Oí al Mensajero de Dios -la paz y las bendiciones de Dios sean con él-, diciendo:

«Quien de vosotros vea una mala acción, que la cambie con su mano, si no pudiera con su lengua, y si no pudiera, entonces en su corazón, y esto es lo más débil de la fe».

Lo transmitió Muslim.

Teléfono: 005068493-6876

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lunes, 15 de agosto de 2011

Las marchas de las putas.

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Marcha de las Putas, San José Costa Rica, agosto 2011.

Este fin de semana se ¨celebró¨ en mi Costa Rica y siguiendo el ejemplo de tantos otros países alrededor del mundo, la famosa Marcha de las Putas.

El movimiento tiene su origen en Canadá. Se desató luego de que en enero de este año 2011, el policía Michael Sanguinetti, durante una conferencia sobre seguridad civil en Osgoode Hall Law School en Toronto, asegurara que “las mujeres deben evitar vestirse como ‘putas’ para no ser víctimas de la violencia sexual”.

El hombre tuvo que disculparse públicamente y recibió una sanción disciplinaria, pero ya el daño estaba hecho y desencadenó una ola de indignación a nivel mundial entre todas las mujeres que defienden su derecho a vestir como se les antoje.

El pandemonium tico se desató el pasado 2 de agosto cuando un obispo católico, Francisco Ulloa, y un cardenal mexicano, Francisco Robles, durante la homilía de la patrona de los costarricenses La Virgen de los Ángeles, instaron a las mujeres a vestir con "recato".

En teoría resulta completamente razonable y hasta necesario dar un escarmiento a trogloditas como este policía o pastores religiosos que han osado transgredir los límites de la libertad y el respeto a los derechos civiles de nosotras las mujeres, en teoría.

La marcha ¨nuestra¨ se preocupó por conservar el espíritu festivo y liberal de sus predecesoras y se esforzaron en gran manera por darle un toque criollo aprovechando al máximo la oportunidad de poder explayarse de una forma bastante desenfadada para tratar de hacer llegar su mensaje de la manera más clara posible.

Si bien es cierto, la marcha orgullosamente costarricense, no fue tan diferente de las de otros países en las que los ¨slutwalkers¨, se lucieron con diferentes y variados estilos de ropa o nada de ella, y hasta representaciones de felaciones hombre-hombre frente a niños, me ha llamado la atención observar como muchas de las auto-proclamadas putas usaran velos islámicos para representar la supuesta ¨opresión¨ a las que las quiere someter tanto la iglesia Católica como parte de la propia sociedad en la que se desenvuelven.

Resulta completamente paradójico comparar a estas orgullosas putas con las que veo a diario cerca de la parada de autobuses TUASA de mi ciudad Alajuela en Costa Rica, las de la parada de Tuasa andan vestidas de lo más normal del mundo, todos sabemos a qué se dedican pero no tienen que semidesnudarse ya para venderse al mejor postor.
Tienen celular, se paran o sientan en algún lugar estratégico y al decir verdad son bastante discretas en su comportamiento.

Valga recalcar que a la marcha de Costa Rica decidieron unírsele bastante varones, seguramente putos hastiados de ser también obligados a vestir con recato y ver alterado por completo su estilo de vida.

Elementos en común son los carteles de todo tipo, cadenas enteras o rotas, escenas de sado-masoquismo y todo en aras de protestar por unas palabras dichas dentro de un contexto político o religioso.

Hoy un día después de su pintoresca protesta, me pregunto si los manifestantes se sentirán ganadores de esta batalla por la dignidad y si continuarán protestando más y más por este tema tan importante para ellos.

La muerte de miles de somalíes, los desastres naturales, los disturbios en Europa y la volatilidad de las bolsas de valores en los mercados mundiales, junto con el calentamiento global pasan a segundo plano cuando nos tocan un derecho imprescindible: vestir como queramos.

Yo, como mujer, madre, trabajadora y musulmana portadora del velo por decisión propia, sintiéndome siempre orgullosa de cómo me veo, de lo que soy y represento, siento que este tipo de manifestaciones no representa de forma alguna los derechos de las mujeres o de cualquier ser indefenso a no ser abusado tanto física como sexualmente.

