Oí al Mensajero de Dios -la paz y las bendiciones de Dios sean con él-, diciendo:

«Quien de vosotros vea una mala acción, que la cambie con su mano, si no pudiera con su lengua, y si no pudiera, entonces en su corazón, y esto es lo más débil de la fe».

Lo transmitió Muslim.

Teléfono: 005068493-6876

99 nombres de Allah

Islam y Musulmanes de Costa Rica

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martes, 24 de mayo de 2016

Perdón público a creyentes y a ateos en este mes de Ramadán que se aproxima.

Como musulmana y haciendo gala de la tradición islámica que nos insta a pedir perdón durante el sagrado mes de Ramadán a toda persona a la que hayamos causado cualquier tipo de agravio, aprovecho para ofrecer las disculpas del caso y a nombre de todos los musulmanes a creyentes y ateos.
- Pido perdón por todas las ocasiones en las que los musulmanes nos creemos mejores que las demás personas por el solo hecho de practicar nuestra fe aunque ellos demuestren con hechos, lo valiosos y buenos que son tanto para su comunidad como para la sociedad en general.
- Pido perdón por todos los musulmanes que han enamorado a mujeres creyentes y les han jurado que respetarán su fe, a su familia y costumbres, pero apenas se casan con ellas, comienzan a imponerles el Islam, a maltratar a sus seres queridos y a burlarse de todo lo que ellas veneran.
- Pido perdón por todos los que convencieron a tanto a hombres como mujeres para que gastaran todo lo que tenían o más y se fueran a buscarlos a sus lugares de origen y apenas se vieron fuera de países que lo “prohibían todo”, se desbocan en los nuestros, los que lo “permiten todo” y en cuanto saben que son completamente libres, les abandonan a su suerte por otra persona que apenas tenga oportunidad, pateará sus traseros al confirmar que no son más que aprovechados vividores, parásitos emocionales abandonados a sus más bajos instintos.
- Pido perdón por todos los comerciantes musulmanes que explotan a empleados, tanto de su misma fe como ajena, en donde irrespetan todos sus derechos, tanto laborales como humanos.
- Pido perdón por todos los que llegan a nuestros países a buscar mejores horizontes y fortuna y no más amasan su fortuna, no dejan de burlarse de las personas que mantienen sus negocios, tratándoles como la peor escoria que existe.
- Pido perdón por todas las ocasiones en las que somos testigos de injusticias tanto dentro como fuera de nuestra comunidad pero nos quedamos callados porque resulta más sencillo no involucrarse a tomarse la molestia de proteger al indefenso y al más necesitado.
- Pido perdón por todos los miles de billones de dólares que se gastarán este año al realizar la Peregrinación a la Meca, enriqueciendo a un solo país que todavía mantiene esclavos e irrespeta los Derechos Humanos a como se le antoje, mientras miles de millones de personas morirán y sufrirán esas constantes violaciones, convirtiendo a los piadosos peregrinos en cómplices pasivos.
- Pido perdón por la gula que reinará en las casas de millones de musulmanes en este mes del ayuno aunque el vecino padezca las peores necesidades y se esté muriendo de hambre, por todos los que se pasarán jactando tanto en redes sociales como en sus casas y mezquitas por los deliciosos manjares que llenarán sus egoístas estómagos.
- Pido perdón por todos los que no participamos en las diferentes instituciones tanto del Estado como no gubernamentales para ayudar a la sociedad en modo alguno.
- Pido perdón por pasar culpando a la islamofobia como la principal causante de los problemas de la comunidad islámica, pero no mostramos el mínimo de interés por ayudar a los que no son musulmanes y más necesitan de una mano amiga.
- Pido perdón por encubrir a delincuentes, psicópatas y criminales con la cómoda consigna de que: “el musulmán no habla mal de otro musulmán”, creando de esta manera a monstruos de todo tipo que en cuanto tengan la oportunidad, nos devorarán también a nosotros de manera inmisericorde.
- Pido perdón por todas las ocasiones en las que pasamos cacareando y renegando contra la sociedad occidental exigiendo derechos que les negamos a ellos en nuestros países islámicos.
- Pido perdón por pasar culpando a los judíos de todos nuestros males, ignorando el mal que nace de nuestro propio seno, cuando nos complacemos negando el Holocausto y no hacemos nada por el Palestino.
- Pido perdón por hacer ostentación de nuestras riquezas cuando medio mundo vive en la miseria total.
- Pido perdón por no hacer más que escribir estas palabras y tratar de actuar diferente, con la esperanza de que algo cambie algún día.

Rashida Jenny Torres.
Musulmana costarricense.

lunes, 16 de mayo de 2016

¿Necesitamos razones para aprender y cuidar de los ciclistas?


