alejados de su substancia, se limitan rápidamente al contexto en el cual se expresan, y acaban siendo instrumentalizados de forma extrema.
Ninguna religión está exenta de esta tendencia al formalismo. En la tradición musulmana, el mensaje vivificante del Profeta Muhammad (las oraciones y bendiciones de Dios sean sobre él) acaba siendo percibido, a lo largo de los siglos, como un simple cimiento social, fácilmente adaptable a fines totalmente extraños al sentido profundo del Islam. En este contexto, las comunidades sufís, alimentadas por la ejemplaridad del Profeta y la más pura simplicidad de su enseñanza, cultivan y trasmiten la dimensión interior de la revelación coránica. Su transmisión, ininterrumpida, se produce de maestro a discípulo, de manera oculta o visible a los ojos de la mayoría según sean las condiciones de la época y los planes de la Providencia, cuyo alcance y sabiduría son difíciles de comprender mentalmente. Esta enseñanza implica, efectivamente, que seamos sensibles a una percepción distinta, a otra dimensión diferente a la de la razón discursiva; una percepción del corazón, abierta a la presencia de un sheij (maestro espiritual) que haya él mismo entrado en esta dimensión, y alrededor del cual se constituirá una comunidad ligada a una educación espiritual viva.
Lo que justifica que pueda hablarse de una comunidad espiritual, el corazón que le da vida y razón de ser, es, en efecto, la presencia de un ser realizado, cuya vocación sea el transmitir una influencia espiritual que ha recibido de la inspiración divina, sin que su propia voluntad intervenga para nada. Esta influencia es designada, en árabe, por la palabra “sirr”, que literalmente significa “el secreto” si bien ninguna traducción es capaz de mostrar la íntima realidad de que se trata. Si la búsqueda espiritual es un misterio, el sirr es un misterio en el misterio. En cierta manera, es la energía espiritual que caracteriza una vía vivificada por la presencia de un guía, encargado por Dios para que la trasmita al corazón del discípulo. Al ser beneficiario de la ayuda divina para esta tarea, el sheij comunica una sabiduría comparable a una fuente que brota en el mismo centro de la comunidad, irrigando todo a su alrededor: los corazones, las relaciones, el comportamiento, las actitudes individuales. Los discípulos son entonces como jardineros que canalizan el agua divina y la hacen llegar hasta el lugar necesario para que actúe su poder y su fuerza de transformación. Los discípulos son pues este enlace, esta correa de transmisión, y se convierten a la vez en los que reciben y en los que dan.
El Profeta Muhammad dijo: “Esta religión llegó como algo extraño y acabará como algo extraño”. La auténtica enseñanza espiritual pasa necesariamente por perplejidad, es decir, por la puesta en cuestión de nuestras certezas, por la pérdida de nuestros puntos de referencia. El hecho de que el maestro sitúe al discípulo en un estado de perplejidad es una manifestación de esa extraña dimensión de la enseñanza. Es algo extraño a lo que conocemos, no pertenece al orden de lo expresable mediante palabras. Esta situación de perplejidad conducirá al discípulo al descubrimiento de algo radicalmente distinto, que transformará su interior como efecto del secreto espiritual. Estamos ante el fuego sagrado que hay que preservar porque constituye todo el peso (la entidad) del ser.
Aquí, el maestro espiritual aporta el remedio contra la debilidad de nuestro corazón. Pues la ignorancia del corazón es una forma de enfermedad. Todas las formas del ego son obstáculos, señuelos (engaños). La ciencia transmitida por la enseñanza del guía permite ir a esta raíz del sí mismo, permite una transformación interior, un cambio, la simplificación y luego la desaparición de ciertos aspectos del ego. Es lo que realizan en sí mismos los santos, y el punto a donde el guía permite llegar. La transparencia total es de hecho el propio corazón del guía, pues ese corazón se ha deshecho de todos los ídolos, de la búsqueda de poder, y ha vuelto al estado de servidumbre absoluta, el estado en el que se es verdaderamente abdullah (servidor de Dios).
“El maestro no es aquel cuyas palabras te transportan, es aquel cuya presencia te transforma”, reza un dicho sufí. El maestro es un pasador, es “aquel que ha llegado y que hace llegar”, desde la orilla del ego a la orilla donde el ego no existe. Mediante su enseñanza transporta al discípulo al origen de la Revelación. En esta senda, la religión deja de ser simplemente un sistema para convertirse en una realidad vivida por el corazón del discípulo. La relación que se crea entre el corazón del discípulo y el corazón del guía hace que todo se sitúe en su lugar. Acompañar al guía espiritual es orientarse hacia esta transparencia que abre una ventana al Absoluto. Así, la religión reencuentra su dimensión, que es ser de origen divino.
http://www.webislam.com/?idt=18446
Es difícil que Dios pueda bendecir tanta mentira.
Por Fidel Castro Ruz
Se esperaba con interés el discurso del presidente Barack Obama, después de sus palabras el 12 de enero en la Universidad de Tucson, Arizona, sobre la matanza que había tenido lugar en aquella ciudad cuatro días antes. Seis personas murieron y 14 fueron heridas, entre ellas, la joven congresista demócrata Gabrielle Giffords, electa por tercera vez al Congreso de Estados Unidos, quien se oponía a la ley antiinmigrante de aquel Estado, que fue parte del territorio arrebatado a México en la injusta guerra de 1848.
Si aquel discurso de Obama fue omiso, en cuanto a la increíble muestra de primitivismo que refleja el uso generalizado y prácticamente irrestricto de mortíferas armas de fuego, el mensaje sobre el Estado de la Unión merece un análisis político y ético, ya que Estados Unidos es una superpotencia de la que, con independencia del Presidente y el Congreso, depende, entre otros importantes factores, el destino de la especie humana. Ningún país aislado tiene ni puede tener respuesta a los problemas que hoy enfrenta el mundo.
Obama, en primer lugar, está envuelto en un proceso electoral. Tiene que hablar para los demócratas y los republicanos, los que votan y los que no votan, los multimillonarios y los pordioseros, los protestantes y los católicos, los cristianos y los musulmanes, los creyentes y los no creyentes, los negros y los blancos, los que apoyan y los que no apoyan las investigaciones con células madre, los homosexuales y los heterosexuales, cada ciudadano y su opuesto, para terminar clamando que todos son norteamericanos, como si el 95,5 por ciento, es decir, 6900 millones de habitantes del resto del planeta, no existieran.
En las primeras páginas de su intervención, de una hora, entró en materia afirmando: “En este momento lo que está en juego no es quién ganará las próximas elecciones [...] Lo que está en juego es si se originan nuevos empleos e industrias [...] si podemos mantener el liderazgo que hizo de Estados Unidos no sólo un punto en el mapa, sino la luz en el mundo.
Estamos listos para el progreso. [...] la Bolsa se ha recuperado con fervor. Las ganancias de las corporaciones son más altas. La economía está volviendo a crecer”.
Inmediatamente después de estas palabras nos trata de conmover con un pasaje que pareciera extraído de un conocido film norteamericano, que la gente de mi generación recuerda: Lo que el viento se llevó, relacionado con la terrible guerra civil entre el norte industrial y el sur esclavista y agrario en los años del hombre excepcional que fue Abraham Lincoln.
“Ese mundo ha cambiado. Y para muchos, el cambio ha sido doloroso” –nos dijo Obama–. “Sabemos lo que se requiere para competir por los empleos y las industrias de nuestros tiempos. Necesitamos innovar más, educar mejor y construir más que el resto del mundo. Debemos hacer de Estados Unidos el mejor lugar del mundo para hacer negocios.”
Obama nunca habla de las grandes empresas monopólicas que hoy controlan y saquean los recursos del planeta. No menciona jamás el acuerdo de Bretton Woods, el sistema impuesto a un mundo arruinado por la guerra, en el que Estados Unidos asumió el control de las instituciones financieras y del Fondo Monetario Internacional, donde mantiene férreamente el poder de veto. Jamás dice una palabra de la colosal estafa de Nixon en 1971, cuando suspendió unilateralmente la conversión del dólar en oro, imprimió billetes norteamericanos sin límite alguno y adquirió incontables bienes y riquezas en el mundo, que pagó fundamentalmente con papeles, cuyo valor en 40 años se redujo al 2,5 por ciento del que entonces tenía. Obama gusta de relatar, en cambio, historias líricas sobre pequeños empresarios que supuestamente deslumbran, embelesan y conmueven a los oyentes que no estén advertidos de la realidad. Su oratoria, su estilo y su tono parecen diseñados para escuchar, como niños disciplinados, sus conmovedores cuentos.
“Estamos lanzando un desafío. Estamos diciéndoles a los científicos e ingenieros de Estados Unidos que si constituyen equipos con los mejores cerebros en su campo, si se concentran en los problemas más difíciles de energía limpia, financiaremos los proyectos Apolo de nuestra era. (...)
Lograremos la meta que tracé hace dos años: que para fines de esta década, Estados Unidos tenga la más alta proporción de graduados universitarios en el mundo.” (Aplausos.) “Otros vienen del extranjero a estudiar en nuestras instituciones superiores y universidades. Pero apenas obtienen su título, los enviamos de regreso a su país para que compitan contra nosotros. No tiene ningún sentido.” Por supuesto que este robo insólito y confeso de cerebros, que a nuestro amigo Obama ni siquiera le interesa disimular, debemos excusárselo en consideración a su pasión por la ciencia y la sana competencia.
“En los dos últimos años hemos empezado a reconstruir para el siglo XXI un proyecto que ha generado miles de empleos bien remunerados en el muy afectado sector de la construcción. Y esta noche, les propongo redoblar esos esfuerzos. (...) Recientemente firmamos acuerdos con India y China que respaldarán más de 250.000 empleos aquí en Estados Unidos. (...) Dejé en claro que [...] sólo suscribiría pactos que beneficiaran a los trabajadores estadounidenses y promovieran empleos en Estados Unidos. [...] Es lo que pretendo hacer al procurar acuerdos con Panamá y Colombia...”
“Esta noche estoy proponiendo que a partir de este año congelemos el gasto nacional anual durante los próximos cinco años. El secretario de Defensa también ha aceptado recortar decenas de miles de millones de dólares en gastos de los que él y sus generales, consideran, pueden prescindir.”
“El ejemplo moral de Estados Unidos debe brillar siempre para todos aquellos que anhelan la libertad, la justicia y la dignidad”, nos dice el señor Obama, y acto seguido pasa a otro tema. “Consideren Irak, de donde casi 100.000 de nuestros valientes hombres y mujeres han salido con la frente en alto.” ¡Misión cumplida!, recordé.
“Gracias a la aprobación por republicanos y demócratas del Nuevo Tratado Start –continúa Obama–, se emplazarán muchas menos armas y lanzadores nucleares. (...) Estas son apenas algunas de las formas en las que estamos forjando un mundo que favorece la paz y la prosperidad. Con nuestros aliados en Europa, revitalizamos la OTAN y aumentamos nuestra cooperación en todo, desde antiterrorismo hasta defensa antimisiles.”
Por supuesto que nuestro ilustre amigo no dice una palabra sobre la urgente necesidad de impedir que el calentamiento global prosiga su incremento acelerado, ni de las lluvias catastróficas y las nevadas que acaban de golpear al mundo, ni de la crisis alimentaria que en estos momentos amenaza a 80 países del Tercer Mundo, ni por supuesto de las decenas de millones de toneladas de maíz y soja que las grandes empresas de Estados Unidos están consagrando a la producción de biocombustible, mientras la población mundial, que ya alcanza los 6900 millones de habitantes, ascenderá a 7000 millones dentro de 18 meses.
“La idea de Estados Unidos perdura. Nuestro destino sigue siendo lo que decidamos que sea. Y esta noche, más de dos siglos más tarde, es gracias a nuestra gente que nuestro futuro está lleno de esperanza, nuestra travesía continúa y el estado de nuestra nación es sólido. Gracias, que Dios los bendiga y que Dios bendiga a Estados Unidos de Norteamérica. (Aplausos.)”
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-161380-2011-01-29.html
El juego de la corrupción. Lo que la revolución tunecina y WikiLeaks nos dicen acerca del apoyo de EEUU a las dictaduras corruptas en el mundo musulmán.
Juan Cole · · · · ·
Hay una lección obvia en la revolución tunecina de 2011: la paranoia acerca de los movimientos fundamentalistas y el terrorismo musulmán está haciendo que Washington tome malas decisiones que, en última instancia, perjudican los intereses y la posición estadounidenses en el extranjero. Los cables del Departamento de Estado a las capitales en todo el gran Oriente Medio, hechos públicos gracias a Wikileaks, muestran que los hacedores de la política de los EE.UU. tienen una imagen clara y detallada de las profundidades de la corrupción y el nepotismo que imperan entre algunos "aliados" en la región.