A mí me han faltado el respeto cubierta por completo y en un país como este que no es islámico y en donde todos pueden vestir como quieren.

He sorprendido a varones cuando voy en el autobús hacia el trabajo, tratando de levantar mi falda disimuladamente para tratar de ver por lo menos mi tobillo.

Entonces, entiendo que quitarse toda la ropa para liberarse de la opresión masculina, es sólo un pretexto para dar rienda suelta a bajos instintos y el modo bizarro y menos conveniente de tratar de reinvindicar derechos.

Ya este comportamiento lo he notado también en las personas que completamente desanimadas con el actuar de la iglesia Católica o algún otro credo religioso, dejan de creer en Dios y se hacen ateos por decepciones, en vez de buscar alguna otra alternativa que no raye en el extremismo.

Se nos ha olvidado que la moderación es señal de buena salud en todo sentido.

Aquí, no se trata de obligar a alguien a salir completamente tapado de los pies a la cabeza, pero tampoco a desnudarse del todo para exigir garantías y libertades.

Se trata de recordar que mi derecho termina donde comienza el del otro y ese límite implica paz y sana convivencia.

El llamado a vestir con recato por parte del policía canadiense y los obispos católicos, no me ofendió en modo alguno puesto que yo sé lo que significa tener que vestir según los estándares oficiales de los fashionistas en los que la que más vende el producto (su cuerpo) es la que más lo enseña.

Me cansé de tener todas las libertades del mundo y sentirme la más esclava de todas. Saberme visible sólo cuando usaba escotes o minifaldas, ropas ajustadas y sugestivas en las que en varias ocasiones supe cuánto perturbaban a los varones con los que interactuaba tanto directa como indirectamente, y por lo cual comencé a sentirme ¨no persona¨.

Por qué menos tela tenía que implicar más astucia y oportunidades de encontrar un buen empleo y ascender rápidamente¿?

Qué hay de las ocasiones en las que aparecía otra mujer que enseñaba más que yo y me ponía en clara desventaja?

Cuáles pasos o acciones tomar para ser (des)valorada en esta decadente sociedad?

Llegué a la conclusión de que lo mejor era ir contra corriente, si esta s(u)ociedad me pedía que me desnudara yo me iba a tapar más, entonces comencé a usar ropas holgadas y el velo; si me solicitaban que me avergonzara de alabar a Dios, lo iba a hacer 5 veces al día y desde el lugar en el que me encontrara; si me fomentaba la gula hasta la obesidad extrema, yo iba a ayunar un mes entero desde antes que saliera el sol hasta el ocaso para sensibilizarme con los que menos tienen, si esta generación se empeña en que despilfarre todo lo que tengo y aún lo que no para aparentar vivir como los que tienen más que yo, por el contrario, escogí donar el 2.5% anual de mis ganancias al pobre que tenga más cerca; si mis paisanos se enferman por comer cerdo todo el tiempo y tomar licor, yo decidí abandonar la carne ¨más deliciosa¨ y el ingrediente infaltable de las fiestas para estar siempre sobria y sana en cuerpo y alma ante mi familia, mi comunidad y Dios.

Todas esas cosas que adopté como mi fe y estilo de vida me han hecho sentirme valorada, independiente, realizada y completa tanto como mujer, madre y esposa. Jamás fui tan digna, ni tan segura de mí misma. Dormir en paz, con la grata sensación del deber cumplido, de ser honesta digna y decente es el mayor regalo que me pudo enviar Dios dentro de tanta porquería, sinsentidos y perversión.

Inshallah algún día estas puticas lo puedan descubrir ellas también.

Por eso me hice musulmana y por esas mismas razones, jamás voy a entender cómo estas putas modernas pueden representar la escencia de la dignidad humana pero por sobretodo de la femenina.

Rashida Jenny Torres
Musulmana costarricense.

1 comentario:

Jules dijo...

Hola! Te cité en un artículo sobre la Marcha de las Putas: http://globalvoicesonline.org/2011/08/19/costa-rica-slut-walk-discussions-on-religion-and-womens-rights/