Oí al Mensajero de Dios -la paz y las bendiciones de Dios sean con él-, diciendo:

«Quien de vosotros vea una mala acción, que la cambie con su mano, si no pudiera con su lengua, y si no pudiera, entonces en su corazón, y esto es lo más débil de la fe».

Lo transmitió Muslim.

Teléfono: 005068493-6876

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lunes, 15 de marzo de 2010

Visita presidencial a Palestina.

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Arias y Fayad

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Por Sergio I. Moya Mena (*)


El viraje dado por esta administración en nuestra política exterior hacia Medio Oriente se inició a partir de dos decisiones de relevancia histórica: el traslado de nuestra embajada en Israel de Jerusalén a Tel Aviv en agosto de 2006 y el reconocimiento al Estado de Palestina en febrero de 2008. La primera decisión permitía finalmente acatar el cumplimiento de las obligaciones con el Derecho Internacional y las resoluciones de las Naciones Unidas, que por casi un cuarto de siglo nuestro país transgredía al mantener su representación diplomática en Jerusalén. La segunda decisión, sumaba a Costa Rica al grupo de más de cien países que han reconocido al Estado de Palestina. El Canciller Bruno Stagno, justificaba así la decisión del gobierno:

"La decisión del gobierno (de Costa Rica) de reconocer el Estado de Palestina, no sólo se basa en la resolución 181 y en el hecho de que en la actualidad Palestina reúne bien que mal las características básicas de un Estado de conformidad con la Convención de Montevideo, para citar una fuente de derecho internacional (...) El único partido de Costa Rica es la paz y el deseo que ambas partes resuelvan entresí las diferencias que durante ya 60 años han imposibilitado el derecho de ambospueblos a vivir en paz y en seguridad.".(1)

Pese a que el gobierno aclaró que el reconocimiento a Palestina y el acercamiento a ciertos gobiernos árabes no comprometía la amistad entre Costa Rica e Israel y que era más bien la rectificación de un "error histórico que nos dañaba a nivel internacional, privándonos de cualquier amistad con el mundo árabe y más ampliamente con la civilización islámica", las relaciones entre San José y Tel Aviv llegaron a un momento de tensión nunca antes visto desde 1948. La decisión de trasladar la embajada fue mal recibida por el gobierno de Israel, quien en su momento, adujo que el traslado podría "ser interpretado como una rendición ante el terror y un premio a sus autores" (2) Respecto al reconocimiento a Palestina, el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, Arye Mekel, reconoció la molestia de su gobierno afirmando: "Queremos expresar nuestra decepción por esta lamentable decisión del gobierno de Costa Rica de establecer relaciones diplomáticas plenas con el estado de Palestina, un estado que no existe". Dicha molestia se extendía naturalmente a la colonia y organizaciones judías en Costa Rica.
A pesar del enfado israelí, tanto el traslado de la embajada como el reconocimiento a Palestina, fueron decisiones que favorecían un acercamiento a los países árabes y musulmanes y que posibilitaron -en un plazo relativamente corto- el establecimiento de relaciones diplomáticas con varios países árabes. (Ver cuadro). Un impulso especial han tenido las relaciones con Egipto y recientemente con Qatar, país en el que se ha planteado el establecimiento de una embajada costarricense, la primera que se abriría en el mundo árabe.

Ampliación de relaciones
diplomáticas en el mundo árabe
en esta Administración
-República Árabe de Egipto. (13-9-
06).
-Estado de Bahrein. (22-9-06)
-Estado de Kuwait. (22-9-06)
-Reino Hachemita de Jordania. (10-
1-07).
-República del Líbano. (24-7-07).
-Sultanato de Omán. (20-12-07).
-Estado de Palestina. (5-2-2008).


Esta meritoria ampliación de nuestro horizonte diplomático impulsada por la Administración Arias Sánchez, auguraba un enfoque distinto del problema palestino-israelí, mucho menos unilateral que en el pasado.
La forma en que el tema empezó a ser manejado por nuestra delegación en el Concejo de Seguridad de Naciones Unidas, parecía confirmar este cambio. Desde esa importante instancia de la ONU, Costa Rica se pronunció en
varias ocasiones a favor de la unidad del pueblo palestino, que se consideró como "ingrediente absolutamente indispensable para el progreso de toda iniciativa de pacificación entre israelíes y palestinos," y se planteó como absolutamente necesario que Israel terminara con su política de expansión de asentamientos (3). El Presidente incluso se reunió en septiembre de 2009 (en Nueva York) con Mahmoud Abbas, Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, a quien le manifestó el apoyo a un Estado Palestino con los idénticos derechos de su vecino y adversario político Israel, (4) y con quien acordó una visita a Palestina en noviembre de 2009.
La visita a Palestina se presentaba como una oportunidad inédita para que Costa Rica, fiel a su compromiso histórico con la paz, el desarme, la defensa de los derechos humanos y la democracia, hiciera alguna contribución significativa a la paz, el diálogo y la justicia en esa zona del mundo. Lamentablemente esto no sucedió. No sólo la oportunidad no fue aprovechada, sino que se cometieron errores de tacto político en el manejo de los temas planteados a las autoridades palestinas.