Los mismos cables indican que, en un cínico cálculo de Gran Potencia, Washington continúa sacrificando las perspectivas de la juventud de la región en el altar de la "seguridad". Ya se han olvidado de que el mayor dolor de cabeza de la política exterior de los Estados Unidos, la República Islámica del Irán, surgió en respuesta al respaldo de los estadounidenses a Mohammad Reza Pahlevi, el despreciado sha que destruyó los partidos políticos iraníes de izquierda y de centro, allanando el camino para la toma del poder de los ayatolás en 1979.
Los cables del Departamento de Estado publicados a través de WikiLeaks son muy reveladores cuando se trata de la forma en que el hombre fuerte de Túnez, Zine el-Abidine Ben Ali, y su familia extendida (incluyendo al clan de su esposa Leila, los Trabelsi) se apoderaron de la economía tunecina y le chuparon hasta los huesos. Las fascinantes descripciones de diplomáticos de EE.UU. hacen sonar a la "familia" presidencial como verdaderos vampiros tomando la población de Bontemps, Louisiana (en referencia a la serie True Blood).
En julio de 2009, por ejemplo, el embajador de EE.UU. cenó con Nesrine Ben Ali el-Materi y El Sakher-Materi, la hija del presidente y su yerno, en su suntuosa mansión. Materi, que surgió gracias al nepotismo para dominar los medios de comunicación de Túnez, ofreció una cena de 12 platos con jugo de kiwi –que "normalmente no está disponible aquí"- y "helados y yogures que se había hecho traer desde Saint Tropez", todo servido por una enorme planta de sirvientes bien remunerados. El embajador notó el tigre mascota de la pareja, "Pachá", que consume "cuatro pollos al día", en un momento de grandes dificultades económicas para los tunecinos de a pie.
Otros cables detallan la forma en que Ali Ben y los clanes Trabelsi participan en una versión tunecina de información privilegiada, utilizando sus conocimientos de las siguientes decisiones económicas del presidente para apropiarse de bienes raíces y empresas que sabían que subirían de valor. En 2006, el embajador de EE.UU. estima que el 50% de la élite económica de Túnez estaba relacionada por sangre o matrimonio con el presidente, un grado de nepotismo difícil de igualar fuera de algunas de las monarquías del Golfo Pérsico.
A pesar del pleno conocimiento de la corrupción y la tiranía del régimen, en julio de 2009, la embajada de EE.UU. concluyó: "A pesar de las frustraciones de hacer negocios aquí, no podemos descartar Túnez. Tenemos demasiado en juego. Tenemos un interés en evitar que al-Qaeda en el Magreb Islámico y otros grupos extremistas establezcan bases aquí. Tenemos interés en mantener a las fuerzas armadas tunecinas profesionales y neutrales".
La idea de que si los EE.UU. no le hubiera dado al gobierno tunecino cientos de millones de dólares en ayuda militar durante las últimas dos décadas y media, mientras que ayudaban a entrenar a sus fuerzas armadas y de seguridad, un grupo marginal en la sombra que se hace llamar "al-Qaeda en el Magreb podría haber establecido una base" en el país era una tontería. Sin embargo, esto se convirtió en la excusa a prueba de balas para más mala política.
En este sentido, Túnez ha sido la norma en lo que respecta a la política estadounidense en el mundo musulmán. El firme apoyo de la administración Bush a Ben Ali hace especialmente atroz la sugerencia de algunos expertos neoconservadores de que el uso de la retórica de la democratización de George W. Bush para promover los propósitos neo-imperialistas estadounidenses de alguna manera inspiraron a los trabajadores y activistas de Internet de Túnez (ninguno de los cuales hizo referencia algún al despreciado ex presidente estadounidense). Sin duda habría sido más inteligente si Washington cortaba al régimen de Ben Ali toda ayuda, al menos militarmente, y se distanciaba de su manada de chacales. La región está, por supuesto, llena de dictaduras polvorientas y oxidadas y, ahora, extremamente nerviosas para las que gobierno es sinónimo de robo. Los EE.UU. no reciben ningún beneficio real de su dañina asociación con ellas.
Sin dominós que caigan
La profundamente viciada y a veces deshonesta Guerra Global contra el Terror de la administración Bush reprodujo los peores errores de política de la Guerra Fría. Uno de estos errores involucró la recreación de la llamada "teoría del dominó" -la idea de que los EE.UU. tuvieron que intervenir en Vietnam, o Indonesia, Tailandia, Birmania y el resto de Asia, porque de lo contrario el mundo caería en manos del comunismo. No era cierto, entonces -la Unión Soviética estaba, en ese momento, a menos de dos décadas del colapso- y no es aplicable ahora en términos de al-Qaeda. Tanto entonces como ahora, sin embargo, la teoría del dominó prolongó la agonía de estas mal concebidas guerras.
A pesar de que la administración Obama abandonó la frase "guerra contra el terror", los impulsos codificados en ella seguirán formando con fuerza la política de Washington, así como sus temores y fantasías geopolíticas. Esto se suma a una versión absurdamente modernizada de la teoría del dominó. Este miedo irracional de que cualquier pequeño contratiempo para los EE.UU. en el mundo musulmán podría conducir directamente a un califato islámico, se esconde debajo de muchos de los pronunciamientos de Washington y gran parte de su planificación estratégica.
Un ejemplo claro se puede ver en el cable de la embajada que consintió en el apoyo de Washington a Ben Ali, por temor al insignificante y oscuro "Al Qaeda en el Magreb". A pesar del nombre de miedo, este pequeño grupo no estaba originalmente ni siquiera relacionado con el Al –Qaeda de Usama Bin Laden, sino que surgió de un movimiento reformista musulmán argelino llamado salafismo.
Si los EE.UU. dejaran de dar ayuda militar a Ben Alí, querían sugerir, Bin Laden podría convertirse en el califa de Túnez. Esta versión de la teoría del dominó -un pretexto para pasar por alto una cultura de corrupción, así como violaciones de los derechos humanos contra disidentes- se ha extendido tanto como para compensar la urdimbre y la trama de la mensajería diplomática secreta de los Estados Unidos.
Hundiendo democracias en nombre de la guerra contra el terror
Tomemos Argelia, por ejemplo. La asistencia militar estadounidense a la vecina Argelia ha crecido de nada antes del 11 de septiembre a casi un millón de dólares al año. Puede ser una suma pequeña en términos de ayuda, pero está aumentando rápidamente, y complementa el apoyo más importante de los franceses. También implica una formación para la lucha contra el terrorismo, es decir, precisamente las habilidades necesarias también para reprimir las protestas civiles pacíficas.
Irónicamente, los generales argelinos que controlan los hilos del poder fueron los responsables de la radicalización política de la parte musulmana del país, el Frente Islámico de Salvación (FIS). Autorizado a postularse para un cargo en 1992, ese partido obtuvo una abrumadora mayoría en el parlamento. Conmocionados y consternados, los generales derogaron los resultados electorales. Nunca sabremos si el FIS se hubiera convertido en un partido parlamentario, democrático, como más tarde pasó con Justicia y Desarrollo en Turquía, cuyos líderes habían sido fundamentalistas musulmanes en la década de 1990.
Enfadados por haber sido privados de los frutos de su victoria, los partidarios del FIS pasaron a la ofensiva. Algunos se radicalizaron y formaron una organización que llamaron el Grupo Islámico Armado, que más tarde se convirtió en una filial de al-Qaeda (un miembro de este grupo, Ahmed Ressam, trató de entrar a los EE.UU. como parte del "complot del milenio" para hacer estallar el Aeropuerto Internacional de Los Angeles, pero fue detenido en la frontera). El resultado ha sido una sangrienta guerra civil de la que salieron vencedores los generales y los políticos más seculares, aunque no sin antes haber causado la muerte de 150.000 argelinos. Al igual que con Ben Ali en la vecina Túnez, París y Washington consideran al Presidente Abdelaziz Bouteflika (elegido en 1999) una muralla secular contra la influencia del radicalismo del fundamentalismo musulmán en Argelia, así como entre la población argelina-francesa en Francia.
En apariencia, en los primeros años del siglo XXI, Argelia recuperó la estabilidad bajo Bouteflika y sus partidarios militares y la violencia disminuyó. Los críticos, sin embargo, acusan al presidente de manipular cambios legislativos que le permitieron postularse para un tercer mandato, una mala decisión para la democracia. En la elección presidencial de 2009, se enfrentó a un débil grupo de rivales y su principal opositor fue una mujer de un oscuro partido trotskista.
Los cables de la embajada de los EE.UU. (también revelados por WikiLeaks), reflejan un profundo malestar con una creciente cultura de corrupción y nepotismo, aún si no a la escala de Túnez. En febrero pasado, por ejemplo, el embajador David D. Pearce informó que ocho de los directores de la empresa estatal de petróleo, Sonatrach, estaban siendo investigados por corrupción. Y añadió: "Este escándalo es el último de una serie de investigaciones y actuaciones judiciales que hemos visto desde el año pasado, en las que están involucrados ministerios del gobierno de Argelia y las empresas públicas. Es significativo que muchos de los ministerios afectados están encabezados por ministros considerados cercanos al presidente argelino Bouteflika... "
Y esto no es nada nuevo. Más de tres años antes, en la embajada en Argel ya estaba sonando la alarma. Los observadores locales describen a los hermanos del Presidente Bouteflika "Abdallah y Said, como particularmente rapaces". La corrupción se extendía en un cuerpo de oficiales cada vez más dividido y polémico. El desempleo entre los jóvenes era tan alto que muchos estaban optando por cruzar el Mediterráneo en botes desvencijados, con la esperanza de llegar a Europa y encontrar trabajo. Y sin embargo, al leer los cables WikiLeaks no se encuentra ninguna recomendación de dejar de apoyar al gobierno argelino.
Como es habitual cuando Washington apoya regímenes corruptos en nombre de su guerra contra el terror, la democracia sufre y las cosas se deterioran lentamente. La elección viciada de Bouteflika, cuyo único propósito fue el de asegurar su victoria, por ejemplo, desalientan activamente a los fundamentalistas moderados de participar en ellas y algunos observadores piensan ahora que Argelia, que ya está siendo sacudida por disturbios por alimentos, podría enfrentar una agitación popular similar a la de Túnez (hay que recordar que la policía militar y secreta argelina, con años de sombría experiencia con la guerra civil detrás de ellos, son mucho más expertas en técnicas de control social opresivo que el ejército tunecino).
Si Argelia, un país rico en petróleo y mucho más grande que Túnez, se vuelve inestable, sería estratégicamente más sorprendente e, incluso, menos predecible, y no habría que culpar solamente a Buteflika y sus corruptos compinches, sino a sus muy bien informados patrocinadores extranjeros (como lo indican los cables de WikiLeaks), obstinados como están con sus políticas ridículas.
El Ben Ali de Asia Central
El problema tampoco se limita a África del Norte o incluso a ansiosos autócratas en el mundo árabe respaldados por los Estados Unidos. Tomemos Uzbekistán, un país de Asia Central rico en oro y gas natural, con una población de alrededor de 27 millones, y de cuya corrupción la embajada de EE.UU. ya hablaba a principios de 2006. El régimen dictatorial, pero decididamente secular, del presidente Islam Karimov fue uno de los primeros aliados de la administración Bush en su guerra global contra el terror, muy felices de proporcionar a Washington confesiones inspiradas en la tortura de 'operativos' de "al-Qaeda", la mayoría de los cuales, según el ex embajador británico Craig Murray, eran disidentes uzbecos, simples y ordinarios (aunque los uzbecos tienen una herencia cultural musulmana, décadas de dominio soviético dejaron a la mayoría de la población altamente secularizada, y salvo en el Valle Farghana, el movimiento fundamentalista islámico es muy pequeño). Las graves violaciones de los derechos humanos ocasionaron que incluso la administración Bush critique a Karimov, lo que, a su vez, hizo que Tashkent retirara los derechos de construcción de bases militares estadounidenses en el país.
En los últimos años, sin embargo, se ha producido un acercamiento, a medida que las obsesiones de seguridad regionales de Washington salieron, una vez más, a la luz, y que se intensificaron las guerras en el cinturón tribal del noroeste de Afganistán y Pakistán. La administración Obama está ahora convencida de que necesita a Uzbekistán para el tránsito de suministros a Afganistán y que, evidentemente, esto supera todas las consideraciones políticas. Como resultado, Washington está ahora ofreciendo a Uzbekistán cientos de millones de dólares en contratos del Pentágono, una receta más para la corrupción.
En la primavera pasada, cayó un gobierno de Asia Central – Kirguizistán –, debido al descontento popular, cosa que debió ser una advertencia para Washington. Y sin embargo, funcionarios de los EE.UU. ya parecen haber olvidado las lecciones que esos eventos debían tener para sus políticas en la región. Mientras el gobernante Kurmanbek Bakiev permitiera a los EE.UU. utilizar la base aérea de Manas para el tránsito y suministro de sus tropas estadounidenses en Afganistán, Washington pasaría por alto su corrupción y su autoritarismo. Luego resultó que su régimen no era tan estable como se había supuesto.
