Oí al Mensajero de Dios -la paz y las bendiciones de Dios sean con él-, diciendo:

«Quien de vosotros vea una mala acción, que la cambie con su mano, si no pudiera con su lengua, y si no pudiera, entonces en su corazón, y esto es lo más débil de la fe».

Lo transmitió Muslim.

Teléfono: 005068493-6876

99 nombres de Allah

Islam y Musulmanes de Costa Rica

¿Qué piensas del Islam?


lunes, 20 de junio de 2016

Soy musulmana y defiendo a la población LGBT

El reciente asesinato de unas 50 personas de la comunidad LGBT en la ciudad de Orlando, EEUU; llama profundamente la atención sobre la importancia que debemos dar los musulmanes hoy más que nunca a nuestra tan cacareada tolerancia.
Aunque muchas pruebas apuntan a que el asesino era un homosexual reprimido y por lo tanto frustrado, valga la ocasión para hacer algunas aclaraciones que muchos ignoran o lo que es peor, ocultan para generar odio.
Voy a ser clara, en el sagrado Corán, de la misma manera que en las otras dos religiones monoteístas y con idéntico origen, se prohíben las relaciones sexuales fuera del matrimonio: A quienes de vosotros lo cometiesen, castigadles y reprochadles severamente. Pero si se arrepienten y enmiendan dejadles en paz. Allah es Indulgente, Misericordioso” (An-Nisa', 4:16). Y Lot, cuando le dijo a su pueblo: ¿Cometéis esa inmoralidad abiertamente y en público? ¿Os acercáis a los hombres con deseo en lugar de las mujeres? Realmente ignoráis la magnitud del castigo que os aguarda. (Al-Naml, 27:55). ¿Cometéis una inmoralidad de la que no hay precedentes en la humanidad? 81. Satisfacéis vuestros deseos con los hombres en vez de las mujeres; en verdad sois unos desvergonzados” (Al-A’raf, 7:80-81).
La prohibición no resulta por lo tanto, novedosa; lo que sí llama poderosamente la atención es el hecho de cómo, un pecado o falta más, se ha ido magnificando de manera peligrosa e innovadora, tanto así que en países como: Yemen, Sudán, Somalia, Sierra Leona, Nigeria, Mauritania, Irán, EAU, Arabia Saudita; practicarla es penada con la muerte.
Es bien sabido o lo que es peor, obviado por los musulmanes fanáticos; que desde tiempos anteriores a los del Profeta (pbsce), existían hombres andróginos, sin deseo sexual hacia las féminas, los que evitaban contraer matrimonio con ellas y hasta los afeminados; quienes eran defendidos por el mismo profeta Muhámmad de sus compañeros homofóbicos, tal como Abu Huraira quien deseaba matarlos y le molestaba sobremanera que el Profeta permitiera que las mujeres se mostraran ante ellos con hijab y ropas femeninas: los mukhanathun. Estos hadices los podemos encontrar en el Libro de Adab de Abu Dawud, Número 4928 (4:282), Libro 41 Número 4910.
Los mukhanathun es la población que al día de hoy consideramos como LGBT y que musulmanes fanáticos se han dado a la tarea de perseguir, acusar, señalar y asesinar; arrogándose el derecho de decidir por encima de Allah quién merece vivir y quién no ya que, en ningún lugar del sagrado Corán se especifica que su falta debe ser castigada con la muerte.
Si bien es cierto, la relación sexual homosexual es vista como falta grave dentro de nuestra fe, también lo son las relaciones sexuales anales que son practicadas de manera normal y muy bien vistas entre los musulmanes heterosexuales cuando mantienen contacto con mujeres vírgenes para que las mismas lleguen “puras”, en otras palabras, con el himen intacto al matrimonio y ahí “no ha pasado nada”.
El rechazo, odio y segregación a la población LGBT en países islámicos es solo comparable con el apartheid, colonización y racismo que han sufrido tanto la población negra como nativa tanto en África como en la India o Estados Unidos de Norteamérica; millones de los cuales, precisamente, también son o fueron musulmanes. De la misma manera y más reciente, la creciente islamofobia promovida por los países occidentales o gente ignorante que nos ve y trata como una peligrosa amenaza o epidemia mundial que debiera ser erradicada a toda costa.
Es por esta razón que resulta incomprensible que sea precisamente una parte de la población musulmana que conociendo de primera mano lo que es ser víctima de prejuicios, crímenes de todo tipo, malos tratos e injusticias; quienes dirijan sus frustraciones causadas en gran parte por mero puritanismo y absurda mojigatería, los que se rasgan las vestiduras hacia una población que no nos hace daño alguno más que el mundo de verdaderas faltas graves ya sea cometidas con dolo o por mera omisión hacia la población más débil e indefensa de nuestras comunidades.
Es la misma aversión que muestran las poblaciones musulmanas en cualquier lugar del mundo a mostrar el afecto de manera natural entre hombre y mujer, la que inclusive puede promover conductas que incentivan escoger una preferencia sexual homosexual aunque bien sabemos que muchos nacen ya con esta condición.
Si tomamos en cuenta las dotes astronómicas e inalcanzables para el grueso de la población masculina musulmana en donde los padres convierten a sus hijas en una vía, escape o manera fácil de salir de la pobreza y condenando de esta manera a los hombres a no poder desarrollar su natural sexualidad con mujeres, los empuja a satisfacer la necesidad natural de mantener relaciones sexuales con personas de su mismo sexo.
La maldita separación de sexos que comenzó en las mezquitas cuando Umar Bin al Jattab, hiperceloso de que alguien observara a su bella esposa, ordenó que las mujeres fueran relegadas o escondidas como si fuera motivo terrible de vergüenza ser mujer, para que nadie pudiera admirar la belleza de su esposa, se fue extendiendo ya a los demás ámbitos de la vida de los musulmanes ya que muchos, tal vez con la mejor de las intenciones, consideraron que esta innovación era “buena” para la comunidad sin tomar en cuenta o advertir lo terrible de dicha exclusión.
Comenzaron entonces los hombres a realizar sus actividades solo con hombres, de la misma manera que las mujeres solamente se podían reunir con mujeres. Bailes, fiestas, dormir juntos, hombre - hombre y mujer - mujer, no se veía mal porque no era hombre - mujer.
Y así los musulmanes fueron degenerando lo que desde un principio es lo normal: la sana convivencia hombre - mujer sin imposiciones de ningún tipo.
Los musulmanes que insisten en justificar su homofobia basados en que Allah erradicó a Sodoma y Gomorra solamente porque su población mantenía relaciones homosexuales, olvidan de manera muy conveniente que Allah también erradicó en tiempos de Noé a toda la humanidad por pecar de todas las formas posibles:
“…y Noé llamó a su hijo que se encontraba en un lugar apartado: ¡Oh, hijito mío! Embárcate con nosotros y no te cuentes entre los incrédulos. Dijo: Me refugiaré en una montaña que me protegerá de las aguas. Dijo: Hoy no habrá nada que pueda socorreros del designio de Allah, y sólo se salvará aquel a quien Allah le tenga misericordia; y las olas se interpusieron entre ambos, y [su hijo] se contó entre los ahogados”. (Corán 11:42-43) “Y fue ordenado: ¡Oh, tierra! Traga tu agua. ¡Oh, cielo! Deja de llover. Y entonces el agua fue descendiendo y así se cumplió el designio, y [la embarcación] se detuvo y se asentó sobre el monte Yudii, y fue dicho: ¡La maldición recayó sobre los inicuos y fueron exterminados!” (Corán 11:44)
Así que, si usted es un musulmán homofóbico ¿por qué entonces no aplica el mismo criterio y comienza a pensar en asesinar a toda la humanidad, incluidos a nosotros mismos los musulmanes heterosexuales ya que, también pecamos? La respuesta es fácil, usted es consciente que también comete faltas, ama a su familia que también peca y ama la vida. Aplique entonces por favor aquel dicho tan justo: “No juzgue a otro solo porque peca diferente a usted”.
Le invito cordialmente a que en vez de juzgar y condenar a la población LGBT, medite qué puede hacer usted para facilitar la calidad de vida de ellos, de la misma forma en la que muchas personas que sin ser musulmanes, se desviven por erradicar la islamofobia y demostrar que somos seres humanos que hemos nacido o escogido un modo de vivir diferente al de ellos que merecemos todo el respeto, comprensión, justicia, equidad y derechos al igual todo ser viviente en la Tierra.
Rashida Jenny Torres
Musulmana costarricense.