El "desarme como ejemplo"

El enfoque político que se le dio a la vista a Palestina desde el principio fue desacertado e inoportuno.
Días antes el Canciller Stagno decía en conferencia de prensa: "Uno de los temas que quisiéramos llevar adelante es el poder imprimir sobre las autoridades palestinas las ventajas que le ha traído a Costa Rica ser una democracia desarmada (...) habrá que recurrir a la historia y relatarle a los palestinos que cuando se tomó aquí la decisión de abolir el ejército, en 1948, la región estaba convulsa". Esto venía a ser una comparación que históricamente no tenía ningún sentido. Ciertamente en 1948 Centroamérica era una región convulsa, pero cuando Costa Rica decide plantearse la abolición del ejército, era un estado soberano, no ocupado, cuyo gobierno ejercía un control pleno sobre todo el territorio nacional. Además, nuestro país contaba con la reciente creación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR, sobre el cual descansaría la seguridad externa del país a partir de la abolición del Ejército (5). Ninguna de esas condiciones son comparables a las que viven actualmente los
palestinos, sometidos a una de las ocupaciones militares más violentas de los últimos cincuenta años y despojados de sus más elementales derechos como seres humanos y ciudadanos.
La visión del Canciller no constituía una aproximación ecuánime al problema de la paz y la seguridad entre israelíes y palestinos: "Ante la disyuntiva que hay en el proceso de paz en Oriente Medio donde
Israel lo que reclama, y justamente reclama, son garantías de seguridad, la mayor garantía de seguridad que se le puede ofrecer a Israel es una Palestina desarmada y desmilitarizada". Esta aseveración confirmaba que,
pese a las decisiones históricas asumidas al inicio de esta Administración, la valoración del conflicto palestino-israelí no dejaba de estar marcada por las unilateralidades históricas del pasado, que en su momento terminaron aislándonos del mundo árabe. En primer lugar, el Canciller se escudaba en los mismos dobles raseros
que él mismo había denunciado como obstáculos para la paz en Medio Oriente. (6) Se consideraba como legítima la preocupación por la seguridad de Israel, ¿Y la seguridad de los palestinos? ¿Es que no tienen derecho
a una vida segura, sin vejaciones y humillaciones que hasta el propio Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, el principal aliado de Israel, considera intolerables? Según el Centro Israelí de Derechos Humanos
BTselem, desde el 29 de septiembre del año 2000 al 16 de diciembre del 2008, los palestinos asesinados por fuerzas de seguridad israelíes en los territorios palestinos ocupados sumaban 4791 (incluyendo 947 niños), frente
a 237 civiles israelíes asesinados por palestinos.(7) Desde la perspectiva de nuestra Cancillería, parece que el ocupado debe garantizar la seguridad del ocupante.

En segundo lugar, es cuestionable la afirmación respecto a que "la mayor garantía de seguridad que se le puede ofrecer a Israel es una Palestina desarmada y desmilitarizada". Lo que la historia del conflicto y de todas las iniciativas de paz parece confirmar, es que la única garantía para la seguridad de Israel se fundamentará en que este país ponga fin a la ocupación militar de todos los territorios árabes (incluyendo además
de los territorios palestinos, los Altos del Golán en Siria y las Granjas Sheeba en Líbano), cumpla las resoluciones de las Naciones Unidas que hasta ahora ha ignorado y demuestre una genuina voluntad política para consolidar una paz justa con sus vecinos.

Las declaraciones del canciller anticipaban lo que sería el tono político de la visita del Presidente Arias a Palestina que por cierto, o fue deficientemente preparada, o fue considera como poco relevante por las
autoridades palestinas. Fue un hecho lamentable que se programara la visita de Arias justo cuando el Presidente Abbas estaba fuera del país... en una gira por América Latina y que tampoco estuvieran en el país para atender a Arias ninguno de los más destacados diplomáticos palestinos, como el Jefe Negociador, Saeb Erekat; el titular de la cartera de Exteriores, Riad Malki, o el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yaser Abed Rabbo. Arias fue atendido por funcionarios de bajo nivel, como el Primer Ministro Salam Fayad, un tecnócrata con poco peso político, que ni siquiera pertenece a Fatah, el partido de Abbas, o el Secretario de Turismo, Kloud Debais.

