Oí al Mensajero de Dios -la paz y las bendiciones de Dios sean con él-, diciendo:

«Quien de vosotros vea una mala acción, que la cambie con su mano, si no pudiera con su lengua, y si no pudiera, entonces en su corazón, y esto es lo más débil de la fe».

Lo transmitió Muslim.

Teléfono: 005068493-6876

99 nombres de Allah

Islam y Musulmanes de Costa Rica

¿Qué piensas del Islam?


viernes, 10 de junio de 2016

El Paraíso no siempre está debajo de los pies de las madres.

El Paraíso no siempre está debajo de los pies de las madres.

Luego del horror que genera la noticia de que una madre musulmana, como tantas otras, ha quemado viva a su hija por haber cometido el sacrilegio de casarse con un hombre que no le agradaba, considero justo y necesario realizar algunas aclaraciones al respecto.
Durante el tiempo que tengo de haber escogido el Islam como mi fe y estilo de vida, he sido testigo tanto presencial, como de excepción de todos los horrores a los que nos vemos expuestos por parte de los fanáticos.
Si bien es cierto y tal como sucede con el resto de las diferentes culturas alrededor del planeta, las mujeres somos víctimas fáciles de la violencia degenerada y gratuita por parte de hombres abusadores, en honor a la verdad, no se puede ni debe evitar denunciar la violencia que sufren también, tanto varones como mujeres musulmanes por parte de muchas madres musulmanas.
Las agresoras, se basan en los siguientes hadices o relatos del Profeta Muhámmad:

Abu Huraira narró que un hombre vino al Profeta Muhámmad y le preguntó que ¿quién de entre los suyos tenía más derechos sobre él? El profeta respondió "Tu madre", entonces el  otro preguntó "¿Quién después?" a lo que el Profeta respondió de nuevo "Tu madre". El otro preguntó de nuevo "¿Quién es el siguiente?", el Profeta respondió de nuevo "Tu madre". Cuando el hombre le preguntó quien después de ella, el Profeta le dijo "Tu padre".
En otra narración el Profeta Muhámmad dijo: "El paraíso se encuentra a los pies de las madres".

Una persona se acercó al Profeta Muhámmad y se quejó de que su madre era malhumorada. El mensajero de Allah dijo "ella no era malhumorada cuando te tuvo en su vientre durante nueve meses". La persona insistió "Oh Profeta, yo te estoy diciendo la verdad, ella es malhumorada". El Profeta Muhámmad dijo, "Ella no era malhumorada cuando solía mantenerse despierta durante toda la noche por tu causa y te alimentaba". "Yo he recompensado todos estos servicios de mi madre" se jactaba el demandante. Entonces el Profeta preguntó "¿Cómo la has recompensando?". Respondió "Le ayudé realizar el Hajj cargándola sobre mis hombros. Entonces el Profeta le dijo "¿Podrías recompensar también los dolorosos espasmos que tu madre padeció al momento de darte a luz?".

Estos relatos muestran  sin lugar a dudas, el más alto grado de respeto, amor y consideración por parte del profeta Muhámmad hacia las madres, lo cual produce una satisfacción infinita para tantas mujeres que por años fueron invisibilizadas dentro de la cultura patriarcal.
Cuando armamos a un delincuente con armas peligrosas, no dudará un momento en utilizarlas en nuestra contra y esto es precisamente lo que hacen las musulmanas agresoras para doblegar a toda costa la voluntad de sus hijos e imponerles la propia, esté bien o mal.
Es por esa misma razón que se convierten en dictadoras dentro y fuera de su casa, tratando de controlar de manera perversa todos los ámbitos de las vidas de sus hijos, vivan o no con ellas. Se entrometen en la vida matrimonial de sus hijos, esclavizan a sus nueras a placer y crían niños que como siempre, aprenden las mismas conductas.
El caso de marras, nos informa sobre cómo una joven, decidió casarse en Pakistán por amor y no por imposición. Abandonó la casa materna y se casó con todas las de ley con un hombre del que se encontraba profundamente enamorada.
La madre criminal, no lo pudo tolerar y de manera premeditada tramó la forma para asesinar al fruto de su vientre. Le pidió ayuda a otro hijo y después de suplicarle que les acompañara, la llevaron de nuevo a casa, la amarraron a un catre, vertieron queroseno en su cuerpo y procedieron a quemarla viva.
Ya que el atroz crimen sucedió durante el sagrado mes de Ramadan, me pregunto si bestias de este tipo, consideran que el hecho, no anula su ayuno.
El único consuelo y esperanza que nos queda es esperar que al menos, los musulmanes con sentido común y equilibrio, tengan como estandarte en sus vidas, la máxima del sagrado Corán que nos dice:
“Quien mata a una persona sin que ésta haya cometido un crimen o sembrado la corrupción en la Tierra, es como si matara a toda la humanidad. Y quien salva una vida es como si salvara a toda la humanidad”.
Corán 5,32.
Espero que el iftar de todos, les satisfaga, a mí, se me atora en la garganta al ver que en ninguna mezquita se trata el tema porque todos están preocupados en recitar el sagrado Corán, convertir los centros y casas en clubes sociales y esconder nuestra basura debajo de las caras alfombras.
¿Cuándo comenzaremos a actuar responsablemente, cuántos Ramadanes más tendrán que venir y cuántas personas inocentes tendrán que morir para que veamos lo que nadie quiere ver?

Rashida Jenny Torres
Musulmana costarricense.

No hay comentarios: