Oí al Mensajero de Dios -la paz y las bendiciones de Dios sean con él-, diciendo:

«Quien de vosotros vea una mala acción, que la cambie con su mano, si no pudiera con su lengua, y si no pudiera, entonces en su corazón, y esto es lo más débil de la fe».

Lo transmitió Muslim.

Teléfono: 005068493-6876

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Islam y Musulmanes de Costa Rica

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sábado, 12 de diciembre de 2009

Ustedes ganan, señores empresarios.

Los trabajadores en Costa Rica no tenemos derechos”, ¡¡¡me doy por vencida!!!

Como ciudadana costarricense he laborado casi por 30 años en diferentes trabajos desde los 12 años de edad y he probado las hieles de la injusticia en materia laboral que nos ha heredado el sistema capitalista a los empleados.

Siendo víctima de acoso laboral en varias empresas, decidí poner una denuncia en el Ministerio de Trabajo, ya que en la empresa para la que laboro actualmente el descaro fue demasiado grande.

Soy mujer, musulmana y no tolero las injusticias. ¿Cómo he podido ser tan ilusa para pensar que tengo cabida en este sistema?

Mientras actué como los demás, "mecanizada", fui la mejor empleada, siempre dando más de lo que me piden, presentándome a laborar muchas veces hasta dos horas antes de la hora fijada, simple y sencillamente por gusto; para no perder el tiempo que me paga la empresa en revisar correos o en leer mis periódicos favoritos; en informarme.

Cuando he luchado por mis derechos, los de mi familia y los de mi pueblo o mi fe, comienzo a ser un "estorbo".

He denunciado a jefes inoperantes, incapaces e ineptos que hacen incurrir en error a los subalternos, y el resultado ha sido siempre el mismo: acoso.

Me han perseguido de toda forma, me han prohibido lo que todos los demás gozan mientras estén con la boca callada, me borran información o me quitan las ventajas de las que sí gozan los "mudos".

¿Por qué yo soy diferente? ¿Por qué no puedo quedarme callada ante las injusticias? ¿Por qué no puedo ser como los demás que llegan cabizbajos a sus puestos, sabiendo que CUALQUIER cosa que diga puede ser usada en su contra? Porque tengo que levantar mi cabeza y decir: Basta ya de injusticias e impunidad!!!

La discriminación y persecución fue tan descarada que me afectó psicológica y físicamente; sufro de vértigo, náuseas, mareos, asco...

Decidí acudir al Ministerio de Trabajo a hacer lo que casi nadie quiere: DENUNCIAR, pero les confieso con toda la vergüenza del mundo: salí llorando..., con una sensación de impotencia y abandono indescriptible porque la respuesta del funcionario aunque fue honesta y se la agradezco, resultó ser como el epitafio del vía crucis al que someten los empresarios a los trabajadores en nuestro país: "Como en Costa Rica no hay penas de cárcel por violaciones en materia laboral, los empresarios saben que pueden hacer con la ley lo que quieran, al final si el empleado decide acusar a su empresa y llegar hasta las últimas consecuencias y éste gana su alegato; la empresa se limitará a pagar una cantidad de dinero, por lo general 6 salarios caídos por las violaciones en las que incurrió". Cuando ELLOS deciden despedir a un empleado solamente escogen: por las buenas o por las malas...

¿Qué hace uno con eso, cómo lo maneja, cómo lo acepta?


Aunque no queramos reconocerlo, nuestro país ya no es nuestro, es de ELLOS, de los empresarios, de las transnacionales; de eso es de lo que nos jactamos: de las bendiciones de pertenecer a un sistema capitalista, o no?

Tengo terror de volver a trabajar en otro lugar y de que me vuelva a pasar lo mismo, llevo incapacitada ya casi un mes, pero cuando regrese a mi "bendito puesto de trabajo" sé que el acoso se va a incrementar hasta que yo decida renunciar o ellos me despidan con o sin responsabilidad patronal.

Por eso, aunque me duele en el alma y me siento una “looser”, tuve que decidirlo: Me doy por vencida señores empresarios, ustedes ganan.

Jamás podré volver a trabajar en otra empresa, lo acepto, estoy incapacitada mentalmente para ello, de todas formas, el psiquiatra (el médico al que me enviaron para que la incapacidad fuera más de una semana) me lo advirtió: “Mientras usted sea musulmana, no tiene futuro en ninguna empresa en esta parte del mundo”.

Me dedicaré a trabajar desde casa, donde tengo una familia que me necesita desesperadamente y que había dejado de lado para tener algo más que solo gallo pinto para comer y pagar deudas.

Ahora, ya eso quedó de lado, mi salud, mi familia, mi estado emocional y mi dignidad valen más que cualquier alto puesto dentro de una transnacional.

Aún así antes de irme, hago lo último que puedo: Hacerlo público ante ustedes señores de el diario El País, ustedes me han demostrado que no se "arrugan" ante mezquinos intereses, y me han demostrado que tienen la casta que ya está casi extinta en Costa Rica, ustedes van hasta las últimas consecuencias y los felicito por ello.

Cuánta razón tenían nuestros abuelos cuando nos dijeron: “Vale más pan con amor, que gallina con dolor”.
Amén.

Empresas en las que he trabajado:
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Rashida Jenny Torres

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