Oí al Mensajero de Dios -la paz y las bendiciones de Dios sean con él-, diciendo:

«Quien de vosotros vea una mala acción, que la cambie con su mano, si no pudiera con su lengua, y si no pudiera, entonces en su corazón, y esto es lo más débil de la fe».

Lo transmitió Muslim.

Teléfono: 005068493-6876

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jueves, 8 de abril de 2010

Homenaje al pueblo salvadoreño y a don Armando Bukele Kattán.

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Asalamo aleikum hermanos y amigos.

Hace algunos años, por diferentes circunstancias de la vida, tuve la bendición de vivir en El Salvador y compartir con su gente.

El llamar a los ciudadanos salvadoreños "cuscatlecos", tiene su origen en la palabra aborigen Cuscatlán, que quiere decir "Ciudad Joya" y con la cual habían bautizado a su ciudad principal antes de la conquista española.

Y de verdad que es una Joya todo El Salvador, no solo por su excelente clima, sino por la calidad de su gente.

Cuando llegué por primera vez, iba con ciertos prejuicios y temores, ya que, siempre nos han hecho creer que El Salvador es un país tan insignificante, violento y retrasado!!!

Nada más ajeno a la realidad; poco a poco, me fui maravillando de la humildad de su gente y de su incansable forma de trabajar, de luchar día con día por tener un trabajo decente y dar lo máximo, casi siempre sin quejas, sin reproches.

Jamás me sentí en un país extraño, no me costó adaptarme a nada, era como estar en otra ciudad de Costa Rica.

Un país en el que te reciben con los brazos abiertos, de buenas a primeras, sin pedir nada a cambio. Los salvadoreños de verdad que se entregan y luchan sinceramente en lo que creen.

Sobrevivientes a una extensa guerra que dejó mucho resentimiento y dolor, los salvadoreños no toman esa amarga experiencia para pasarse la vida lamiéndose sus heridas, por el contrario, se han levantado, avanzado y adelantado al futuro; la mayoría de lo que han ganado es a base de trabajo, de trabajo muy duro pero muy decente.

Me baso en mi propia experiencia para dar fe de ello. Cuando viví entre ellos, viví situaciones muy difíciles y que marcarían mi vida para siempre.

La comunidad musulmana en especial, me dio su completo apoyo, me acogieron en sus hogares, como a una más de la familia, sin siquiera preguntar o pedir explicaciones; así como son ellos por naturaleza, sin pedir nada a cambio.

Por otra parte, no pueden haber palabras suficientes para expresar o dar a conocer la verdadera magnitud de la obra que don Armando Bukele se ha propuesto con su propia vida para hacer crecer el Islam en El Salvador.

Por ahora son dos mezquitas, pero, según me comentó alguna vez, tiene planeadas ir construyendo poco a poco todas las que Allah le permita, y no sólo en su país, en toda Centroamérica.

Don Armando es un digno representante de su país y de su fe, es un hombre que no se ha dejado obnubilar por la riqueza material y conserva intacta la sencillez que sólo los verdaderos "humildes de corazón" tienen y hacen patente de su vida.

Jamás en toda mi vida, he escuchado a alguien repetir con actos o palabras lo que don Armando le ofreció a su comunidad musulmana mientras conviví con ellos, por cierto para el bendito mes de Ramadán del año 2005: "Pidan lo que necesiten, sin temor ni verguenza; lo que sea, y trataré de dárselos, Allah me ha bendecido con muchas cosas y debo retribuirlo, sobretodo con los más pequeños"...

Esa actitud produce cierto grado de fascinación por una personalidad tan elocuente y arrolladora como la de don Armando, pero, quién podría ignorar semejante grado de compromiso y desprendimiento?

Hoy, aunque ya no estoy físicamente con el hermano pueblo salvadoreño, puedo sentir que su ejemplo dio frutos, y que gran parte de lo que ellos me dieron aún lo mantengo conmigo, y una parte de mi corazón, continúa allá con ellos, a pesar de las fronteras, costumbres y distancias que nos separan, ya que considero que fue un trato justo y recíproco.

El nombre "cuscatlecos" no es una mera coincidencia, no sólo uno de sus cerros y antiguas ciudades lo merecen, los salvadoreños de verdad que valen lo que pesan en oro, todos y cada uno, son una verdadera y pequeña joya que hace valedero y al pie de la letra, aquel dicho de que: "La escencia no viene en barriles"

Que Allah les bendiga y multiplique sus esfuerzos en esta vida y en la otra estimados hermanos salvadoreños!!!

Rashida Jenny Torres
Musulmana Costarricense

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