El noveno mes lunar del calendario islámico lleva por nombre “Ramadán” رَمَضَان
Este año inicia el 27 de mayo y finaliza el 25 de junio.
El
Ramadán es el tercer pilar de la fe islámica.
Durante
este mes, los musulmanes nos abstenemos de comer, beber cualquier líquido o
mantener relaciones sexuales desde antes de que el sol salga (en Costa Rica a
las 4am aproximadamente) hasta que se oculta (6 de la tarde).
Iniciamos
antes de las 4 de la madrugada levantándonos a realizar la primera oración del
día y desayunando lo que en Costa Rica diríamos un buen “casado” o “gallo
pinto”.
Seguimos
con nuestra rutina diaria normal de manera que no se suspenden las labores a
las que estamos acostumbrados. Aun así, en algunos países de mayoría musulmana se
alteran los horarios y los negocios cierran de día para pasar durmiendo o
descansando y abren de noche. Algo con lo que no estoy de acuerdo, debido a que
la idea del ayuno es “padecer hambre” para saber en carne propia lo que sienten
las personas a las que siempre les falta comida y hacernos de esta manera, más
sensibles a sus necesidades.
Muchos
musulmanes abandonan hábitos dañinos que han adquirido durante el año, tal como
fumar, consumir cualquier tipo de droga o comida en exceso.
En
el ambiente general se respira un aire de esperanza, cariño, solidaridad y
comunión con el resto del mundo.
Se
evita en lo posible hacer chismes, murmuraciones o cualquier demostración de
odio hacia propios o extraños.
Aunque
parece difícil, no lo es. Los musulmanes pareciera que ya estamos preparados
psicológicamente para el mes del ayuno y aunque obviamente padecemos hambre y
sed, la parte más difícil resulta por lo general solo la primer semana y
tampoco es que nos desmayamos ni nada por el estilo. Esto se debe a que de manera
explícita, el ayuno solamente lo deben realizar las personas mayores de edad
que se encuentran en perfecto estado de salud, de tal manera que tanto los
ancianos como enfermos, niños o mujeres en estado de embarazo, menstruación y lactancia, así como los musulmanes que se
encuentran de viaje o realizando trabajos que exigen demasiado esfuerzo físico,
deben abstenerse de ayunar. Por lo cual, pueden reponer los días que perdieron
el ayuno durante el resto del año o no tener que hacerlo del todo si sus condiciones
e impedimentos no varían.
A
las 6 de la tarde rompemos el ayuno con un vaso de agua y algo dulce. En los
países árabes se acostumbra comer unos cuantos dátiles, en mi caso, me limito a
un banano o alguna fruta deshidrata.
Luego
de eso, realizamos la oración correspondiente y procedemos a cenar.
Lo
más recomendable es que la alimentación sea variada y no pesada, se trata de un
tiempo de comida y no de recuperar todos los tiempos de comida perdidos durante
el día.
Los
musulmanes que tienen posibilidad asisten a la mezquita en donde comparten con
todos los demás los diversos alimentos que se preparan y llevan para
intercambiar tanto experiencias como para fortalecer los lazos familiares y
comunitarios.
Para
esta época es muy común que las mezquitas estén siempre abiertas para
todos y se invite a la comunidad en
general a participar de las actividades que se desarrollan.
Durante
todo el sagrado mes, los musulmanes asisten a la mezquita para celebrar el
“salat atarahuí”, el cual aparte de las oraciones respectivas incluye recitar
una de las 30 partes en las que se divide el sagrado Corán para ser expresadas
de la manera más respetuosa, solemne y sensible posible durante todo el mes.
Ramadán
termina con una fiesta en la que muchas personas se afanan por demostrar sus
habilidades culinarias, se reparte la caridad obligatoria al necesitado que
tengamos más cerca o sea, el cuarto pilar de nuestra fe , el cual en idioma
árabe se pronuncia como “zakat” y consiste en el 2,5% de las ganancias que se
obtuvieron durante el año.
Le
pido a Allah que transforme los corazones de los musulmanes en todo el mundo
para que nos comportemos el resto del año de la misma manera en que lo hacemos
durante el mes de Ramadán.
Extiendo
también cordialmente una invitación general para que visiten mi casa que también
es la de todos ustedes, a cualquier persona creyente o no que desee compartir
conmigo y mi familia durante este mes.
¡Que
Dios les bendiga y recompense!
Rashida Jenny Torres
Musulmana costarricense.
1 comentario:
Muy interesante tengo un amigo musulman y me a hablado mucho de todo esto
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