Aquí hay una simple regla para este tipo de situaciones: una mala política crea peores políticas. El error del gobierno de Obama de intensificar la guerra en Afganistán los dejó necesitando aún más suministros, preocupados por los peligros de las líneas de suministro a través de Pakistán, y tan vulnerables al chantaje, en tránsito, de las cleptocracias gobernantes de Asia Central. Y cuando sus poblaciones exploten en ira, el daño a los intereses de los EE.UU. podría ser severo.
Y téngase en cuenta que, como el Departamento de Estado bien sabe, la propia Afganistán es cada vez más una enorme versión, aunque más decrépita, del Túnez de Ben Ali. Por lo menos con Ben Ali, los diplomáticos estadounidenses eran un poco cautelosos. En contraste, los funcionarios norteamericanos solo tienen elogios para el presidente afgano, Hamid Karzai (aunque en privado son muy conscientes de la debilidad y la corrupción del "alcalde de Kabul"). Siguen insistiendo en que el éxito de su gobierno es fundamental para la seguridad del continente norteamericano, y por esa razón, Washington está gastando miles de millones de dólares en afianzarlo.
Triunfante la corrupción, en nombre de la lucha contra el terrorismo
A veces parece que todos los regímenes corruptos respaldados por los EE.UU. son corruptos en la misma forma. Por ejemplo, una forma de corrupción resaltada por la embajada de estadounidense de Ali Ben y los clanes Trabelsi de Túnez es la forma en que ofrecen "préstamos" a sus partidarios políticos y miembros de la familia a través de los bancos que controlaban o sobre los que tenían influencias.
Dado que los prestatarios entendían que en realidad no tendrían que devolver los préstamos, los bancos se debilitaron, y otros negocios los siguieron cuando encontraron dificultades para obtener créditos, lo que socavó la economía y el empleo. Gracias a la revolución de Jasmine, el problema finalmente está comenzando a resolverse. Después de la huida de Ben Ali, el director del Banco Central se vio obligado a dimitir, y el nuevo gobierno confiscó los activos del Banco Zitoune, que pertenecía a uno de los hijos políticos de Ali.
Del mismo modo, en Afganistán, Da Kabul Bank, fundado por el aliado de Karzai, Sherkan Farnood, fue utilizado como alcancía para la campaña presidencial de Karzai y para extenderles préstamos a los miembros de su familia, así como a las familias de los señores de la guerra en su círculo. Los beneficiarios incluyeron al hermano de Karzai, Mahmud Karzai, y a Haseen Fahim, el hijo de su vicepresidente y ex señor de la guerra de la Alianza del Norte, mariscal Mohammad Fahim. Parte del dinero fue utilizado para comprar bienes raíces en Dubai. Cuando reventó la burbuja de los bienes raíces en ese país, se desplomó el valor de esas propiedades como garantía.
Con beneficiarios incapaces de pagar sus deudas, el banco se tambaleó al borde de la insolvencia, con consecuencias potencialmente nefastas para todo el sistema financiero de Afganistán, mientras una multitud desesperada se reunía para retirar sus depósitos. Al final, el banco pasó a manos de un empobrecido gobierno afgano lo que, sin duda, significa que el contribuyente estadounidense terminará pagando por la mala gestión y la corrupción.
Al igual que la camarilla de Ben Ali se lució en la corrupción, así también, el círculo de Karzai está lleno de ladrones. Los diplomáticos estadounidenses (entre otros) han acusado, por ejemplo, a su hermano, Ahmed Wali, de estar profundamente implicado en el tráfico de heroína. Con humor negro, la embajada estadounidense en Kabul informó el pasado enero que Hamid Karzai había propuesto la candidatura, que el Parlamento había aceptado, para el puesto de zar contra el narcotráfico a un Moqbel Zarar Ahmad que había sido antes viceministro del Interior, pero fue destituido por corrupto. Otro ex Viceministro del Interior informó a los funcionarios de la embajada que "Moqbel era apoyado por la mafia de la droga, para incluir al medio hermano de Karzai, Ahmed Wali Karzai, y a Arif Khan Noorzai". ¡Esto es lo que dicen de la actual lucha afgana contra el narcotráfico!
O tomemos el ejemplo de Juma Khan Hamdard, a quien Karzai nombró gobernador de la provincia de Paktia, en el este de Afganistán. Hace poco más de un año, la Embajada lo acusó de ser el líder de "una trama de corrupción en toda la provincia". Se dice que él era "el punto central de una vasta red de corrupción que implicaba al jefe provincial de la policía y a varios directores de línea de ministerios afganos".
Según WikiLeaks, la red de Hamdard había creado una sofisticada estafa diseñada para 'ordeñar' fondos estadounidenses de proyectos de reconstrucción. Ellos manipulaban las licitaciones de los contratos para hacer el trabajo y luego hacían todos los recortes posibles, desde la colocación de la primera piedra hasta la ceremonia de inauguración.
Además, se informó que el gobernador Hamdard tenía vínculos de larga data con la milicia/partido Hizb-i Islami de Gulbaddin Hikmatyar, uno de los líderes de la guerrilla pashtún que quiere expulsar a los EE.UU. y a la OTAN de su país, y que, según funcionarios estadounidenses, también tiene una vaga alianza con los talibanes. Asimismo, se acusa a Hamdard de tener un negocio en Dubai, en el que el hijo de Hikmatyar es socio, que según los cables, canaliza joyas y dinero de la droga a los seguidores de Hikmatyar. Al igual que en Túnez, la retórica pública de lucha contra el terrorismo desmiente una elite gobernante corrupta y mentirosa que, por sus acciones, en lugar de evitar el radicalismo, lo fomenta.
Duras verdades
Una superpotencia obsesionada con las teorías de conspiración y, al mismo tiempo, consagrada a mantener el statu quo a sabiendas de todo, resulta que significa que no sabe nada en absoluto. Wikileaks nos ha hecho el favor al publicar este conjunto de verdades duras. Las políticas de línea dura como las de los generales argelinos o las de Karimov, en Uzbekistán, a menudo radicalizan a la población económicamente desesperada y oprimida. Como resultado, todo apoyo de los EE.UU. tiene una significativa probabilidad de regresar como un boomerang (para golpearlos en la cara), tarde o temprano. Las élites, seguras de que van a mantener ese apoyo, siempre y cuando haya una célula de Al Qaeda en algún rincón del planeta, tienden a ambicionar demasiado, sumergidas en la cultura de la corrupción y el enriquecimiento ilícito, y terminan socavando sus economías, intensificando la pobreza, el desempleo, la desesperación, y en última instancia, la indignación pública generalizada.
No es que los Estados Unidos debería, en palabras de John Quincy Adams, salir al mundo en busca de dragones que matar. Washington ya no es todopoderoso, si alguna vez lo fue, y la política exterior más realista del presidente Obama es un cambio bienvenido después del intervencionismo frenético de George W. Bush.
Sin embargo, Obama ha dejado sin cambiar, o en algunos casos, ha fortalecido, uno de los peores aspectos de la política de la era Bush: un soporte reflejo a los autodenominados pro–occidentales gobiernos laicos que prometen impedir que los partidos musulmanes fundamentalistas (o a quien sea) lleguen al poder. Debe haber un camino diplomático intermedio entre derrocar gobiernos, por una parte y, por el otro, respaldar a capa y espada a dictaduras odiosas.
Es hora de que Washington dé una señal de un nuevo compromiso con la verdadera democracia y el respeto genuino de los derechos humanos, con solo recortar la ayuda militar y contra el terrorismo a los regímenes autoritarios y corruptos que, en todo caso, sólo están cavando sus propias tumbas.
Juan Cole es profesor de Historia y director del Centro de Estudios de Asia del Sur en la Universidad de Michigan. Su último libro, Engaging the Muslim World, acaba de salir en edición de bolsillo revisada, publicada por Palgrave Macmillan.
Traducción para www.sinpermiso.info: Antonio Zighelboim
http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3890
Francia: El titiritero de las crisis africanas.
Por Julio Godoy
PARÍS, ene (IPS) - Francia mantiene significativos lazos económicos y estrechos vínculos políticos y militares con Costa de Marfil, Níger y Túnez, actualmente envueltos en crisis institucionales y crecientes protestas populares contra las elites nacionales acusadas de abusos y corrupción.
Unas 1.250 compañías francesas constituyen el motor de la economía de Túnez, donde una movilización social provocó este mes la caída y posterior fuga del presidente Zine El Abidine Ben Ali, quien lideraba el régimen desde 1987.
Las empresas cubren prácticamente todos los sectores, desde textil y vestimenta pasando por microelectrónica, automóviles y aeronáutica hasta servicios. La inversión francesa en ese país alcanzó los 191.000 millones de dólares en 2009, lo que convirtió a Francia en el principal socio económico de la región del Magreb.
Muchas de esas empresas tienen estrechos vínculos con la familia Ben Ali. Por ejemplo, 49 por ciento del operador de telecomunicaciones Orange Tunisie pertenece al otrora monopolio francés France Telecom. El otro 51 por ciento es de Investec, la compañía de inversiones del yerno de Ben Ali, Marwan Mabrouk, acusado de corrupción.
La participación económica y la connivencia de empresas francesas con el régimen tunecino pueden explicar por qué París, desde François Mitterrand (1981-1995) hasta Nicolas Sarkozy han adoptado una actitud complaciente hacia Ben Ali pese a las acusaciones fundadas de la corrupción generalizada y graves violaciones de derechos humanos.
La complacencia francesa alcanzó su punto máximo el 14 de este mes, víspera de la salida de Ben Ali de Túnez.
Dos días antes, en medio de la sangrienta represión a la movilización popular contra el régimen que dejó más de 100 personas muertas, la ministra francesa de Relaciones Exteriores, Michèle Alliot-Marie, ofreció asistencia policial y militar al gobierno de Túnez para pacificar el país.
También subrayó que el derecho de manifestación debe respetarse tanto como el de seguridad. Varias fuentes indicaron que con apoyo expreso del presidente Nicolas Sarkozy, ofreció ayuda.
"Decir que en Túnez hay una dictadura es una exageración", señaló el ministro francés de Cultura Frédéric Mitterrand. Esa y otras declaraciones avergonzaron a la diplomacia francesa cuando Ben Ali debió abandonar el país.
Un grupo de intelectuales franceses encabezados por Etienne Balibar, profesor emérito de filosofía política de la Universidad de Nanterre, al noroeste de París, recordó que la política exterior de Francia "se ha caracterizado por la deshonrosa tradición de complacencia hacia la dictadura tunecina".
Tras la salida de Ben Ali, Francia debería respaldar los reclamos legítimos del pueblo tunecino, opinó Balibar, quien también sostuvo que los argumentos utilizados por París para respaldar a la dictadura tunecina en la llamada guerra contra el terrorismo resultaron erróneos.
Cuando Sarkozy visitó Túnez en abril de 2008 elogió la represión del gobierno a la oposición islámica. Ben Ali aplastó a los musulmanes y a la oposición en general, pero la verdad es que el Islam radical nunca fue una amenaza real en ese país.
Informes de los servicios secretos franceses, filtrados al periódico Le Monde, confirmaron esa situación. También mostraron un "optimismo prudente" respecto del Islam radical en Túnez.
Francia también tiene importantes vínculos económicos en Níger, donde una junta militar expulsó en febrero de 2010 al presidente Mamadou Tandja, alegando que pretendía violar la Constitución y que su gobierno se había corrompido con los ingresos percibidos por la concesión de minas de uranio otorgada a la compañía estatal francesa Areva.
A fines de 2009, Tandja llamó a un referendo para poder presentarse a un tercer mandato presidencial.
El uranio representa 70 por ciento de las exportaciones del país. Areva es la principal compañía inversora en Níger.
Asimismo, la presencia militar y económica de Francia en Costa de Marfil pueden haber incidido en el comportamiento de París hacia el presidente Laurent Gbagbo, quien, según observadores internacionales, perdió las elecciones de 2010.
Unas 700 compañías francesas controlan la economía marfileña, desde la lucrativa explotación de los campos de cacao y las exportaciones, a la infraestructura y las telecomunicaciones. Esas empresas pagan alrededor de 50 por ciento del total de impuestos al país, según cifras oficiales.
Se atribuye a Gbagbo, quien asumió la presidencia a fines de 2000 tras unas controvertidas elecciones, el malestar que aqueja a ese país de África occidental desde entonces.
Desde 2002, Costa de Marfil está prácticamente dividida en dos. Un grupo armado ocupa el norte del país, en tanto el sudoeste, en especial la capital Yamoussoukro y el centro económico de Abidjan, están en manos de Gbagbo.
Una fuerza de paz de la Organización de las Naciones Unidas, encabezadas por franceses, garantiza la división del país y protege la zona controlada por Gbagbo y la delicada reconciliación entre el gobierno y los rebeldes.
Las elecciones previstas primero para 2005 y luego para 2008 fueron pospuestas, lo que permitió a Gbagbo seguir controlando el país. Sin embargo, desde el estallido de la guerra civil, las compañías francesas han invertido 370.000 millones de dólares en el país, lo que prueba que la inestabilidad no ha sido perjudicial para los negocios.
No sorprende que Gbagbo no esté listo para aceptar su derrota electoral. La indignación de la comunidad internacional por su permanencia en el gobierno no es tan efectiva como el apoyo militar de Francia y de sus compañías.
http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=97406
El hombre que ha puesto en jaque a Hosni Mubarak.
ElShaheed, creador del grupo Facebook 'Todos somos Khaled Said', explica la evolución de la revuelta egipcia. "Egipto no volverá a ser el de antes".
Autor: Mónica G. Prieto - Fuente: Periodismohumano
Rehuye las cámaras como la peste. Todo protagonismo le molesta y ni siquiera es posible saber su nombre de pila. El hombre que está poniendo en jaque a Hosni Mubarak no tiene rostro ni desea tenerlo. Por un lado, sin que se conozca su identidad recibe amenazas de muerte desde el día en que se le ocurrió crear un grupo en Facebook para denunciar la tortura policial, la corrupción, el estado de excepción permanente, la falta de oportunidades y la ausencia de libertades cortesía del régimen egipcio. Por otro, y por encima de todo, él no sólo es él: representa a decenas de miles, si no a centenares de miles de ciudadanos ansiosos por liberarse de las cadenas.
Él, y ellos, todos son Khaled Said, el joven de 28 años asesinado en una brutal y gratuita paliza policial el pasado 6 de junio en Alejandría en una agresión que despertó entre los egipcios la necesidad de luchar, desde las protestas cívicas, contra la impunidad y la injusticia. Y gracias a las convocatorias de su grupo de la red social, Kullum Khaled Said, Todos somos Khaled Said, ya ha conseguido mucho más: poner en entredicho la autocracia egipcia promoviendo las multitudinarias e históricas protestas que están convulsionando al país del Nilo.
Hoy viernes, el país vive una jornada histórica: centenares de miles de personas han tomado las calles tras el rezo desafiando el masivo despliegue policial al grito de “Abajo Mubarak”. De poco está sirviendo que los uniformados respondan con cañones de agua, gas lacrimógeno y bolas de caucho contra unos manifestantes que no se dejan amedrentar, más bien al contrario: miles de ellos se dirigen en estos momentos al palacio presidencial de El Cairo residencia de Hosni Mubarak. La participación de los Hermanos Musulmanes, principal grupo opositor, ha multiplicado la visibilidad de las protestas. En un gesto de desesperación por parte de las autoridades, el líder opositor Mohamad ElBaradei, premio Nobel de la Paz, que regresó ayer para participar en la insurrección civil, ha sido brevemente retenido por las fuerzas de Seguridad. El régimen, además, ha apagado Internet y la telefonía móvil ha sido suspendida. Parece que, tras 30 años de dictadura, el final de Mubarak está próximo.
“Esta vez tenemos muchas posibilidades de cambiar las cosas”, preveía ayer nuestro protagonista en declaraciones a Periodismo Humano, en nuestra última entrevista cibernética, horas antes de que los egipcios volvieran a echarse a las calles. “Hemos trabajado duro, pero nunca esperamos tener semejantes resultados. Es increíble que estemos haciendo historia. Ocurra lo que ocurra, el pasado 25 de enero nunca será olvidado. Después de esa fecha, Egipto nunca volverá a ser el de antes”.
Los resultados de su particular cruzada sobrepasan todas las expectativas. El pasado miércoles nuestro hombre, junto a otros grupos de oposición, logró convocar mediante las redes sociales una jornada de ira aprovechando el clima social y el empuje de la revolución tunecina, que ha demostrado a sus vecinos que el cambio es posible. En los blogs egipcios, motor de la revuelta junto a Facebook y Twitter, se contaba que 50.000 personas habían prometido asistencia el pasado 25 de enero, fiesta nacional en Egipto, cuando se conmemora el Día de la Policía en memoria de los agentes que, en los años 50, se rebelaron contra los invasores británicos en una jornada patriótica considerada histórica. Agentes muy diferentes a los que hoy, de civil o de uniforme, cazan como animales a los manifestantes que se concentran para defender los derechos más básicos -los de todos los egipcios, incluidos los uniformados- y exigir el final del régimen.
ElShadeed, el mártir, como se identifica el creador de Todos Somos Khaled Said, no era tan optimista el pasado julio, cuando le contacté por primera vez. Su grupo ya tenía 210.000 seguidores y estaba rompiendo moldes: desafiaba un estado de excepción en vigor desde hace tres décadas con protestas sociales que terminaron siendo reprimidas por las fuerzas de Seguridad. En lugar de disuadir a los manifestantes, su número se incrementaba. El motivo: el asesinato de Khaled Said, desencadenante de la actual revolución.
“Llevaba usando Facebook bastante tiempo. Tras ver la foto de Khaled Said publicada en el perfil de uno de los activistas políticos egipcios, Ayman Nur, la imagen me horrorizó, me conmocionó como joven y sentí que podía haberme pasado a mí. Al día siguiente, tras verificar lo que había pasado, decidí crear un grupo en Facebook para unir a la juventud egipcia contra las prácticas brutales de la policía. Soy el único administrador de esta página, y así ha sido desde que comencé”, explicaba en aquella primera entrevista.
La historia que verificó ElShaheed es, efectivamente, horripilante. A Khaled Saeed le sacaron a la fuerza del cibercafé que frecuentaba en su ciudad, Alejandría, dos agentes de paisano. Testigos presenciales relataron cómo le golpearon la cabeza contra una mesa de mármol. Cuando Haizam Hassan Hanafi, el dueño del café, les instó a salir “se llevaron a Saeed a la entrada de un edificio vecino y le golpearon la cabeza contra la puerta de hierro, dándole puñetazos en la cara y en el vientre. Recibió un golpe en la pierna, antes de caerse y golpearse de nuevo contra un escalón. Uno de los policías le levantó tratando de estrangularle. Saeed gritaba ‘Me estoy muriendo’, pero su atacante contestó "No te dejaré hasta que estés muerto’ El otro le siguió pateando. Le golpearon hasta que comenzó a sangrar por la cabeza y la boca. Cuando Saeed dejó de moverse, llamaron a la policía […] Un doctor que estaba en el cibercafé le examinó y dictaminó que estaba muerto".
La autopsia camufló la mortal paliza, negada por los agentes: afirmaron que el joven había muerto axfisiado tras ingerir algún tipo de droga. El informe médico, que sólo dio fe de “contusiones en un ojo”, fue enviado por el Centro El Nadim para la Rehabilitación de Víctimas de la Tortura y la Violencia junto con un amplio dossier fotográfico a dos médicos forenses internacionales, quienes concluyeron que la primera autopsia “no cumplía los estándares internacionales“.
Conscientes de las limitaciones egipcias a la hora de actuar, ElShaheed centró en Facebook todos sus esfuerzos, aplicando métodos revolucionarios para el Egipto de la dictadura de Mubarak, como él mismo explicaba con ironía en aquella entrevista. “Intenté que el grupo creciese mediante técnicas no tradicionales: preguntar [a los seguidores] antes de dar cada paso y consultarles de forma democrática”. ElShadeed se felicitaba entonces por haber logrado 210.000 miembros en apenas dos meses: hoy en día son 425.000 en su edición árabe, casi 25.000 en su edición en inglés, desde la que se puede seguir la evolución de las protestas egipcias.
Así logró convocar las primeras marchas, al principio en Alejandría y más tarde el El Cairo. “Para contornear la draconiana ley de emergencia que rige Egipto desde hace 30 años y que prohíbe las asambleas públicas, encontramos una solución: [convocar protestas en las que] miles de egipcios se quedasen de pie en largas filas frente a los paseos marítimos y fluviales de diferentes ciudades separados cinco metros unos de otros. Todos permanecen en silencio o leen el Corán o la Biblia. De esta forma no rompemos las leyes que prohíben acumulaciones de más de cinco personas, los eslóganes, etc. Solo nos quedamos de pie, tristes, vestidos de negro como símbolo de nuestro pesar por lo que le está ocurriendo a nuestro país”.
Se mantuvieron activos durante meses. Los seguidores colaboraban diseñando carteles, grabando vídeos, ultimando las páginas web de un movimiento destinado al cambio. Algunas protestas llegaron a ser más numerosas, e incluso el líder opositor y premio Nóbel de la Paz, Mohamad ElBaradei, se sumó a ellos, pero seguían sin ser lo suficientemente extensas para poner en peligro la mera supervivencia del régimen. “Aún no hemos perdido el miedo. La mayoría está asustada, porque Egipto está controlado por dictadores que usan su poder para controlar a la gente. Además, la gente ha perdido la esperanza. “No sacamos nada de lo que hacéis”, es el comentario más usual que tengo que leer en la página de Facebook, donde muchos egipcios sólo participan para criticar nuestras actividades”, lamentaba en julio.
De ahí que nadie les pueda acusar de ser islamistas ni radicales, sólo jóvenes como el propio Khaled Said. En nuestra primera comunicación, le pedí que se describiera así mismo. “Desde que nací, no he conocido a otro presidente que no sea Hosni Mubarak. Soy un joven egipcio que jamás ha participado en actividades políticas o ha militado en un partido. Pero me pone enfermo lo que le ocurre a mi país y ya no puedo seguir en silencio. Amo a mi país, pero estoy casado y quiero que mi hijo tenga una vida mejor de lo que sus papás han visto. Quiero resolver este problema y despertar a los egipcios. Soy muy persistente. ¡No pararé hasta conseguirlo!”.
El momento llegó el pasado 25 de enero, aprovechando el tirón tunecino: la convocatoria corrió como la espuma (en Twitter se identificó como #JAN25) y la respuesta social fue masiva: decenas de miles de personas en la Plaza Tahrir (Liberación) de El Cairo, como no podía ser de otro modo, pero también en Alejandría, Suez, Ismailia... La represión y los centenares de detenciones sólo ha alentado la repitición en los días siguientes: para hoy viernes, día sagrado y festivo, sin obligaciones laborales o estudiantiles y con ElBaradei recién llegado para ponerle rostro a la revuelta, se ha convocado una jornada de ira y libertad. La participación se espera masiva.
“¿Es éste el final de Mubarak?”, le preguntaba ayer a ElShaheed. “Nadie lo sabe, pero estamos trabajando muy duro ahora mismo para lograr que la protesta crezca y crezca. En algún momento, el Ejército interferirá y veremos qué ocurre”.
En su grupo de Facebook, las informaciones hablan de permisos militares cancelados y de movilización total de los uniformados, pero también de desesperación en la cúpula del régimen: llegan a informar del despegue previsto para hoy de un avión de la Egypt Air, concretamente el vuelo MS299 a Luxor, cargado con 15 cajas de oro con rumbo a Bruselas. “Por favor, Bélgica, no les dejéis huir con las pobres reservas egipcias”, se lee en el muro.
Sobre la ausencia de noticias en los grandes medios occidentales y la falta de apoyo por parte de ningún Gobierno democrático, ElShaheed es muy claro: “Nos importa una mierda. Sólo nos importa lo que pensamos. Este es nuestro problema y lo vamos a resolver solos. No necesitamos su ayuda”. Y por si esa misma comunidad internacional es llevada a error por los dictadores a los que apoya, nuestro anónimo héroe egipcio dejaba ayer claro en su grupo de Facebook el por qué de las movilizaciones. “No se trata de problemas económicos y pobreza. Se trata de corrupción y de Justicia. Se trata, por encima de todo, de LIBERTAD”.
http://www.webislam.com/?idt=10379
Apagón de Internet enciende censura en Egipto.
Por Cam McGrath
EL CAIRO, 28 ene (IPS) - Twitter fue una de las primeras víctimas. Luego le siguió Facebook. Pero cuando se cancelaron todos los accesos a Internet, los activistas por la democracia en Egipto supieron que sus protestas estaban teniendo efecto.
Este informe fue dictado por teléfono de línea desde El Cairo a la oficina de IPS en Londres.
"El gobierno canceló Internet para impedirnos contarle al mundo qué está ocurriendo realmente aquí", dijo Sherif Gomaa, un empleado de una cafetería que protestaba en el centro de la capital egipcia.
Las manifestaciones reclamando el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak ingresaron este viernes en su cuarto día, y no dan señales de amainar. Por lo menos cuatro personas murieron y cientos resultaron heridas desde que se iniciaron las protestas, el 25 de este mes, en el llamado "Día de ira".
Estas manifestaciones contra el gobierno, que tienen lugar en todo el país, se inspiraron en el levantamiento popular que a mediados de este mes derrocó en Túnez al dictador Zine el Abidine Ben Ali. También son las más grandes que Mubarak ha enfrentado durante su régimen de tres décadas.
Más de 1.200 manifestantes fueron arrestados, según organizaciones egipcias de derechos humanos.
Las autoridades nacionales negaron antes haber interferido con los servicios de comunicaciones.
"El gobierno no recurrirá a esos métodos", dijo el miércoles el portavoz del gabinete Magdy Rady a las agencias de noticias. El gobierno egipcio respeta la libertad de expresión y garantizaría la apertura de las distintas vías de comunicación, agregó.
