Oí al Mensajero de Dios -la paz y las bendiciones de Dios sean con él-, diciendo:

«Quien de vosotros vea una mala acción, que la cambie con su mano, si no pudiera con su lengua, y si no pudiera, entonces en su corazón, y esto es lo más débil de la fe».

Lo transmitió Muslim.

Teléfono: 005068493-6876

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sábado, 11 de diciembre de 2010

El Extranjero.

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Por Daniel Goldman *

No hay duda de que siempre que se produce una pelea en donde hay que echar a los pobres de la tierra, los supuestamente más elevados, los que moran en el olimpo vuelven a poner en el tapete los argumentos que responden a modelos sociales y económicos que replican las condiciones xenófobas de la vida y resucitan las lógicas del prejuicio.

Este país que sostuvo como bandera la idea del crisol de razas, cíclicamente en el hoy expresa en boca de funcionarios la suerte de la intolerancia que resurge como parte del discurso neoliberal y que conlleva la intención de excluir a todo aquel que no sea blanco, apuesto y exitoso. Esta atribución de los paladines platinados, padres del progreso, que cargan la mítica idea de poblar estas latitudes desde la época de Neanderthal, esgrimen el argumento del indocumentalismo racista cuando la piel les es frotada por el conflicto irresuelto de una sociedad en la que se ven amenazados en la concentración de sus riquezas mixturadas con la frivolidad asociada a lo perverso.

Siendo así, me permito brevemente traer la reflexión teológica acerca de las palabras del patriarca Abraham cuando dice “Extranjero y habitante soy ante ustedes”. La exégesis se detiene en este versículo, insistiendo en la profunda idea de que todo hombre en su calidad humana habita únicamente la extranjería. Dicho de otro modo, acusar al otro de extranjero implica no reconocer la frágil condición de haber sido colonizado en los propios hábitos enajenantes, establecidos por los límites autoritarios de la condición discriminatoria. Inculpar al otro de extranjero es poner al descubierto nuestra propia alienación y asumir nuestra propia extranjería es dejar de ser extraños ante nosotros mismos.

Como hijo de polizontes indocumentados que llegaron a la Argentina en el año 1948, recomiendo la lectura de El extranjero, de Albert Camus, quien nos recuerda que los estigmas sociales denotan la insensibilidad, la desidia y el absurdo.


* Rabino.


http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-158448-2010-12-10.html

4 comentarios:

Rashida Jenny Torres dijo...

Me quito el sombrero ante este rabino, que Allah le bendiga, expresa su opinión y hace "algo" para mejorar el injusto trato que recibe el inmigrante pobre en cualquier país desarrollado.

Mientras tanto que hace la población musulmana? Como no han tocado nuestros intereses, a nadie le importa, aunque sea un pecado, injusticia y aberrante.

En este caso, es para mí más musulmán el rabino judío que nosotros los que nos jactamos de ser piadosos musulmanes y que ya hasta tenemos callos en la frente de tanto rezar.

Astagfirullah!!!!!

Rashida Jenny Torres dijo...

Asalamo aleikum herman@s, un hermano me envió a decir esto en privado, qué piensan?:

La verdad hermana Rashida que hayo tu comentario muy desafortunado, cargado de prejuicios e ignorancia. Yo se que tu eres de las personas que cree que el Islam puede basarse en meras opiniones personales pero tu comentario excede todos los limites del equilibrio y de la objetividad, Me pregunto si Allah bendice mucho a este rabino cuando recita de talmud en la parte que dice que Mariam es una ramera y su hijo un bastardo? faltaba mas

Rashida Jenny Torres dijo...

Otro hermano entonces me pidió que le respondiera ésto, con lo que estoy 100% de acuerdo:

Salamo 'aleicum wa ráhmatullah. En primer lugar, decile al hermano
musulmán ese que traiga el versículo del Talmud en que dice
exactamente eso, y traigamos a los verdaderos judíos ortodoxos
(Neturei Karta, Satmar Hassidic, etc) a ver si ese versículo realmente pertenece al Talmud.

En segundo lugar, aún cuando el Talmud dijera realmente eso, cosa que dudo mucho, decile a este hermano musulmán que lea un versículo del Corán que dice: "En asuntos de religión no hay imposición", y que piense en qué significa, porque su comentario islamista parece más basado en la opinión general de los musulmanes de a pie, que en los textos shari'i del Corán y la Sunnah auténtica.