Todos los días me topo con ellos cuando salgo a caminar por la madrugada, me siento privilegiada de observarlos escoger la ruta 126, en la que se encuentra mi casa, para practicar su deporte favorito, aunque de la misma manera abundan en el resto del país.
No hay una sola mañana o día, especialmente los fines de semana en donde observe cuán sensibles, nobles y valientes son.
Suelen saludar a quien se topan a pie amistosamente y aún sudando la gota gorda, ofrecen a los caminantes un gentil: ¡Buenos días!
Si encuentran algún animal o persona en sufrimiento, no dudan un segundo en detener su viaje y ayudar.
Les gusta hacer paradas en las pulperías de los pueblos y mientras se hidratan o alimentan con algo liviano, entablar una pequeña conversación con los lugareños.
Me encanta y llena de curiosidad escuchar y saber en qué terminan las conversaciones que intercambian con sus compañeros de viaje.
Es fácil saber cuándo uno de ellos es principiante en el ciclismo puesto que los demás les ofrecen consejos durante la marcha.
Los que van en solitario, se encuentran atentos a todo y a todos.
En los últimos años, más mujeres desean experimentar este bello deporte y resulta muy agradable observar a parejas o inclusive ellas solas, pedaleando sin parar.
Reconozco a los profesionales de los aficionados por sus uniformes, concentración cantidad y aun así, todos tienen su propia magia y encanto.
Es por esta razón que me extraña que algunas personas los sientan como "estorbos" en el camino porque...¡Qué diferente sería nuestro país si al menos la mitad de las personas que conducen automotores y nosotros mismos como peatones, pusiéramos en práctica los modales de los ciclistas!
Noto que algunas personas, sobretodo conductores y obesos, los catalogan como "vagos", mientras quienes les critican y sienten incómodos, quedan al borde de un paro cardiaco si tienen que caminar un poco o desperdiciar tiempo y belleza del paisaje en las interminables y fastidiosas presas.
Muchos de los que les critican son precisamente los que prefieren jartarse esas presas por horas para dirigirse a un exclusivo  gimnasio y publicar la inflatable fotografía con el sudoroso paño.

Rashida Jenny Torres
Musulmana costarricense 

jueves, 12 de mayo de 2016

La esclavitud del calzado.

Leía la noticia de la camarera que publicó la fotografía de sus pies sangrando luego de un extenso día de trabajo en un restaurante de Canadá.
Ella explica que mientras a las mujeres se les obliga a comprar un uniforme de $30 USD y llevar tacones de al menos una pulgada de alto, los varones pueden ir vestidos con su guardarropa normal y los zapatos que deseen.
Al jefe de ella no le importó cuánto sangraran sus pies y le informó que el lunes siguiente debía volver a llevar el mismo calzado.
Toda una tortura sin duda alguna que demuestra el nivel de esclavitud moderna en el que nos encontramos ya no solo como mujeres sino cualquier trabajador en general.
Luego, después de maldecir al jefe de la camarera y sus políticas sexistas, autoexaminé mis hábitos de vestimenta y no salí bien librada ya que, aunque nunca nadie me obligó a usar tacones altos, durante muchos años los llevé pasando por toda clase de torturas (inclusive para estar en casa).
Es cierto que con tacón alto, la mujer adquiere una postura algo más firme y hasta sensual si los sabe usar, otras en cambio, parecemos loras caminando en mosaico y hacemos ridículos de padre y señor mío para mantener el equilibrio con plataformas tipo Lady Gaga y otros por el estilo.
Con el tiempo, fui cambiando y aunque ahora conservo un par, mi calzado  preferido ahora es el deportivo o con el que me sienta más cómoda.
Ir liberando poco a poco las cadenas que tanto la sociedad como nosotras mismas nos hemos impuesto no resulta para nada fácil pero hay que intentarlo.
Detalle a detalle, iremos marcando nuestra pauta, para que, estimadas mujeres, nuestra huella por el planeta sea más que el sonido de unos tacones altos, el paso firme de la mujer que ya libre de prejuicios, empoderada y feliz; logra retomar su destino y preferencias para poder ser ella misma y calar de esta manera en una sociedad caníbal que olvidó practicar la humanidad de la que tanto nos jactamos.
Ahora inclusive, volví a mis tiempos de la niñez en los que era feliz andando descalza. De vez en cuando también me libero y doy caminatas por el césped o la tierra pura, lo cual, me conecta de nuevo con la Madre Tierra y me permite echar las raíces que hace tiempo yo misma había cortado preocupada por el qué dirán.
Lo que me importa ahora es: Qué dice la niña interior que guardo en mí, le permito juguetear, que haga lo que mejor le plazca y confío plenamente en su ingenuidad e inocencia.
Y así, soy feliz.
Rashida Jenny Torres
Musulmana costarricense.