Los activistas sostienen que el gobierno comenzó a alterar los servicios de Internet el día 25 para impedir que los opositores usaran las redes sociales para coordinar manifestaciones contra el régimen e informaran sobre los enfrentamientos con la policía.
Las alteraciones en el servicio aumentaron en tamaño y alcance a medida que las protestas continuaban.
El gobierno, que controla todos los accesos a Internet, bloqueó varios sitios periodísticos egipcios privados conocidos por criticar al régimen.
Twitter, una popular herramienta de comunicaciones para activistas jóvenes, y Bambuser, un sitio sueco de transmisión de vídeos en vivo, confirmaron que sus portales estaban bloqueados en Egipto desde el martes.
Facebook dijo inicialmente que no había notado ningún cambio importante en el tráfico desde Egipto, pero luego confirmó que su servicio también había sido bloqueado.
Un activista dijo que se había anticipado esta censura, y los egipcios estaban usando "apoderados" para eludir los sitios web bloqueados. En la mañana del jueves, mientras las protestas continuaban en todo el país, los suscriptores a servicios digitales empezaron a reportar "apagones" de Internet.
Algunos proveedores de servicios web continuaron operando con conexiones muy lentas, pero para las 23 horas (21 GMT) todo el tráfico de la red se había paralizado.
Un técnico de una de las firmas proveedoras dijo que el gobierno había ordenado interrumpir el servicio en todo el país, y no anunció cuándo se lo reanudaría.
Es la primera vez que el gobierno egipcio corta todo el tráfico de Internet en respuesta al malestar social.
El experto en derechos digitales Ramy Raouf dijo en noviembre a IPS que el gobierno había posicionado con éxito a Egipto como centro regional de tecnologías de la información y que había desarrollado sus operaciones de centrales de llamadas, así como la publicidad de empresas en la red de redes.
"El gobierno ha sido reticente a censurar sitios web o a cortar los servicios de Internet porque al hacerlo transmitiría un mensaje negativo y perdería mucho dinero", explicó.
El momento en que se interrumpió Internet fue crucial. Ocurrió cuando los activistas intentaban difundir del vídeo de una brutal acción policial contra los manifestantes, y coordinar planes para una protesta en todo el país tras los rezos de este viernes.
Varias organizaciones opositoras, entre ellas la prohibida Hermandad Musulmana, se proponían participar en las manifestaciones.
Los activistas declararon a 25 de este mes "Día de la ira" a través de Facebook y Twitter, utilizando estas redes sociales para obtener apoyo. Más de 80.000 personas se unieron al grupo de Facebook diciendo que participarían en las protestas.
El ministro del Interior, Habib el-Adly, desestimó inicialmente la campaña por Internet por considerarla inefectiva, pero el gobierno pareció sorprendido por las decenas de miles de egipcios que salieron a las calles, pese a la fuerte presencia policial.
"Hemos demostrado que el activismo en línea puede convertirse en acción callejera", se vanaglorió Mohammad Abdel Moneim, uno de los alrededor de 15.000 manifestantes que el día 25 se congregaron en la plaza Tahrir de El Cairo.
"Esto comenzó en Facebook, pero luego se convirtió en algo mucho más grande", añadió.
A primera hora de este viernes, todos los servicios de telefonía celular y televisión satelital fueron cortados. Solamente se mantuvieron los teléfonos de línea y las comunicaciones por fax.
"Lo que enfrenta el régimen no es el resultado de la revolución de las redes sociales, sino más bien los resultados de sus estúpidas políticas corruptas de los últimos 30 años", escribió la bloguera egipcia Zeinobia.
Horas después, su blog fue silenciado.
http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=97405
viernes, 28 de enero de 2011
La Revolución de los Jazmines contra las autocracias.
TUNEZ, EGIPTO Y YEMEN EXPRESAN UN PROCESO DE DEMOCRATIZACION QUE ABARCA AL MUNDO ARABE, SEGUN EL FILOSOFO SAMI NAÏR
En las últimas décadas, el ejército ocupó un rol central en el sistema político de Egipto.
Imagen: EFE
Para Naïr en las protestas confluyen las capas medias, los jóvenes y los sectores más pobres de estas sociedades.
Por Eduardo Febro
Desde París
La llamada Revolución de los Jazmines que estalló en Túnez hace unas semanas prendió como un reguero de pólvora en varios países árabes, y no de los más pequeños. Yemen y sobre todo Egipto viven hoy revueltas que tienen acentos revolucionarios. Se trata de un fenómeno tanto más único cuanto que el discurso occidental siempre trató a los países árabes como incapaces de asumir colectivamente un destino democrático. Túnez, Argelia, Mauritania, Yemen y Egipto no sólo desmienten esos argumentos sino que hacen temblar desde la raíz a las dictaduras que gobiernan desde hace décadas con mano de hierro y privilegios exorbitantes. Algunos analistas aseguran hoy que ya no se trata de saber qué régimen caerá primero sino cuál se salvará de esta ola de aspiraciones democráticas cuyos protagonistas son las clases medias, los sectores menos favorecidos y los jóvenes, que se nuclean a través de Internet y las redes sociales. Lo más moderno del mundo irrumpe como instrumento de comunicación y protesta contra poderes dinosáuricos. Las protestas revelan también la ruptura sin remedio entre autocracias longevas, respaldadas históricamente por Occidente, y la legitimidad popular. El sociólogo y filósofo Sami Naïr, profesor en ciencias políticas en la Universidad de París VIII, presidente del Instituto Magreb-Europa de la misma Universidad, analiza en esta entrevista con Página/12 la originalidad y los resortes de esta revolución árabe. Autor de ensayos y análisis brillantes sobre política internacional, Naïr señala como primer resorte de la revuelta el hecho central de que el miedo cambió de campo. Es el poder quien enfrenta hoy a un pueblo que ha perdido el miedo.
–La Revolución de los Jazmines se plasmó en Túnez con la inmolación de un joven y luego se extendió a otros países. Ahora, la revuelta llega a Egipto y Yemen. Usted decía en un análisis que, tal como ocurrió en América latina primero y luego en los países de Europa del Este, cierta parte del mundo árabe se despierta a la historia.
–Siempre he pensado que, por lo menos en el siglo XX, el laboratorio de los pueblos ha sido América latina. La Revolución Rusa no se puede entender sin la Revolución Mexicana. Los latinoamericanos han inventado todas las formas de lucha posibles e imaginables. En América latina se han experimentado las guerrillas, las luchas políticas, los despotismos, las dictaduras. A partir de los años ’80 y ’90, en casi todos los países de América latina se cayeron las dictaduras. Ese movimiento antidictatorial se desarrolló en otros lugares del mundo, por ejemplo en los países de Europa del Este con la caída del Muro de Berlín. Ahora, ese movimiento de fondo que se inició en América latina está tocando a todos los países de la orilla árabe del Mediterráneo, e incluso más allá, en la península arábiga, por ejemplo en Yemen. El problema radica en que, contrariamente a lo que ocurrió en América latina, el movimiento que estalló en estos países árabes no tiene dirección, ni organización, ni programa. Es un movimiento totalmente espontáneo que consta de dos características fundamentales: en primer lugar, se trata de un movimiento que destruye definitivamente la idea de que estas sociedades están condenadas a vivir con el peligro extremista, el peligro fundamentalista por un lado y, por el otro, con la dictadura como supuesta garantía necesaria contra ese peligro fundamentalista. Ahora se está demostrando que el problema es mucho más complejo y que estos países no quieren experimentar ni el islamismo ni el integrismo sino que, fundamentalmente, desean la democracia. El segundo elemento importante, y que puede recordar lo que ocurrió en América latina, radica en que se trata de una alianza circunstancial entre las capas más pobres, humildes, sin verdadera inserción social, y las capas medias empobrecidas en estos últimos años. En la última década todos estos países padecieron un empobrecimiento muy importante de las clases medias y ahora hay una fusión entre estas capas medias y el fondo popular, las clases pobres totalmente excluidas del proceso de integración dentro de la sociedad.
–Si estas revueltas llegan hasta el final en estas autocracias árabes estaríamos viviendo una auténtica revolución mundial, un giro decisivo en la historia de nuestra concepción de los sistemas políticos mundiales. Siempre se creyó que los países árabes eran incapaces de asumir una forma de democracia popular y participativa.
–Eso corresponde a un discurso muy despreciativo construido por los países occidentales, por el capitalismo internacional cuya sede es la OCDE (Organización de Cooperación y de Desarrollo Económico), Estados Unidos y la Comisión Europea. Estos actores quieren que en los países árabes haya estabilidad y para ello necesitan regímenes fuertes, dictatoriales, porque lo que les importa son dos cosas: en primer lugar que esa gente no emigre y, en segundo, que las fuentes de recursos petrolíferos estén garantizadas. Por eso han desarrollado ese discurso en sintonía total con los dictadores, quienes siempre repitieron “nuestros pueblos carecen de madurez política y cultural y, por consiguiente, no pueden acceder a la democracia”. Sabemos que todo eso es falso, que las aspiraciones democráticas son muy fuertes en esta región del mundo. Creo que lo que está ocurriendo lo demuestra de manera muy clara. Cada situación es específica. No se puede mezclar lo que ocurrió en Túnez, un país que tiene una tradición laica y de elites ilustradas y formadas, muy fuertes, con capas sociales muy cohesionadas, con la situación en Yemen, donde impera un sistema tribal basado en la dominación despótica de un clan. Lo único similar es el grado de dominación y la forma de control, apoyadas en la policía o el ejército.
–La explosión social en Egipto tiene matices inéditos. En Egipto el ejército desempeña un papel central, donde el presidente, Hosni Mubarak, pertenece a él y donde quien está llamado a reemplazarlo, o sea su hijo, Gamal Mubarak, es un liberal que no está bien visto por las fuerzas armadas.
–El caso egipcio es muy particular, en primer lugar porque Egipto es un viejo Estado de derecho, probablemente sea el Estado de derecho más antiguo del mundo. El Estado de derecho moderno fue constituido por Mohamed Ali entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, o sea, antes que nosotros en Europa supiésemos lo que era. Pero ese Estado fue destrozado por los ingleses en el siglo XIX. En todo caso, el hijo de Mubarak, Gamal, no representa la democracia. Gamal Mubarak es el elemento clave de la nomenclatura que domina el país en su vertiente más liberal. La cuestión del liberalismo no puede ser concebida únicamente como liberalismo económico, salvo si se trata de comparar a Egipto con China. En China tenemos un despotismo político neo comunista y un liberalismo salvaje que encarna en realidad la dominación de una elite burocrática. En Egipto es diferente. Es imposible que se pueda organizar un sistema liberal sin democratización de la sociedad. Es indispensable evitar que Egipto se transforme en una república hereditaria donde el padre dictador nombra a su hijo futuro dictador liberal. La gente está buscando otra cosa. La gente quiere la democratización de la sociedad para que la sociedad civil pueda elegir con un debate democrático transparente. El hijo de Mubarak es como su padre. La gente no lo quiere porque ya tiene el ejemplo de Siria, donde el hijo reemplazó al padre y terminó instaurando un sistema más o menos liberal pero con la misma dictadura.
–Usted señala que lo que empezó a ocurrir en Túnez y luego se extendió a otros países es que la costumbre del miedo cambió de campo. Se acabó el miedo.
–Eso ha sido muy importante en este proceso. Yo estaba en Túnez cuando todo esto empezó y vi cómo el miedo cambiaba de campo. La revuelta tunecina estalló en la localidad de Sidi Bouzid con la inmolación del joven Mohamed Bouazizi. A partir de allí todo se trastornó. Hasta ese momento, el régimen tunecino estaba basado en el temor. Pero la inmolación de Mohamed Bouazizi dio vuelta la situación, sobre todo por la actitud del presidente de entonces, Ben Alí, quien acudió a ver a la familia de la víctima. La gente se dio cuenta ahí de que quien tenía miedo era el poder. Lo mismo está ocurriendo en Egipto. Lo más importante en estas revueltas es la victoria de lo imaginario que significa que han transformado la relación con el poder: ahora son los dictadores quienes deben temer a sus pueblos. Eso no significa que mañana vamos a tener una revolución en todas partes, no. El movimiento puede avanzar, se va a retrasar, no sabemos lo que va a ocurrir. Pero lo que sabemos, y ello ha sido integrado por la población, es que los poderes se pueden cambiar cuando los pueblos anhelan cambiar sus condiciones de vida y osan enfrentar al poder para elegir su propio destino. Por eso pienso que estamos ante una ola que se va a desarrollar. Estamos en la misma historia que los pueblos de América latina abrieron en los años ‘80. Luego le siguieron los pueblos de Europa del Este en los ‘90 y ahora vienen estos pueblos. No podemos ocultar que lo que está ocurriendo es también una consecuencia de la globalización. La globalización es mala socialmente pero tiene algo bueno, que es la globalización de los valores democráticos en las sociedades civiles.
efebbro@pagina12.com.ar
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-161291-2011-01-28.html
En las últimas décadas, el ejército ocupó un rol central en el sistema político de Egipto.