Precisamente a Fayad, el presidente Arias le planteó seguir el ejemplo costarricense de la abolición del ejército. Según los medios de prensa, el presidente expresó "no importa la cantidad de armas que tengan, nunca
van a poder triunfar frente al Estado de Israel (...) ¿Para qué necesita Palestina un Ejército?, ¿de qué tamaño tiene que ser ese Ejército para impedir un ataque de Israel? ¿Por qué no declararle la paz al mundo,
como hicimos nosotros en 1948? ¿Por qué no hacer de la indefensión su mejor defensa?" Difícilmente se podrían haber esperado unas afirmaciones tan desafortunadas, insensibles e inoportunas, dadas las circunstancias de la ocupación que sufren los palestinos a manos de uno de los ejércitos más
poderosos del mundo. La sugerencia de Arias constituía prácticamente un llamado a la capitulación frente a la ocupación y así lo han de haber
tomado las autoridades palestinas. Mientras Abbas recorría América Latina recibiendo muestras de solidaridad y apoyo a la constitución de un Estado
palestino, Arias sugería a los palestinos, -en su propia tierra- que aceptaran su fortuna y dejaran de resistir al ocupante. Una sugerencia que obviamente fue celebrada por el Embajador israelí Ehud Eitam, cuyo gobierno exige que el fututo Estado palestino sea una entidad desmilitarizada.

Plantear el tema del desarme en Medio Oriente casi siempre se hace desde los dobles raseros y eso fue exactamente lo que sucedió. El presidente
llevaba el mensaje correcto... pero se lo entregó al destinatario equivocado. De haber sido consecuente con el espíritu del Consenso de Costa Rica, y con sus reiterados llamamientos internacionales a reducir el gasto militar, que según él mismo representa la perversión más significativa de las prioridades mundiales que se conoce hoy
(10), el presidente le debió haber planteado el desarme, no a los dirigentes de la Autoridad Palestina, cuyas fuerzas de seguridad distan mucho de ser un ejército, sino al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, cuyo país gastó en el 2008 más de doce mil millones de dólares en armas (un 8.6 de su PNB (11)) y es el sétimo más importante suplidor de armas a países en desarrollo como Perú y Colombia.

Esta visita a Palestina no sólo fue una oportunidad desaprovechada para que Costa Rica hiciera una contribución importante a la reanudación del proceso de paz, sino que demostró poca coherencia con el enfoque
mucho más equilibrado y ecuánime que el gobierno venía imprimiéndole al tema árabe-israelí en espacios multilaterales como Naciones Unidas. Se evidenció además poca preparación logística y un desconocimiento de
los temas y sensibilidades de nuestros interlocutores árabes.

No se trata de tomar partido por una u otra parte, sino de ser ecuánimes en la defensa de los principiohistóricos de nuestra política exterior.

(*) Sergio I. Moya Mena es profesor e investigador de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica.
Es autor de Medio Oriente: imagen y conflicto (2009) e Hijos de Alí: chiísmo y política en un nuevo Medio Oriente (en
prensa).


Notas

1 Cancillería ha mantenido clara y categórica posición respecto a la situación en el Medio Oriente. Ministerio de
Relaciones Exteriores y Culto, Dirección de Comunicación Institucional, Miércoles 4 de junio de 2008

2 Israel llevaba a cabo la controvertida Guerra de los 33 días contra Hezbollah en el sur del Líbano.

3 Boletín del Observatorio de la Política Exterior. UCR - UNA, Año 2, No. 12, julio - agosto, 2009. p. 11.

4 Presidente Arias promete dar apoyo a gobernante palestino. La Nación, 24 de septiembre de 2009

5 Ver: Las bases históricas de la política exterior costarricense de Manuel Araya Incera. Universidad Nacional, Escuela
de Relaciones Internacionales, Heredia, 1990. p. 30.

6 Durante el discurso pronunciado en ocasión de la ceremonia de conmemoración de los 60 años de fundación del Estado de Israel, el 8 de mayo de 2008, el Canciller decía: "Desde entonces hemos visto pasar una tragedia tras otra, incluyendo guerras e intifadas, asesinatos y atentados, afectando seriamente el derecho a vivir sin miedo de ambos
pueblos. Paralelamente, y sin un claro calendario estacional, hemos visto germinar las promesas y esperanzas generadas por diversos procesos de paz, sin lograr aún madurar la cosecha de los dividendos de paz. Ha sido tierra fértil para dobles raseros, para intereses ajenos, y para una triste reiteración de eventos que postergan el cumplimiento del mandato acordado en 1947". http://www.rree.go.cr/ministerio/files/EchandiIsrael.doc

7 http://www.btselem.org/english/Statistics/Casualties.asp

8 Desde 1947 Israel ha violado 31 resoluciones del Consejo de Seguridad y 160 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

9 El Presidente Abbas visitó Venezuela, Chile, Brasil, Argentina y Paraguay entre el 20 y 28 de noviembre.

10 El Consenso de Costa Rica. http://www.incae.com/EN/clacds/areas-detrabajo/pdfs/presentaciones-de-seminario-Elconsenso-de-Costa-Rica-OscarArias.pdf

11 Según el Stockholm International Peace Research Institute.

12 Congressional Research Service. Conventional Arms Transfers to Developing Nations, 2001-2008, September 4,

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