Tenía mi hija 6 años de edad iba a jugar a tres casas de la nuestra donde una vecina tenía una tres niñas de edades menores o mayores que la mía, una de ellas era compañera del kinder.
Un día llegó de donde ellas sin sus zapatos marca Kickers y traía puestos unas sandalias de hule baratísimas mucho más pequeñas que lo que ella calzaba.
Le pregunté qué había sucedido y me dijo que la mamá de las amigas le preguntó si quería cambiar sus zapatos por esos otros y mi hija respondió que sí.
Me fui para donde la vecina que por cierto era una mujer a la que la mayor parte del barrio le temía por tener fama de matona y escandalosa.
Cuando le pedí que por favor devolviera los zapatos, con cara de "yo no fui" respondió:
- Como su chiquita los quería me dio lástima y al preguntarle si deseaba cambiarlos, respondió que sí, por eso lo hice.
Le expliqué que los niños a esas edades, no tienen noción del valor de las cosas o de situaciones delicadas, que la responsabilidad recae en los adultos que sí podemos diferenciarlas.
Con mala cara devolvió el par de zapatos y nunca más permití que mi hija regresara a jugar a esa casa, pues si la vecina era capaz de engañarla de esa manera, quién sabe de cuántas otras lo podía hacer y perjudicar.
Recordé esto ahora que observé el siguiente titular en la prensa y el cual informa:
Un día llegó de donde ellas sin sus zapatos marca Kickers y traía puestos unas sandalias de hule baratísimas mucho más pequeñas que lo que ella calzaba.
Le pregunté qué había sucedido y me dijo que la mamá de las amigas le preguntó si quería cambiar sus zapatos por esos otros y mi hija respondió que sí.
Me fui para donde la vecina que por cierto era una mujer a la que la mayor parte del barrio le temía por tener fama de matona y escandalosa.
Cuando le pedí que por favor devolviera los zapatos, con cara de "yo no fui" respondió:
- Como su chiquita los quería me dio lástima y al preguntarle si deseaba cambiarlos, respondió que sí, por eso lo hice.
Le expliqué que los niños a esas edades, no tienen noción del valor de las cosas o de situaciones delicadas, que la responsabilidad recae en los adultos que sí podemos diferenciarlas.
Con mala cara devolvió el par de zapatos y nunca más permití que mi hija regresara a jugar a esa casa, pues si la vecina era capaz de engañarla de esa manera, quién sabe de cuántas otras lo podía hacer y perjudicar.
Recordé esto ahora que observé el siguiente titular en la prensa y el cual informa:
"Niña de 10 años escapa de casa con el novio de su abuela en Sarapiquí".
"Según trascendió a nivel judicial, el hombre no sustrajo a la menor, sino que esta se marchó con él por su propia voluntad, ya que en apariencia se encontraba enamorada del sujeto y quería vivir con este lejos de su familia".
¿Cómo es posible Dios mío que nuestra sociedad le arrogue a una niña de 10 años la culpa y responsabilidad por haberse fugado con un hombre de 40?
Por eso es que existen leyes claras en todos los países del mundo en donde los menores de edad no tienen las mismas responsabilidades, deberes o derechos que los adultos.
Que a estas alturas una persona diga que no raptó a una niña de 10 años, sino que se la llevó porque ella se lo pidió, demuestra el nivel de obscenidad, descaro y perversidad que está sufriendo la sociedad en todos los ámbitos de lo cotidiano.
Bien lo dijo Bertolt Brecht:
"Qué tiempos serán los que vivimos que hay que defender lo obvio".
Por eso es que existen leyes claras en todos los países del mundo en donde los menores de edad no tienen las mismas responsabilidades, deberes o derechos que los adultos.
Que a estas alturas una persona diga que no raptó a una niña de 10 años, sino que se la llevó porque ella se lo pidió, demuestra el nivel de obscenidad, descaro y perversidad que está sufriendo la sociedad en todos los ámbitos de lo cotidiano.
Bien lo dijo Bertolt Brecht:
"Qué tiempos serán los que vivimos que hay que defender lo obvio".
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