Imagen: EFE
Para Naïr en las protestas confluyen las capas medias, los jóvenes y los sectores más pobres de estas sociedades.
Por Eduardo Febro
Desde París
La llamada Revolución de los Jazmines que estalló en Túnez hace unas semanas prendió como un reguero de pólvora en varios países árabes, y no de los más pequeños. Yemen y sobre todo Egipto viven hoy revueltas que tienen acentos revolucionarios. Se trata de un fenómeno tanto más único cuanto que el discurso occidental siempre trató a los países árabes como incapaces de asumir colectivamente un destino democrático. Túnez, Argelia, Mauritania, Yemen y Egipto no sólo desmienten esos argumentos sino que hacen temblar desde la raíz a las dictaduras que gobiernan desde hace décadas con mano de hierro y privilegios exorbitantes. Algunos analistas aseguran hoy que ya no se trata de saber qué régimen caerá primero sino cuál se salvará de esta ola de aspiraciones democráticas cuyos protagonistas son las clases medias, los sectores menos favorecidos y los jóvenes, que se nuclean a través de Internet y las redes sociales. Lo más moderno del mundo irrumpe como instrumento de comunicación y protesta contra poderes dinosáuricos. Las protestas revelan también la ruptura sin remedio entre autocracias longevas, respaldadas históricamente por Occidente, y la legitimidad popular. El sociólogo y filósofo Sami Naïr, profesor en ciencias políticas en la Universidad de París VIII, presidente del Instituto Magreb-Europa de la misma Universidad, analiza en esta entrevista con Página/12 la originalidad y los resortes de esta revolución árabe. Autor de ensayos y análisis brillantes sobre política internacional, Naïr señala como primer resorte de la revuelta el hecho central de que el miedo cambió de campo. Es el poder quien enfrenta hoy a un pueblo que ha perdido el miedo.
–La Revolución de los Jazmines se plasmó en Túnez con la inmolación de un joven y luego se extendió a otros países. Ahora, la revuelta llega a Egipto y Yemen. Usted decía en un análisis que, tal como ocurrió en América latina primero y luego en los países de Europa del Este, cierta parte del mundo árabe se despierta a la historia.
–Siempre he pensado que, por lo menos en el siglo XX, el laboratorio de los pueblos ha sido América latina. La Revolución Rusa no se puede entender sin la Revolución Mexicana. Los latinoamericanos han inventado todas las formas de lucha posibles e imaginables. En América latina se han experimentado las guerrillas, las luchas políticas, los despotismos, las dictaduras. A partir de los años ’80 y ’90, en casi todos los países de América latina se cayeron las dictaduras. Ese movimiento antidictatorial se desarrolló en otros lugares del mundo, por ejemplo en los países de Europa del Este con la caída del Muro de Berlín. Ahora, ese movimiento de fondo que se inició en América latina está tocando a todos los países de la orilla árabe del Mediterráneo, e incluso más allá, en la península arábiga, por ejemplo en Yemen. El problema radica en que, contrariamente a lo que ocurrió en América latina, el movimiento que estalló en estos países árabes no tiene dirección, ni organización, ni programa. Es un movimiento totalmente espontáneo que consta de dos características fundamentales: en primer lugar, se trata de un movimiento que destruye definitivamente la idea de que estas sociedades están condenadas a vivir con el peligro extremista, el peligro fundamentalista por un lado y, por el otro, con la dictadura como supuesta garantía necesaria contra ese peligro fundamentalista. Ahora se está demostrando que el problema es mucho más complejo y que estos países no quieren experimentar ni el islamismo ni el integrismo sino que, fundamentalmente, desean la democracia. El segundo elemento importante, y que puede recordar lo que ocurrió en América latina, radica en que se trata de una alianza circunstancial entre las capas más pobres, humildes, sin verdadera inserción social, y las capas medias empobrecidas en estos últimos años. En la última década todos estos países padecieron un empobrecimiento muy importante de las clases medias y ahora hay una fusión entre estas capas medias y el fondo popular, las clases pobres totalmente excluidas del proceso de integración dentro de la sociedad.
–Si estas revueltas llegan hasta el final en estas autocracias árabes estaríamos viviendo una auténtica revolución mundial, un giro decisivo en la historia de nuestra concepción de los sistemas políticos mundiales. Siempre se creyó que los países árabes eran incapaces de asumir una forma de democracia popular y participativa.
–Eso corresponde a un discurso muy despreciativo construido por los países occidentales, por el capitalismo internacional cuya sede es la OCDE (Organización de Cooperación y de Desarrollo Económico), Estados Unidos y la Comisión Europea. Estos actores quieren que en los países árabes haya estabilidad y para ello necesitan regímenes fuertes, dictatoriales, porque lo que les importa son dos cosas: en primer lugar que esa gente no emigre y, en segundo, que las fuentes de recursos petrolíferos estén garantizadas. Por eso han desarrollado ese discurso en sintonía total con los dictadores, quienes siempre repitieron “nuestros pueblos carecen de madurez política y cultural y, por consiguiente, no pueden acceder a la democracia”. Sabemos que todo eso es falso, que las aspiraciones democráticas son muy fuertes en esta región del mundo. Creo que lo que está ocurriendo lo demuestra de manera muy clara. Cada situación es específica. No se puede mezclar lo que ocurrió en Túnez, un país que tiene una tradición laica y de elites ilustradas y formadas, muy fuertes, con capas sociales muy cohesionadas, con la situación en Yemen, donde impera un sistema tribal basado en la dominación despótica de un clan. Lo único similar es el grado de dominación y la forma de control, apoyadas en la policía o el ejército.
–La explosión social en Egipto tiene matices inéditos. En Egipto el ejército desempeña un papel central, donde el presidente, Hosni Mubarak, pertenece a él y donde quien está llamado a reemplazarlo, o sea su hijo, Gamal Mubarak, es un liberal que no está bien visto por las fuerzas armadas.
–El caso egipcio es muy particular, en primer lugar porque Egipto es un viejo Estado de derecho, probablemente sea el Estado de derecho más antiguo del mundo. El Estado de derecho moderno fue constituido por Mohamed Ali entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, o sea, antes que nosotros en Europa supiésemos lo que era. Pero ese Estado fue destrozado por los ingleses en el siglo XIX. En todo caso, el hijo de Mubarak, Gamal, no representa la democracia. Gamal Mubarak es el elemento clave de la nomenclatura que domina el país en su vertiente más liberal. La cuestión del liberalismo no puede ser concebida únicamente como liberalismo económico, salvo si se trata de comparar a Egipto con China. En China tenemos un despotismo político neo comunista y un liberalismo salvaje que encarna en realidad la dominación de una elite burocrática. En Egipto es diferente. Es imposible que se pueda organizar un sistema liberal sin democratización de la sociedad. Es indispensable evitar que Egipto se transforme en una república hereditaria donde el padre dictador nombra a su hijo futuro dictador liberal. La gente está buscando otra cosa. La gente quiere la democratización de la sociedad para que la sociedad civil pueda elegir con un debate democrático transparente. El hijo de Mubarak es como su padre. La gente no lo quiere porque ya tiene el ejemplo de Siria, donde el hijo reemplazó al padre y terminó instaurando un sistema más o menos liberal pero con la misma dictadura.
–Usted señala que lo que empezó a ocurrir en Túnez y luego se extendió a otros países es que la costumbre del miedo cambió de campo. Se acabó el miedo.
–Eso ha sido muy importante en este proceso. Yo estaba en Túnez cuando todo esto empezó y vi cómo el miedo cambiaba de campo. La revuelta tunecina estalló en la localidad de Sidi Bouzid con la inmolación del joven Mohamed Bouazizi. A partir de allí todo se trastornó. Hasta ese momento, el régimen tunecino estaba basado en el temor. Pero la inmolación de Mohamed Bouazizi dio vuelta la situación, sobre todo por la actitud del presidente de entonces, Ben Alí, quien acudió a ver a la familia de la víctima. La gente se dio cuenta ahí de que quien tenía miedo era el poder. Lo mismo está ocurriendo en Egipto. Lo más importante en estas revueltas es la victoria de lo imaginario que significa que han transformado la relación con el poder: ahora son los dictadores quienes deben temer a sus pueblos. Eso no significa que mañana vamos a tener una revolución en todas partes, no. El movimiento puede avanzar, se va a retrasar, no sabemos lo que va a ocurrir. Pero lo que sabemos, y ello ha sido integrado por la población, es que los poderes se pueden cambiar cuando los pueblos anhelan cambiar sus condiciones de vida y osan enfrentar al poder para elegir su propio destino. Por eso pienso que estamos ante una ola que se va a desarrollar. Estamos en la misma historia que los pueblos de América latina abrieron en los años ‘80. Luego le siguieron los pueblos de Europa del Este en los ‘90 y ahora vienen estos pueblos. No podemos ocultar que lo que está ocurriendo es también una consecuencia de la globalización. La globalización es mala socialmente pero tiene algo bueno, que es la globalización de los valores democráticos en las sociedades civiles.
efebbro@pagina12.com.ar
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-161291-2011-01-28.html
Una manifestante egipcia besa a un policía en un enfrentamiento entre grupos en El Cairo.
Observen qué foto tan increíble: Una manifestante besa la mejilla de un policía en un enfrentamiento entre grupos anti gobierno y las fuerzas antimotines en El Cairo. AP.
Oh Allah, no pueden estar hermanos contra hermanos, qué puede hacer el policía que debe cumplir órdenes? y la señora lo besa.
Astagfirullah, ánimo hermanos.
domingo, 23 de enero de 2011
Veteranos diplomáticos contra colonias israelíes.
Por Jim Lobe
WASHINGTON, 20 ene (IPS) - Unos 40 ex diplomáticos estadounidenses y analistas políticos urgen al presidente Barack Obama a no vetar una propuesta de resolución para el Consejo de Seguridad de la ONU que esperan reafirme la ilegalidad de los asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados.
En una carta divulgada el miércoles en Washington, ex embajadores de Estados Unidos en Israel, así como políticos que otrora se dedicaron a temas de Medio Oriente, advirtieron que la "credibilidad de Estados Unidos" en la región estará en juego cuando la resolución se someta a votación, probablemente el mes próximo.
"En esta coyuntura crítica, cómo elija Estados Unidos votar sobre una resolución en torno a los asentamientos tendrá un efecto definitorio sobre nuestra posición como mediadores en la paz de Medio Oriente", afirma la misiva, que fue firmada, entre otras figuras diplomáticas, por el ex embajador ante la ONU (Organización de las Naciones Unidas) Thomas Pickering y el ex secretario de Defensa Frank Carlucci.
"Pero el impacto de esta votación se sentirá mucho más allá de la arena de los acuerdos israelo-palestinos. Están en juego nuestra seriedad como garantes del derecho internacional y la legitimidad internacional", continúa el texto.
"Está en peligro la credibilidad de Estados Unidos en una región crucial del mundo, una región en la que están desplegados cientos de miles de nuestros efectivos y donde enfrentamos las mayores amenazas y desafíos a nuestra seguridad. Ésta es una votación de interés para la seguridad nacional estadounidense por excelencia. Les urgimos a hacer lo correcto", concluye.
La carta, firmada tanto por integrantes de gobiernos demócratas como republicanos, además de ex funcionarios de carrera del servicio exterior y de inteligencia, se difunde en medio de lo que parece ser un caos entre los actuales políticos estadounidenses para Medio Oriente, y tras el colapso, el mes pasado, de sus esfuerzos por persuadir al gobierno israelí de acordar una moratoria parcial de tres meses a la actividad de las colonias en Cisjordania.
El gobierno esperaba que Israel accediera, a cambio de miles de millones de dólares en nuevos aviones de guerra, varias garantías de seguridad y el compromiso de vetar toda resolución del Consejo de Seguridad que criticara al Estado judío en el correr del año. Y también que esto ayudara a convencer al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, de revivir las negociaciones de paz directas que se interrumpieron en septiembre, cuando expiró una moratoria parcial, de 10 meses, a los asentamientos.
La construcción de colonias en Cisjordania y la demolición de propiedades palestinas en Jerusalén oriental han aumentado mucho desde entonces, según la ONU y observadores israelíes y palestinos de derechos humanos.
Abbas se negó a regresar a las conversaciones directas a menos que Israel congele toda la actividad de los asentamientos en los territorios ocupados, entre ellos Jerusalén oriental. El año pasado el gobierno de Obama le hizo un reclamo similar al primer ministro Benjamín Netanyahu, pero fue rechazado en lo que muchos analistas consideran un importante golpe a la credibilidad de Washington en toda la región.
Mientras el enviado especial de Obama para Medio Oriente, George Mitchell, se esfuerza por mantener vivas las conversacionse de proximidad entre las dos partes, los palestinos y sus aliados hacen circular un borrador de resolución del Consejo de Seguridad que condena a los asentamientos, señalándolos como ilegales bajo el derecho internacional y como un obstáculo para la paz.
La resolución es parte de un esfuerzo diplomático mayor, que también incluye lograr el reconocimiento internacional formal a un Estado palestino en los territorios ubicados dentro de las fronteras de 1967.
Ese esfuerzo logró algunos éxitos significativos en las últimas semanas, cuando varios estados latinoamericanos --entre ellos Brasil y Argentina--, anunciaron que reconocerían un Estado palestino, mientras que miembros clave de la Unión Europea (UE) incrementaron sus relaciones diplomáticas con la ANP o están considerando hacerlo.
El gobierno señaló su oposición a esas medidas, aunque permitió que la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) izara por primera vez la bandera palestina en el exterior de su oficina en Washington.
Sin embargo, incluso esa medida generó duras críticas de parte del llamado "lobby israelí" en Estados Unidos y de sus partidarios en el Congreso legislativo, especialmente la nueva presidenta republicana del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Ileana Ros-Lehtinen.
"Izar esta bandera en (el distrito de Columbia) es parte del plan de la dirigencia palestina para manipular la aceptación internacional y el reconocimiento diplomático de un Estado palestino a ser creado, al tiempo de negarse a negociar directamente con Israel o aceptar la existencia de Israel como Estado judío y democrático", se quejó.
El principal contribuyente con la campaña de Ros-Lehtinen, Irving Moskowitz, financia a muchos asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Oriental.
La legisladora también condenó la resolución propuesta por la ANP como "parte de la misma dirigida a lograr concesiones sin que se requiera cumplir compromisos internacionales".
Con respecto a esa resolución, el gobierno de Obama parece estar entre la espada y la pared. Por un lado tiene a la nueva mayoría republicana y pro-Likud en la Cámara de Representantes, además de a la mayoría de los legisladores demócratas, temerosos de enfrentar al lobby israelí. Y por el otro está el creciente apoyo internacional --que también brindan sus principales aliados europeos-- a la creación de un Estado palestino, así como la propia credibilidad de Washington como mediador de buena fe en el conflicto entre israelíes y palestinos.
En el marco del IV Cuarto Convenio de Ginebra, muchas naciones consideran ilegales a los asentamientos israelíes en los territorios conquistados durante la guerra de 1967.
Aunque el gobierno de Obama ha mantenido la política de sus antecesores, evitando declararse abiertamente en contra de los asentamientos, en un discurso pronunciado en junio de 2009 en El Cairo el presidente dijo que no aceptaría la "legitimidad" de las continuas actividades de los colonos israelíes.
El hecho de que al gobierno le incomode que lo interroguen directamente sobre la legalidad de las colonias quedó en evidencia el martes, cuando periodistas acribillaron a preguntas al portavoz del Departamento de Estado (cancillería), Philip J. Crowley, sobre si Estados Unidos vetaría la resolución.
"Nuestra posición sobre los asentamientos es bien conocida", insistió, pero señaló que el gobierno se opone a llevar la resolución al Consejo de Seguridad y dijo que "estos asuntos deberían resolverse… mediante negociaciones directas".
Pero la carta, que originalmente fue publicada por Steve Clemons, de la New America Foundation, en su sitio web thewashingtonnote.com, enfatiza que el gobierno debería dejar de dar rodeos sobre este tema.
"Usar el veto perjudicaría severamente la credibilidad y los intereses de Estados Unidos, situándonos firmemente fuera del consenso internacional y diminuyendo aún más nuestra capacidad de mediar en este conflicto", plantea.
http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=97371
¿Por qué la desigualdad hace que los ricos se sientan más pobres?
Paul Krugman · · · · ·
Catherine Rampell ha escrito un articulito muy bonito sobre por qué los objetivamente ricos se sienten subjetivamente pobres. Con todo, lleva razón Brad de Long: un diagrama logarítmico puede ser más instructivo aún:
Me gustaría comentar un poco este diagrama, que relaciona los ingresos anuales y los percentiles de unidades fiscales.
Lo que Rampell tiene en mente es una visión de la sociedad como una larga calle que sube por un cerro, de modo que la altura creciente va de la mano del ingreso creciente. Y cada persona situada a lo largo de esa calle se valora a sí misma en relación con los vecinos de la acera de enfrente, no en relación con el conjunto de la calle.
Pues bien; hay dos interpretaciones ligeramente distintas de esta historia. Lo que Rampell parece sugerir es que la gente se compara sólo con sus vecinos del tramo superior, y puesto que la cuesta queda cada vez más abajo a medida que tú vas subiendo, los ricos se sienten peor porque el tipo de enfrente cada vez es más distinto de ellos.
Una alternativa es que la gente se compara con los vecinos de ambos lados de la calle, pero lo que cambia es la convexidad: si te hallas en la franja media de la distribución del ingreso, tu vecino del tramo superior será más rico que tú en la misma medida en que es más pobre que tú el vecino del trecho inferior; pero en los tramos más altos de la cuesta eso ya no es verdad. (Hace mucho, se me enseñó que la distribución del ingreso es más o menos logarítmicamente normal para el grueso de su rango, pero se hace paretiana en el tramo superior. Si ustedes no tienen la menor idea de lo que estoy hablando, no se preocupen.)
Sea ello como fuere, lo cierto es que el hiato entre los ricos y los archiricos ha crecido espectacularmente. He aquí los datos de Piketty-Sáez, en los que se observa cómo el percentil 1 de la cúspide se aleja de los siguientes 4; lo mismo está ocurriendo con la franja del 0,1% más rica en relación con los perdedores situados en el rango 99,0-99,9. Y así sucesivamente:
El resultado neto es una sociedad de ganadores como ganadores, en la que la gente a la que no sólo le está yendo estupendamente, sino que le está yendo mucho mejor relativamente que a la mediana en que se hallaban hace una generación se sienten, a pesar de todo, rezagados.
Una nota personal: desde mi punto de vista, siempre me ha resultado relajadora la extrema desigualdad en la cúspide. A Robin y a mí nos va estupendamente, claro está, pero otros son mucho más ricos; el hecho es, sin embargo, que, especialmente en Nueva York, sabes que, ganes lo que ganes, siempre hay otros que ganan tanto, que tus ingresos parecen triviales. Así pues, ¿a qué valorarte a tí mismo de este modo? Claro que es mucho más fácil sentirte así cuando te has hecho con otros muchos potenciadores del ego.
Paul Krugman es profesor de economía en Princeton. Fue Premio Nobel de en 2008.
http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3850
Catherine Rampell ha escrito un articulito muy bonito sobre por qué los objetivamente ricos se sienten subjetivamente pobres. Con todo, lleva razón Brad de Long: un diagrama logarítmico puede ser más instructivo aún:
Me gustaría comentar un poco este diagrama, que relaciona los ingresos anuales y los percentiles de unidades fiscales.
Lo que Rampell tiene en mente es una visión de la sociedad como una larga calle que sube por un cerro, de modo que la altura creciente va de la mano del ingreso creciente. Y cada persona situada a lo largo de esa calle se valora a sí misma en relación con los vecinos de la acera de enfrente, no en relación con el conjunto de la calle.
Pues bien; hay dos interpretaciones ligeramente distintas de esta historia. Lo que Rampell parece sugerir es que la gente se compara sólo con sus vecinos del tramo superior, y puesto que la cuesta queda cada vez más abajo a medida que tú vas subiendo, los ricos se sienten peor porque el tipo de enfrente cada vez es más distinto de ellos.
Una alternativa es que la gente se compara con los vecinos de ambos lados de la calle, pero lo que cambia es la convexidad: si te hallas en la franja media de la distribución del ingreso, tu vecino del tramo superior será más rico que tú en la misma medida en que es más pobre que tú el vecino del trecho inferior; pero en los tramos más altos de la cuesta eso ya no es verdad. (Hace mucho, se me enseñó que la distribución del ingreso es más o menos logarítmicamente normal para el grueso de su rango, pero se hace paretiana en el tramo superior. Si ustedes no tienen la menor idea de lo que estoy hablando, no se preocupen.)
Sea ello como fuere, lo cierto es que el hiato entre los ricos y los archiricos ha crecido espectacularmente. He aquí los datos de Piketty-Sáez, en los que se observa cómo el percentil 1 de la cúspide se aleja de los siguientes 4; lo mismo está ocurriendo con la franja del 0,1% más rica en relación con los perdedores situados en el rango 99,0-99,9. Y así sucesivamente:
El resultado neto es una sociedad de ganadores como ganadores, en la que la gente a la que no sólo le está yendo estupendamente, sino que le está yendo mucho mejor relativamente que a la mediana en que se hallaban hace una generación se sienten, a pesar de todo, rezagados.
Una nota personal: desde mi punto de vista, siempre me ha resultado relajadora la extrema desigualdad en la cúspide. A Robin y a mí nos va estupendamente, claro está, pero otros son mucho más ricos; el hecho es, sin embargo, que, especialmente en Nueva York, sabes que, ganes lo que ganes, siempre hay otros que ganan tanto, que tus ingresos parecen triviales. Así pues, ¿a qué valorarte a tí mismo de este modo? Claro que es mucho más fácil sentirte así cuando te has hecho con otros muchos potenciadores del ego.
Paul Krugman es profesor de economía en Princeton. Fue Premio Nobel de en 2008.
http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3850
El asesinato de una nación.
Josep Fontana · · · · ·
Hoy se cumplen 50 años de uno de los peores crímenes de la Guerra Fría: el asesinato de Patrice Lumumba, que no significó tan sólo la muerte del jefe de un Gobierno democráticamente elegido, sino también el fin de la posibilidad de que el Congo se desarrollase como una nación independiente. La iniciativa del asesinato del único de los dirigentes congoleños que pudo haber llevado a la práctica un proyecto de construcción nacional surgió de Eisenhower y de Foster Dulles, que compartían el temor que les producía la imprevisible evolución de “la gran masa de la humanidad, que no es blanca ni europea”.
Lumumba viajó a Washington y se entrevistó con el secretario de Estado, Christian Herter, para pedir ayuda, en especial los medios de transporte que necesitaba para asegurar el control del país.
Eisenhower, que se mantuvo lejos de la capital durante su visita, se limitó a preguntar al National Security Council “si podemos librarnos de este tipo”, con lo cual puso en marcha el proceso que llevó a su asesinato. Ello sucedía tres días antes de que Lumumba, forzado por la negativa de Estados Unidos, pidiese medios de transporte a los soviéticos, que le proporcionaron 100 camiones y 15 aviones de transporte, lo que Eisenhower calificó como una “invasión soviética”.
El 26 de agosto de 1960 el director de la CIA, Allen Dulles, enviaba un telegrama al jefe de la delegación de la “compañía” en el Congo, Lawrence Devlin, para decirle que la caída de Lumumba era un objetivo prioritario e inmediato. Pocos días más tarde el presidente Kasa-Vubu, tras haber consultado el plan con el embajador norteamericano y con el representante de las Naciones Unidas, destituyó a Lumumba, pese a que su partido tenía la mayoría en el Parlamento. Mientras los diplomáticos africanos trataban de mediar en la crisis, el jefe del ejército, Mobutu, dio un golpe de fuerza, con el apoyo de Devlin, y confinó a Lumumba. Pero su encarcelamiento no les bastaba ni a la CIA ni al Gobierno belga, cuyo ministro para África envió el 6 de octubre un telegrama pidiendo su “eliminación definitiva”.
Para liquidar el asunto se le envió con dos de sus colaboradores a Katanga, donde fueron torturados hasta convertirlos en despojos humanos. El 17 de enero de 1961 los sacaron de noche al bosque, los ataron a los árboles y los fusilaron, tras lo cual se cuidó de destruir los cadáveres para que no quedase ni rastro de ellos.
El país fue entregado poco después al Gobierno de Joseph-Desiré Mobutu, que lo presidió de 1965 a 1997, durante 32 años de un régimen cleptocrático que sobrepasó todos los ejemplos de corrupción conocidos en la historia, protegido militarmente por Estados Unidos y por Francia y con el apoyo económico del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. Que en 1989, cuando no podía caber duda alguna del desastre a que había llevado a su país, fuese todavía recibido en la Casa Blanca como un campeón de la libertad es una muestra de la desvergüenza que inspiró la política de la Guerra Fría.
Cuando se vio forzado a exiliarse, Mobutu dejó tras de sí un país desarticulado, que se vio casi de inmediato envuelto en lo que Gérard Prunier ha calificado como “la guerra mundial de África”, un conflicto que ha causado hasta hoy más de cinco millones de muertos, la mayoría de ellos entre la población civil: una guerra que se mantiene latente y de la que no se suele hablar demasiado para no estorbar las actividades que se benefician de ella, en especial las que se refieren a la extracción de las riquezas naturales del país, como el coltan, indispensable para la fabricación de teléfonos móviles y consolas de videojuegos.
El Congo, dice un informe de Global Witness publicado en diciembre de 2009, “ha sido considerado desde fuera como un depósito de una gran riqueza de recursos naturales, con el pueblo congoleño como la fuerza de trabajo destinada a extraerla”. Está claro que la inexistencia de un Estado organizado es una condición que favorece este expolio, lo cual ayuda a explicar que siga siendo en la actualidad un país desestructurado, sin una administración centralizada (las compañías mineras pagan sobornos a los funcionarios, en lugar de abonar impuestos a la Hacienda pública), sometido a los desmanes de un ejército que el Gobierno no paga, y que está por ello condenado a vivir del saqueo.