En tercer lugar, decile al hermano que lea algo de historia musulmana.
Este comentario que vos hacés, de elogiar las virtudes de no musulmanes y hacer una autocrítica para tu comunidad, es una actitud
muy sana que ya fue practicada por nuestros piadosos predecesores.

Sobre elogiar las virtudes y la justicia de los no musulmanes, lo hizo el Profeta mismo (P y B), cuando recordó ya en Medina el pacto llamado Hilf al-Fudul (la Alianza de los Virtuosos), un pacto que hicieron los líderes idólatras de Qureish en el que se comprometían a defender al
débil y al extranjero de la más mínima agresión cometida por cualquier persona rica e influyente. El Profeta (P y B), que no había recibido
su misión en ese entonces, adscribió al pacto y fue testigo de él, y cuando ya había recibido la Revelación dijo en Medina:

"Estuve en un pacto tan excelente, que no cambiaría mi presencia en él
ni por una manada de camellos rojos. Y si me convocaran nuevamente a él (los líderes idólatras de Qureish), acudiría gustoso".

Sobre las expresiones autocríticas hacia la comunidad musulmana, que
no tienen el objetivo de menospreciar a los musulmanes como muchos pretenden, sino de despertarlos de su modorra, podemos citar palabras mucho más fuertes y escandalosas que las que tú escribiste, pronunciadas hace casi mil años por los primeros y rectos musulmanes que se enfrentaron a las invasiones europeas a Palestina, conocidas
como Cruzadas.

Rashida Jenny Torres dijo...

Según relata el sabio e historiador musulmán Ibn al-Azir
(rahimahulláh) en su Tarij al-Kamil (Historia Perfecta), en Febrero del año 1111, irrumpió en la mezquita del Califa de Bagdad,
al-Mustazhir billáh, el honorable cadí de Alepo Ibn al-Jasháb, reconocido como uno de los primeros predicadores que consagró su vida a despertar a los sultanes turcos y árabes de su modorra y organizar la resistencia contra los invasores cruzados. Llegó a esa mezquita acompañado de un nutrido grupo de ciudadanos de Alepo, entre quienes se encontraban imames, ascetas sufíes, mercaderes, y un jefe hashemita descendiente del Profeta (P y B). Bajaron al imam del púlpito y comenzaron a relatar con lamentos y gritos las desgracias acaecidas a los musulmanes, y las atrocidades cometidas por los cruzados durante la toma de Jerusalén. Hicieron esto durante dos viernes seguidos, al
tal punto que la gente en las calles de Bagdad decía "¡El rey de los romanos es más musulmán que el Príncipe de los Creyentes! (el
Califa)", cuando se supo la noticia de que el Califa al-Mustazhir billáh había recibido una carta del emperador bizantino Alejo Comneno, en la que instaba a los musulmanes a "unirse a los romanos bizantinos
para luchar contra los cruzados y expulsarlos definitivamente de las
tierras de Oriente".

Este tipo de actos y declaraciones, mucho más fuertes que la tuya, Rashida, allanaron el camino para que aparecieran en escena algunas décadas después los grandes héroes de la lucha contra los cruzados, como Imad ad-Dín Zanyi, su hijo Mahmud Nured-dín Zanyi, y su famosísimo lugarteniente devenido luego en Sultán de Egipto, Salah ed-Dín Yusuf Ibn al-Ayyúb, que Dios tenga piedad de todos ellos. En el año 1114, Ibn al-Jasháb organizaría él mismo, ante la muerte del corrupto y tiránico sultán Ridwán, la persecusión y ejecución en Alepo
de todos los secuaces de la secta de los batiníes (hashasín, secta de
los asesinos), que sumieron a los musulmanes en la confusión y la
derrota asesinando a los sultanes turcos sunníes. Y en el año 1124 Ibn al-Jasháb lideró la defensa de Alepo frente al asedio del rey cruzado Balduino II. Si no hubiera sido por la inteligenci, fuerza y liderazgo de este cadí shi'ita, Alepo, la segunda ciudad más importante de Siria y una de las principales de Medio Oriente, habría caído varias veces en manos de los cruzados.

Por lo tanto, Rashida, te aseguro que "quien basa su Islam en meras
opiniones" es quien te escribió eso, y que la opinión que tú has
expresado, a grandes rasgos, es la que verdaderamente tiene sustento
en los textos del Corán y la Sunnah, y la que es más coincidente con el ejemplo del Profeta (P y B), como hemos visto.

Wa salamo 'aleicum wa ráhmatullah. Mo'ámmer al-Muháyir.