domingo, 12 de junio de 2016

Sobre el atentado en Orlando, EEUU.

Según parece, el asesino de más de 50 personas y otras tantas heridas en una discoteca para personas homosexuales en Orlando, es un fanático musulmán.
De ser así,  este hecho atroz,  implica, otra llamada de atención para todos los musulmanes que evitan a toda costa tratar estos temas en sus mezquitas,  lugares de reunión e incluso sus propios hogares.
Inmediatamente muchos saldrán a decir que el asesino "no era musulmán" porque el Islam no permite la muerte de seres inocentes. Lo cual resulta una verdad a medias puesto que, si bien es cierto, el Islam prohíbe de manera tajante asesinar a personas inocentes, el criminal sí es musulmán, fanático, pero musulmán al fin y al cabo, aunque no lo queramos aceptar.
Inshallah algún día los musulmanes pensantes, conscientes y responsables, logren anteponer la razón al corazón y pierdan el miedo a todos los tipos de fanatismo que obstaculizan que seamos conocidos como "la mejor gente De la humanidad". Sin embargo,  mientras nos sigamos desviando  del tema o culpemos a la islamofobia, todo será en vano.
Sirva ésta terrible historia para recordarles a mis hermanos no musulmanes y ateos, uno de los pasajes más bellos del sagrado Corán  y que dice:
"Quien mata a una persona sin que ésta haya cometido un crimen, es como si matara a toda la humanidad. Y quien salva una vida es como si salvara toda la humanidad".
Corán 5,32.

viernes, 10 de junio de 2016

El Paraíso no siempre está debajo de los pies de las madres.

El Paraíso no siempre está debajo de los pies de las madres.

Luego del horror que genera la noticia de que una madre musulmana, como tantas otras, ha quemado viva a su hija por haber cometido el sacrilegio de casarse con un hombre que no le agradaba, considero justo y necesario realizar algunas aclaraciones al respecto.
Durante el tiempo que tengo de haber escogido el Islam como mi fe y estilo de vida, he sido testigo tanto presencial, como de excepción de todos los horrores a los que nos vemos expuestos por parte de los fanáticos.
Si bien es cierto y tal como sucede con el resto de las diferentes culturas alrededor del planeta, las mujeres somos víctimas fáciles de la violencia degenerada y gratuita por parte de hombres abusadores, en honor a la verdad, no se puede ni debe evitar denunciar la violencia que sufren también, tanto varones como mujeres musulmanes por parte de muchas madres musulmanas.
Las agresoras, se basan en los siguientes hadices o relatos del Profeta Muhámmad:

Abu Huraira narró que un hombre vino al Profeta Muhámmad y le preguntó que ¿quién de entre los suyos tenía más derechos sobre él? El profeta respondió "Tu madre", entonces el  otro preguntó "¿Quién después?" a lo que el Profeta respondió de nuevo "Tu madre". El otro preguntó de nuevo "¿Quién es el siguiente?", el Profeta respondió de nuevo "Tu madre". Cuando el hombre le preguntó quien después de ella, el Profeta le dijo "Tu padre".
En otra narración el Profeta Muhámmad dijo: "El paraíso se encuentra a los pies de las madres".

Una persona se acercó al Profeta Muhámmad y se quejó de que su madre era malhumorada. El mensajero de Allah dijo "ella no era malhumorada cuando te tuvo en su vientre durante nueve meses". La persona insistió "Oh Profeta, yo te estoy diciendo la verdad, ella es malhumorada". El Profeta Muhámmad dijo, "Ella no era malhumorada cuando solía mantenerse despierta durante toda la noche por tu causa y te alimentaba". "Yo he recompensado todos estos servicios de mi madre" se jactaba el demandante. Entonces el Profeta preguntó "¿Cómo la has recompensando?". Respondió "Le ayudé realizar el Hajj cargándola sobre mis hombros. Entonces el Profeta le dijo "¿Podrías recompensar también los dolorosos espasmos que tu madre padeció al momento de darte a luz?".

Estos relatos muestran  sin lugar a dudas, el más alto grado de respeto, amor y consideración por parte del profeta Muhámmad hacia las madres, lo cual produce una satisfacción infinita para tantas mujeres que por años fueron invisibilizadas dentro de la cultura patriarcal.
Cuando armamos a un delincuente con armas peligrosas, no dudará un momento en utilizarlas en nuestra contra y esto es precisamente lo que hacen las musulmanas agresoras para doblegar a toda costa la voluntad de sus hijos e imponerles la propia, esté bien o mal.
Es por esa misma razón que se convierten en dictadoras dentro y fuera de su casa, tratando de controlar de manera perversa todos los ámbitos de las vidas de sus hijos, vivan o no con ellas. Se entrometen en la vida matrimonial de sus hijos, esclavizan a sus nueras a placer y crían niños que como siempre, aprenden las mismas conductas.
El caso de marras, nos informa sobre cómo una joven, decidió casarse en Pakistán por amor y no por imposición. Abandonó la casa materna y se casó con todas las de ley con un hombre del que se encontraba profundamente enamorada.
La madre criminal, no lo pudo tolerar y de manera premeditada tramó la forma para asesinar al fruto de su vientre. Le pidió ayuda a otro hijo y después de suplicarle que les acompañara, la llevaron de nuevo a casa, la amarraron a un catre, vertieron queroseno en su cuerpo y procedieron a quemarla viva.
Ya que el atroz crimen sucedió durante el sagrado mes de Ramadan, me pregunto si bestias de este tipo, consideran que el hecho, no anula su ayuno.
El único consuelo y esperanza que nos queda es esperar que al menos, los musulmanes con sentido común y equilibrio, tengan como estandarte en sus vidas, la máxima del sagrado Corán que nos dice:
“Quien mata a una persona sin que ésta haya cometido un crimen o sembrado la corrupción en la Tierra, es como si matara a toda la humanidad. Y quien salva una vida es como si salvara a toda la humanidad”.
Corán 5,32.
Espero que el iftar de todos, les satisfaga, a mí, se me atora en la garganta al ver que en ninguna mezquita se trata el tema porque todos están preocupados en recitar el sagrado Corán, convertir los centros y casas en clubes sociales y esconder nuestra basura debajo de las caras alfombras.
¿Cuándo comenzaremos a actuar responsablemente, cuántos Ramadanes más tendrán que venir y cuántas personas inocentes tendrán que morir para que veamos lo que nadie quiere ver?

Rashida Jenny Torres
Musulmana costarricense.

jueves, 9 de junio de 2016

Hora de combatir.

Mucha gente se siente más que feliz, aliviada con el fin de la bazofia de programa que resulta "Combate".
Algunos alegan que somos los padres los que tenemos la obligación de cuidar qué es lo que ven nuestros hijos, es cierto. Sin embargo, como no puedo cuidar lo que ven los hijos de los demás y éstos llegan a las escuelas y colegios comentando "lo bueno" que estuvo tal o cual programa, obviamente los niños como seres curiosos que son, van a querer saber de qué se trata, por eso, aunque en casa no vean estos programas, sus compañeros y amigos les traerán los pormenores de los mismos; lo cual, influirá de una u otra manera en su psiquis.
Sobradas razones para celebrar el cierre de Combate pero, ¿qué hay con el resto de tele basura que nos inunda a toda hora?
Y es que basta solamente unos minutos de cualquier programa para encontrar decadencia por doquier.
Los medios informativos se regodean en reproducir lo fácil, estúpido y estereotipado.
Claro, pensar no es un ejercicio por el cual se caracteriza nuestra sociedad.
El tico necesita hacer las cosas de manera mediocre para jugar de vivazo creyendo que nadie nota el mínimo esfuerzo que realiza en lo poco que hace y que aún así considera sobrehumano, con tal de ahorrar tiempo y tener un poco más de ganancias con el mínimo de esfuerzo.
La mediocridad está enraizada cual nefasta metástasis en todos los ámbitos de nuestras vidas.
Con muy pocas excepciones, son pocas las instituciones gubernamentales o privadas que se aboquen a ofrecer la excelencia como su más preciado servicio.
Basta salir a la calle y observar calles colapsadas, infraestructura desordenada, zopilotes en todas las filas de los diversos trámites que tengamos que hacer.
Nos pasamos quejando de las argollas sólo cuando no estamos dentro de ellas.
Nuestra sociedad es decadente y me duele ser testigo de cómo nos dirigimos como ovejas hacia el matadero sin tener verdadera conciencia de que el cambio sólo puede funcionar cuando cada uno actúe de manera responsable y en consecuencia.
Soy optimista y confío en que los pocos que tememos el caos total, logremos de una u otra manera, virar en la dirección correcta,  creando los cambios necesarios, dolorosos en muchos casos y urgentes en todos, ¡estamos a tiempo, no todo está perdido!

Rashida

El crimen más atroz.

Una madre quema a su hija por haber elegido ella misma a su marido. Contó con la ayuda del hermano de la víctima, el cual, debía limpiar el honor de la familia.
¡Puta! Estamos deseando descubrir agua o indicios de vida fuera de nuestro planeta mientras no cuidamos ni nos importa lo que sucede en el nuestro.
Amo la ciencia, sin embargo, mientras existan personas que consideren al otro de su propiedad o un estorbo para alimentar su ego, no le encuentro sentido a mejorar la calidad de vida en temas tecnológicos.
Que sean mujeres quienes les practican la ablación genital a sus propias hijas por miedo a que puedan sentir el placer sexual que también las suyas les cercenaron como si fuera pecado y todo para satisfacer el salvajismo de culturas en las que ellas mismas permiten al hombre que las domine y doblegue, no me entra en la cabeza.
Que la mujer que  llevó nueve meses en su vientre y parió con dolores indescriptibles a una criatura culpable únicamente de haber nacido en medio de la ignorancia y estupidez para  terminar siendo asesinada por su progenitora, indican el nivel de decadencia de nuestra fallida humanidad.
Ocurrió en Pakistán, pero también ocurre en el resto del mundo, por diferentes razones y motivos, solamente que con métodos diferentes para aniquilar las ansias de libertad.
En nuestro país, la epidemia de violencia en la que nos encontramos enfrascados, comienza con los niños desde que nacen, continúa en los centros educativos, ámbito laboral y termina cuando los abandonamos ya de ancianos en cualquier hospital porque nos estorban en nuestras vacaciones.
¿Qué hemos hecho para merecer ésta ignominia?
Nada. Precisamente ése es el origen de todo.

Rashida Jenny Torres.