Todos los días me topo con ellos cuando salgo a caminar por la madrugada, me siento privilegiada de observarlos escoger la ruta 126, en la que se encuentra mi casa, para practicar su deporte favorito, aunque de la misma manera abundan en el resto del país.
No hay una sola mañana o día, especialmente los fines de semana en donde observe cuán sensibles, nobles y valientes son.
Suelen saludar a quien se topan a pie amistosamente y aún sudando la gota gorda, ofrecen a los caminantes un gentil: ¡Buenos días!
Si encuentran algún animal o persona en sufrimiento, no dudan un segundo en detener su viaje y ayudar.
Les gusta hacer paradas en las pulperías de los pueblos y mientras se hidratan o alimentan con algo liviano, entablar una pequeña conversación con los lugareños.
Me encanta y llena de curiosidad escuchar y saber en qué terminan las conversaciones que intercambian con sus compañeros de viaje.
Es fácil saber cuándo uno de ellos es principiante en el ciclismo puesto que los demás les ofrecen consejos durante la marcha.
Los que van en solitario, se encuentran atentos a todo y a todos.
En los últimos años, más mujeres desean experimentar este bello deporte y resulta muy agradable observar a parejas o inclusive ellas solas, pedaleando sin parar.
Reconozco a los profesionales de los aficionados por sus uniformes, concentración cantidad y aun así, todos tienen su propia magia y encanto.
Es por esta razón que me extraña que algunas personas los sientan como "estorbos" en el camino porque...¡Qué diferente sería nuestro país si al menos la mitad de las personas que conducen automotores y nosotros mismos como peatones, pusiéramos en práctica los modales de los ciclistas!
Noto que algunas personas, sobretodo conductores y obesos, los catalogan como "vagos", mientras quienes les critican y sienten incómodos, quedan al borde de un paro cardiaco si tienen que caminar un poco o desperdiciar tiempo y belleza del paisaje en las interminables y fastidiosas presas.
Muchos de los que les critican son precisamente los que prefieren jartarse esas presas por horas para dirigirse a un exclusivo gimnasio y publicar la inflatable fotografía con el sudoroso paño.
Rashida Jenny Torres
Musulmana costarricense
No hay comentarios:
Publicar un comentario