En marzo de 2009, Jeffrey Herbst
y Greg Mills publicaron en Foreign Policy un artículo en el que sostenían que “la comunidad internacional debe reconocer un hecho tan simple como brutal: la República Democrática del Congo no existe”. Una afirmación que sirve, por una parte, para ratificar cuáles han sido los resultados de un proceso que se inició hace 50 años con el asesinato de Lumumba, pero que tiene, por otra, la virtud de descubrirnos que los objetivos que condujeron a aquel crimen siguen vigentes, porque está claro que la balcanización del Congo facilita la continuidad del saqueo de sus recursos naturales, extraídos frecuentemente con trabajo esclavo.
Quienes siguen creyendo que la Guerra Fría fue un enfrentamiento entre las fuerzas del totalitarismo y las de la democracia tienen en el asesinato del Congo un motivo para reflexionar. Y para desconfiar, de paso, de los móviles que justifican hoy otros planteamientos políticos y otros conflictos de naturaleza semejante.
Josep Fontana es miembro del Consejo Editorial de SinPermiso
http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3870
Ay Haití.
Por Santiago O’Donnell
Reapareció Baby Doc Duvalier con un mensaje para la llamada “comunidad internacional”, esa entelequia de organismos multilaterales, ONU, OEA, UE, Unasur, que han colonizado Haití, que ejercen el control militar, que albergan y financian el sistema judicial y que organizan y sancionan las elecciones de sus autoridades.
El mensaje sería: si no podés arreglar Haití, no podés arreglar nada. Si no podés arreglar un pequeño país a tiro de Miami, olvidate de Medio Oriente. Si salen a la calle para recibir a un ex dictador (foto) después de seis años de ocupación de la ONU, si muchos creen que estaban mejor con Baby Doc, entonces estamos en el horno.
Baby Doc, por si hace falta recordarlo, fue un cliché de dictador vitalicio sostenido por un temible aparato parapolicial, que gobernó Haití desde 1971 hasta que los norteamericanos lo echaron, en 1986. Su régimen era sanguinario y despótico, aunque algo menos que el de su padre y predecesor Papa Doc, y al menos tenía una esposa que se comparaba con Evita. La bella Michelle era tan conocida por sus joyas y sus vestidos como por su afán por construir hospitales.
Ahora reaparece Baby Doc en un país ocupado militarmente por la Unasur, bajo auspicio estadounidense, con mandato del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Difícil de entender, más difícil de explicar. Vamos despacito.
El país viene de sufrir un tremendo terremoto hace un año que dejó más de 300 mil muertos y 1,5 millón sin casa en un país de diez millones de habitantes. El presidente de Estados Unidos designó nada menos que a Bill Clinton y a Bush padre para que coordinen la ayuda internacional, pero es tal el desconcierto que los soldados asiáticos estacionados allí desataron una epidemia de cólera, gran parte de la ayuda prometida no llega y cientos de miles de haitianos siguen viviendo en carpas.
Bajo todos estos auspicios, al que hay que sumar el de la Unión Europea, la ex colonia francesa celebró elecciones en noviembre con su líder popular Jean-Bertrand Aristide exiliado a la fuerza sin ninguna acusación judicial en su contra y su partido Lavalas proscripto.
El resultado de la elección quedó en suspenso porque los observadores de la OEA concluyeron que los resultados habían sido fraguados para permitir el ingreso a la segunda vuelta del candidato oficialista Jude Célestine, en perjuicio del cantante Michel Joseph Matelli, más conocido como “Dulce Micky”. Ambos terminaron detrás de la ex primera dama Mirlande Manigat. Llama la atención el informe de los observadores de la OEA, que habla de una diferencia de tres mil votos, o sea 0,3 por ciento del padrón, cuando los observadores normalmente no tienen acceso al total de los votos, sino a muestras representativas. Esas muestras suelen tener un margen de error del dos por ciento, muy superior a los tres mil votos en disputa.
Es algo sospechoso, sobre todo cuando el candidato oficialista que los observadores recomiendan desplazar prometió durante la campaña que permitiría la vuelta de Aristide. Y el candidato que lo reemplaza, Dulce Micky, declaró que le gustaría tener a Baby Doc como asesor en su gobierno.
Aristide, dos veces presidente constitucional, vive en Sudáfrica desde el 2004, cuando militares estadounidenses lo sacaron del palacio de gobierno, lo hicieron cruzar el Atlántico y le quitaron el pasaporte. Ahí empezó la ocupación de la Unasur, porque Haití estaba inmerso en una guerra civil y Bush ya tenía las manos llenas y no quiso invadir. Entonces le pidió a Brasil y Argentina que se hicieran cargo y les consiguió el auspicio político y financiero de Naciones Unidas.
Ahora vuelve Baby Doc. No vuelve por casualidad. Se sabe que no le gusta viajar. Vivió en el palacio de gobierno desde los cinco años hasta que lo echaron, a la edad de 35. A diferencia de la gran mayoría de la elite de su país, que se educó y vive gran parte del año en Estados Unidos o Europa, Baby Doc nunca abandonó su celda dorada hasta que los yanquis lo echaron. No viajaba al exterior por miedo a que lo derrocaran y algo de razón tenía: durante su mandato sufrió dos intentos de golpe militar. Para los haitianos era una presencia fantasmal. Sólo salía del palacio para viajar a su casa en la playa o a su casa en la montaña, las dos a menos de media hora de viaje desde el palacio. Siempre iba rodeado por un ejército de guardaespaldas de anteojos negros armados hasta los dientes.
Heredó de su padre Papa Doc la presidencia vitalicia a los diecinueve años y ya por entonces los parapoliciales Tonton Macoutes se habían convertido en una fuerza con autonomía propia, como cuenta Graham Greene en su novela Los comediantes. Entonces Baby Doc armó sus propios escuadrones de la muerte, llamados los leopardos. Después de la partida de Baby Doc los leopardos y los Tonton Macoutes se unieron en el movimiento paramilitar Fraph, liderado por el informante de la CIA Toto Constant, para socavar al gobierno de Aristide. Las milicias populares surgieron como respuesta a la Fraph.
Entre la partida de Baby Doc y la primera presidencia de Aristide se sucedieron una serie de narcomilitares y títeres civiles en la presidencia haitiana, entre ellos el oligarca Leslie Manigat, esposo de Mirlande, la candidata que entró primera en las elecciones del 28 de noviembre.
Aristide es un cura salesiano tercermundista, fundador del movimiento Lavalas, que arrasó en la urnas en las elecciones de 1991. Fue derrocado siete meses después por militares y restituido tres años más tarde por el gobierno de Bill Clinton. Terminó su mandato y esperó un turno como marca la Constitución, volvió a presentarse y volvió a ganar. Se arrimó a Chávez y a Fidel Castro y eso a George Bush hijo no le gustó nada. Estados Unidos le cortó la ayuda bilateral, le vetó créditos en el BID y en un país que no produce prácticamente nada, a los pocos meses la escasez derivó en revuelta. Entonces los norteamericanos se llevaron a Aristide a Sudáfrica.
Según todas las encuestas, aun en el exilio, Aristide sigue siendo de lejos el político más popular de su país, y desde hace años pide a gritos volver.
Pero no lo dejan. Su gobierno estuvo plagado de corrupción, tanto como los anteriores y algunos de los que lo sucedieron. Con eso la “comunidad internacional” avaló y justificó su derrocamiento y exilio forzado. Pero su pecado principal fue no haber atendido bien a los virreyes estadounidenses y franceses mientras fue presidente.
Los matones de Baby Doc mataron a miles de personas, pero Baby Doc ni siquiera tiene orden de captura. La Justicia en Haití está financiada por agencias de ayuda internacional y organizaciones no gubernamentales de Estados Unidos. El juzgado de Puerto Príncipe donde esta semana fue interrogado Baby Doc por malversación de fondos funciona en el edificio de Usaid, una agencia del Departamento de Estado estadounidense.
Esa Justicia armada y financiada por agencias y fundaciones extranjeras, que avaló elecciones proscriptivas, tampoco estaba preparada para la llegada de Baby Doc. No hablemos de Comisión de la Verdad, no había tan solo una denuncia por violaciones a los derechos humanos en contra del dictador. Apenas alcanzaron a retenerlo en el país con una vieja acusación por corrupción, pero cualquier abogado sabe que esos crímenes prescriben, no así los de lesa humanidad. Al día siguiente de su llegada a Haití se presentaron cuatro denuncias por muertes y torturas, casi de apuro.
La “comunidad internacional” no puede darse el lujo de no juzgar a uno de los genocidas más notorios del último siglo y es probable que Baby Doc termine en alguna cárcel. El presidente René Préval ha dado muestras de voluntad política para llevarlo a juicio. Ha solicitado el asesoramiento del argentino Rodolfo Mattarollo, un experto en el tema de renombre mundial y actual embajador de la Unasur en Haití.
Préval es un personaje bastante particular. Una especie de Scioli por la permanencia y la flexibilidad ideológica, pero sin la misma lealtad. Miembro de la elite, educado en Bélgica e Italia, exiliado en Nueva York durante el régimen de Papa Doc, volvió con Baby Doc y se sumó a los Comités de Resistencia a la dictadura. Después presidió una organización de derechos humanos en su país y más tarde se unió a Lavalas. Fue primer ministro durante el primer gobierno de Aristide. En 1996 Préval llegó a la presidencia como candidato de Lavalas con Aristide en el exilio. Sacó el 88 por ciento de los votos. Acorde con los tiempos y las exigencias del FMI, emprendió una ola privatista, se acercó a Estados Unidos y Francia y rompió con el cura tercermundista. Volvió a presentarse en el 2006, esta vez con partido propio. Ganó con el 51 por ciento de los votos. Su segunda presidencia no dejó mucho y cuando llegaron las elecciones del año pasado ni siquiera pudo imponer a su candidato con la promesa de un pronto retorno para el cura del pueblo. Ahora maneja otra vez un discurso progre, se arrima a la Unasur, se declara admirador de Lula y los Kirchner. Pero, al parecer, los haitianos mucho no le creen.
Tanto esfuerzo por evitar el retorno de Aristide y de repente vuelve Baby Doc. No se entiende bien por qué volvió, más allá de que se le terminó la guita. Se sabe que hace unos años lo demandó la compañía de electricidad francesa por una deuda de diez mil euros y que en los ’90 le congelaron sus cuentas suizas por las denuncias de enriquecimiento ilícito que le hicieron en su país. Tras años de pavonearse con la bella Michelle por la Costa Azul, el dinero se acabó y Michelle lo dejó. Hasta la semana pasada Baby Doc vivía modestamente con su nueva esposa Veronique en los Alpes franceses, donde se lo ha visto manejando un vehículo utilitario. Seguro que en Haití podría hacer algunos negocios. No lleva una semana ahí y Dulce Micky ya le ofreció ser asesor presidencial en su futuro gobierno.
Las fuentes consultadas en Washington y París piden discreción, dicen que hay mucha bronca. Coinciden en que Duvalier recibió un guiño y las miradas apuntan hacia el Palacio Elíseo. Baby Doc llegó a Haití desde Martinica. Es muy difícil que un tipo como él, que no viaja casi nunca, se ande paseando por las Antillas Francesas sin que los espías franceses lo sepan. Es probable que al gobierno francés no le guste cómo Estados Unidos está manejando las cosas en Haití. O, al revés, puede ser una jugada estadounidense en contra de Préval. El presidente haitiano declaró esta semana que va a ignorar el consejo de la OEA y va a hacer la segunda vuelta el 31 de marzo con su pollo Célestine y sin Dulce Micky. El portavoz del Departamento de Estado Phillip Crawley dice que el regreso de Baby Doc es “inconveniente”, como queriendo desligarse del tema. En cambio el gobierno francés dice que Duvalier es un hombre libre y puede hacer lo que quiera. Distintas maneras para referirse a un mismo criminal que se la pasó practicando terrorismo de Estado hasta que los estadounidenses y los franceses se cansaron de aguantarlo.
Ahora vuelve y, por lo que se lee, son muchos los haitianos que lo reciben entusiasmados. En la ONU y la OEA y la UE y la Unasur dicen que no entienden lo que está pasando. Esta bien, hubo un terremoto, una epidemia de cólera. Hay orden en la calle y ya no gobiernan los narcogenerales. Pero pasó un cuarto de siglo desde la partida de Baby Doc. Entraron millones de dólares, se hicieron muchos discursos, se armaron varias elecciones. El resultado está a la vista.
Mientras una ocupación extranjera macartea al líder de masas, Haití sigue siendo el país más pobre de Occidente. Si eso es lo que puede esperarse de la ayuda internacional, mejor decir no gracias y arreglarse con lo que hay.
sodonnell@pagina12.com.ar
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-160952-2011-01-23.html
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